Buenos Aires (AT) – La memoria del Holocausto, a 80 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, enfrenta nuevos desafíos en el aula. Con cada vez menos sobrevivientes vivos, los escolares del siglo XXI exploran esta etapa oscura de la humanidad a través de medios digitales como aplicaciones interactivas. Sin embargo, esta tecnología despierta tanto esperanza como frustración.
El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas liberaron Auschwitz, el campo donde murieron más de un millón de personas, en su mayoría judíos. Hoy, los adolescentes tienen acceso a relatos de testigos solo a través de grabaciones. En una escuela de Zúrich, estudiantes de 16 y 17 años reflexionaron sobre esta experiencia. “Auschwitz es un tema importante, pero difícil de procesar”, comentó una alumna identificada como Leonie.
El impacto de las narrativas personales es profundo. Muchos estudiantes han llorado al escuchar los testimonios de sobrevivientes. Uno de ellos relató el momento en que vio a su familia por última vez antes de ser deportado. “Es imposible no emocionarse”, dijo Emilie, otra estudiante.
Recursos tradicionales y digitales
En las aulas, los escolares complementan los libros de historia con experiencias multimedia. Entre los textos analizados se encuentran “El niño con el piyama de rayas” o “El diario de Ana Frank”, mientras que las visitas a memoriales, como Dachau en Alemania, ofrecen una perspectiva más tangible. Finn, un joven de 17 años, visitó el campo con su familia y describió la experiencia como “un impacto emocional muy distinto al que transmiten los libros”.
Por otro lado, aplicaciones desarrolladas por instituciones educativas, como la de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, permiten a los estudiantes interactuar con entrevistas grabadas de sobrevivientes. Una de estas herramientas ofrece la posibilidad de realizar preguntas, obteniendo respuestas grabadas por medio de un sistema de reconocimiento de voz. Sin embargo, este formato no está exento de problemas.
Frustraciones en la interactividad
En una sesión con estudiantes, Carla, una adolescente, describió la experiencia con la aplicación como “espéluznante”, ya que parecía que los sobrevivientes les hablaban directamente. Pero también hubo decepciones. Algunas preguntas no obtuvieron respuesta debido a limitaciones en el material digital. Daniel Kolb, uno de los responsables del proyecto, reconoció que solo el 70% de las consultas pueden responderse.
El periodista suizo Guido Berger destacó que estos recursos a menudo quedan atrapados “entre dos formatos”: no son totalmente interactivos ni narrativos. Berger sugirió que una serie de videos más estructurados podría ser más efectiva que una experiencia semi-interactiva que genera frustración.
El papel del Archivo Federal de Alemania
El Archivo Federal de Alemania también desempeña un rol crucial en la preservación de la memoria del Holocausto. Durante 2023, esta institución recibió unas 75.000 consultas relacionadas con documentos de la época nazi. Entre los materiales más buscados figuran croquis de campos de concentración, órdenes secretas de dirigentes nazis y archivos personales de responsables como Josef Mengele. Para conmemorar el 80 aniversario de la liberación de Auschwitz, se publicó una selección de estos documentos en línea.
El director del archivo, Hans-Christoph Stoodt, subrayó la importancia de facilitar el acceso a estos documentos. “El interés por entender las historias familiares y las investigaciones académicas no disminuye con el tiempo. Al contrario, las nuevas generaciones buscan respuestas”.
Recordar en un mundo digital
La incorporación de tecnología en la educación sobre el Holocausto plantea preguntas éticas y pedagógicas. Jakob Tanner, historiador suizo, señaló que cada generación tiene una forma distinta de recordar. “La memoria no es algo estático. Depende de las corrientes sociales y del entorno”, explicó.
Para Tanner, los recursos digitales son una “gran oportunidad”, pero requieren equilibrio. Las historias individuales, como las relatadas en aplicaciones, pueden humanizar cifras que de otro modo son difíciles de imaginar. Sin embargo, también es crucial fomentar una comprensión profunda y crítica de los hechos históricos.
El desafío de mantener viva la memoria
A medida que los sobrevivientes del Holocausto desaparecen, la responsabilidad de recordar recae en las instituciones, los educadores y las tecnologías. Las voces de los jóvenes también destacan esta necesidad. Uno de ellos, al reflexionar sobre la importancia de estas lecciones, afirmó: “Recordar es importante porque sabemos hacia dónde pueden llevar los discursos de odio. No queremos repetir la historia”.
En un mundo donde la desinformación y el negacionismo también encuentran eco en el ámbito digital, estas iniciativas ofrecen un faro de verdad. Sin embargo, queda claro que recordar no solo requiere tecnología, sino también voluntad, sensibilidad y una educación que conecte el pasado con el presente de manera significativa.
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