Buenos Aires / Berlín – Las próximas elecciones generales alemanas tendrán lugar el 28 de septiembre de 2025, así lo recomendó hoy el gabinete de la coalición tripartita que dirige el socialdemócrata Olaf Scholz. La decisión final corresponde al Presidente federal, pero este, normalmente, sigue la recomendación del Gobierno de turno. En Alemania, se elige cada cuatro años un nuevo Parlamento, que a su vez vota para la formación de Gobierno.
En las elecciones de 2021 se erigieron como primera fuerza los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz. Scholz formó una difícil coalición a tres bandas con los verdes y los liberales del FDP. Sin embargo, la coalición de centro-izquierda ha perdido gran parte de su popularidad desde entonces, y actualmente está muy por detrás de la oposición conservadora en las encuestas.
Scholz declaró hoy en una rueda de prensa que piensa presentarse a un segundo mandato como canciller en las próximas elecciones. El canciller dijo que su partido, el SPD de centro-izquierda, estaba unido: “Todos estamos decididos a entrar juntos en la próxima campaña electoral federal y ganar”.
La pregunta más “simpática”
A Scholz se le había preguntado previamente si quería seguir el ejemplo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que había anunciado su decisión de no volver a presentarse a las elecciones presidenciales. “Gracias por la pregunta tan amable y simpática”, respondió Scholz en tono cortante. El canciller se mostró confiado en que se pueda tapar el agujero de varios miles de millones de euros que sigue existiendo en el presupuesto de 2025 y que todos los partidos de su coalición consideran que las tareas pendientes son “solucionables”.
Todavía se está examinando si las medidas previstas, por un total de 8.000 millones de euros (8.700 millones de dólares), son inconstitucionales. El examen debería concluir a mediados de agosto, tras lo cual se presentará el proyecto de presupuesto a las dos cámaras del Parlamento, el Bundestag y el Bundesrat. A pesar de la incertidumbre, Scholz dijo que no se deja amilanar por la mala posición de su partido en las encuestas. “Los resultados en las encuestas que no son buenos son un incentivo para lograr otros mejores”.
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