Buenos Aires (AT) – El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos marca el inicio de un nuevo periodo de incertidumbre para la industria automotriz alemana. En su búsqueda por consolidar su lema de “America First”, Trump ha prometido aplicar políticas proteccionistas que podrían afectar directamente a los fabricantes de automóviles de Europa, particularmente a marcas alemanas como BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen. Con su clara intención de favorecer la producción nacional, el presidente entrante plantea aranceles a las importaciones y una preferencia por productos hechos en Estados Unidos.
Según datos de la Federación de Industrias Alemanas (BDI), el comercio automotriz entre Alemania y Estados Unidos es crucial para el sector, representando una de las mayores fuentes de ingresos para estas empresas en mercados internacionales. Sin embargo, la elección de Trump llega en un momento en el que la industria automotriz alemana ya enfrenta retos significativos. En 2022, las ventas de los principales fabricantes alemanes cayeron a nivel global, y Estados Unidos no fue la excepción.
Para agravar esta situación, Donald Trump ha propuesto aranceles del 10% a 50% sobre los productos importados, entre ellos los automóviles. Esta medida impactaría fuertemente en el costo final de los vehículos alemanes en suelo estadounidense, afectando su competitividad en el mercado.
Jörg Krämer, economista jefe de Commerzbank, declaró a ZDF que “es probable que Trump aplique al menos algunos de sus agresivos planes arancelarios”, advirtiendo que el impacto de estos podría costar a la economía alemana entre EUR 130.000 millones y EUR 180.000 millones de (entre US$ 137.790 millones y US$ 190.780 millones) y en los próximos cuatro años. La industria automotriz sería una de las más afectadas por esta política.
Estrategia de localización: producción en Estados Unidos
Ante la presión arancelaria, los fabricantes alemanes podrían verse forzados a trasladar una parte mayor de su producción a Estados Unidos. La marca BMW, por ejemplo, cuenta con una planta de gran envergadura en Spartanburg, Carolina del Sur, donde produce principalmente sus modelos SUV. Mercedes-Benz también posee instalaciones en Alabama, donde fabrica algunos de sus modelos más demandados en el mercado estadounidense, como el SUV GLE y el EQS eléctrico. Sin embargo, estas instalaciones, aunque significativas, no cubren la producción completa de sus líneas, lo que deja una parte de sus importaciones aún vulnerables a los aranceles.
Donald Trump ha dejado claro su interés en que las empresas extranjeras produzcan localmente. En su discurso de campaña declaró: “Quiero que las empresas automotrices alemanas se conviertan en empresas automotrices estadounidenses”. La promesa de ofrecer impuestos más bajos y menores costos regulatorios es una invitación para que estas firmas establezcan operaciones en Estados Unidos. Achim Wambach, presidente del Centro de Investigación Económica Europea (ZEW), declaró a Tagesschau que “esto aumenta la presión sobre las empresas europeas para que trasladen su producción a EE.UU.”
La amenaza de una guerra comercial con la Unión Europea y China
La posible imposición de aranceles punitivos podría no quedar limitada a Estados Unidos. China y la Unión Europea, socios comerciales clave de Estados Unidos, ya han mostrado su preocupación por las políticas proteccionistas de Donald Trump, y es posible que respondan con sus propios aranceles en represalia. Esto podría desencadenar una guerra comercial que afectaría seriamente a las exportaciones de Alemania y encarecería productos estadounidenses en Europa y Asia.
Según Tong Zhao, investigador de Carnegie Endowment for International Peace, “Pekín ve con preocupación la política de Trump hacia China”, pero también cree que podría ofrecer oportunidades de colaboración con Europa en un escenario de represalias mutuas. El presidente de la BDI, Siegfried Russwurm, expresó en Tagesschau que, aunque preocupante, “es posible llegar a acuerdos exitosos con Trump, como lo demuestra la historia”.
La ralentización de la electromovilidad: ¿qué significa para Alemania?
Otra área clave que podría verse afectada es la electromovilidad. Bajo la administración de Biden, Estados Unidos impulsó políticas favorables a los vehículos eléctricos mediante la Inflation Reduction Act, que ofrecía incentivos para la compra de estos vehículos. Sin embargo, Trump ha expresado en múltiples ocasiones su escepticismo frente a los incentivos ambientales. Esto podría llevar a un estancamiento en el mercado de vehículos eléctricos en Estados Unidos, afectando tanto a fabricantes locales como Tesla y Ford, como a los europeos.
Gernot Dullner, CEO de Audi AG, enfatizó la importancia de que las empresas automotrices alemanas se adapten a las demandas del mercado estadounidense. Aunque aún no está claro si Donald Trump mantendrá algunos de estos incentivos, queda la incertidumbre sobre si los fabricantes alemanes podrán competir con los estadounidenses en un mercado que podría optar por reducir su transición hacia los eléctricos.
La perspectiva alemana: una oportunidad de colaboración con China
En medio de esta situación, China podría convertirse en un aliado estratégico para Alemania. Con una creciente demanda de vehículos eléctricos y un liderazgo en tecnología de baterías, China se ha posicionado como un actor clave en la industria automotriz global. La Federación de Industrias Alemanas sugiere que, si Estados Unidos endurece sus restricciones comerciales, Alemania debería aprovechar las oportunidades de colaboración con China para reforzar su sector automotriz.
Los expertos sugieren que los fabricantes alemanes podrían beneficiarse de un acuerdo de cooperación con empresas chinas, similar a las asociaciones conjuntas que China demandó en su momento para los fabricantes extranjeros. Esto permitiría a las marcas alemanas acceder a las innovaciones chinas en baterías y software, al tiempo que abriría nuevos mercados para los vehículos eléctricos de Europa. Como expresó Krämer, economista de Commerzbank, “Alemania no debería rechazar la mano tendida de China”.
Quiero que las empresas automotrices alemanas se conviertan en empresas automotrices estadounidenses.”
Donald Trump
Un futuro incierto para la industria automotriz alemana en Estados Unidos
El panorama de los próximos años es complejo para la industria automotriz alemana en el mercado estadounidense. La elección de Donald Trump ha generado preocupación, pero también representa una oportunidad de replantear estrategias y alianzas. Para los fabricantes alemanes, el desafío reside en adaptarse a las exigencias de producción local y en aprovechar oportunidades en otros mercados, como el chino. Este escenario refleja el contexto de la industria automotriz argentina, donde los fabricantes también enfrentan incertidumbre en mercados clave y desafíos en la adaptación a nuevas tendencias, como la electromovilidad. La capacidad de adaptación de las empresas argentinas a estos cambios puede ser una lección para la industria alemana.
Donald Trump: ¿salvador o verdugo?:
- Estrategia de localización: producción en Estados Unidos
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