Buenos Aires (AT) – La empresa alemana Netzsch tuvo hace unas semanas varias razones para festejar. El fabricante de maquinaria y sistemas de bombeo para industrias como el Oil & Gas o el sector alimenticio celebró 25 años de presencia en la Argentina. Las celebraciones se realizaron en el coqueto Hotel Wyndham en el norte de Buenos Aires. Para la ocasión, aterrizaron en el país Andreas Denker, CEO de Netzsch Pumps & Systems, y su jefe, Paul Netzsch, codirector ejecutivo y miembro de la familia fundadora del grupo establecido en 1873 por los hermanos Thomas y Christian Netzsch.
Con sede en Selb, Baviera, Netzsch emplea a más de 4.000 personas en todo el mundo y factura más de EUR 800 millones. Netzsch aterrizó en América Latina en 1973, cuando inauguró su sucursal en Brasil, la segunda que estableció fuera de Europa. En 1999 llegó el momento de cortar cintas en la planta de Escobar, provincia de Buenos Aires. Desde entonces, el país no ahorró desafíos: desde la hiperinflación que dejó la salida de la convertibilidad, el default de 2002, el regreso de la inflación hasta el desmanejo que dejó la administración de los Kirchner. Sin embargo, fue el año que acaba de terminar el que más desafió la resiliencia de Netzsch.
En entrevista con el Argentinisches Tageblatt, Fernando Fernández, presidente de Netzsch Bombas & Sistemas Argentina, cuenta en exclusiva cómo la firma supo atravesar un 2024 difícil, pero también por qué 2025 tiene todo para convertirse en el despegue para el mercado local.
Argentinisches Tageblatt: El año 2024 fue un año bisagra para muchos. ¿Cómo lo vivieron ustedes?Fernando Fernández: El año 2024, para nosotros, conjuntamente con 2015, fueron los dos peores años de los 25 años de Netzsch en el país. Básicamente porque somos una empresa netamente importadora de tecnología y hemos perdido contratos de servicios, de repuestos debido a las restricciones para importar. Estuvimos muy complicados en todo lo que es asistencia técnica y nuevas tecnologías. La verdad es que en el mercado petrolero quizás fue donde menos sufrimos porque nuestros competidores estaban en la misma situación que nosotros al no existir fabricantes locales. En este sector, los clientes: las operadoras traccionaron mucho para ayudarnos con el tema de las importaciones.
Por otro lado, no somos una empresa que vende insumos exclusivamente para la industria petrolera, sino para la industria en general. Esto es: minería, papel, celulosa, saneamiento, alimentación. El nuestro es un rubro muy diversificado y necesita contar con equipamientos que casi todos son para ciclos productivos que no se pueden interrumpir. Entonces se hace muy difícil cuando vos no le cumplís al cliente, cuando vos cotizás sin plazo de entrega, cuando tenés variaciones cambiarias abruptas entre lo que cotizás, la fecha de entrega y la fecha de cobro. En fin, todo se complica. Eso fue 2024 para nosotros.
¿Cómo se adaptaron?
Tuvimos que salir a renegociar con todos los clientes de distintos niveles y de distintas realidades económicas todos los contratos. Los factores son múltiples: la devaluación, la inflación, el salto abrupto en los costos de flete y combustible. Fueron momentos duros, pero entendíamos que era una transición necesaria hacia la normalización. Y, honestamente, no creíamos que la situación se pudiera normalizar tan rápidamente, porque si uno toma el contexto del escenario de diciembre 2023 y enero-febrero 2024, lo más natural era asustarse. Hoy, si bien todavía seguimos organizándonos en lo que es pagos, en cuanto a la regularización de importaciones, entre otros, hay también una realidad que es inobjetable: hay más previsibilidad.
Deme un ejemplo: ¿dónde se ve reflejado eso en la cadena de valor?
Si nosotros presentamos un documento de importación, a las 24 horas lo tenemos aprobado. Tenemos mejor relación con los clientes en lo que respecta a plazos de entrega. Nos podemos organizar más con los pagos al exterior. Por supuesto, uno quisiera que se elimine el cepo, uno quisiera estar en todo sentido mejor. Pero para eso, no queda otra que recorrer primero todo el camino. Entonces, las principales condiciones que nosotros vemos hoy, después de este año, es más previsibilidad en cuanto al desarrollo del negocio.
Con la mirada en el retrovisor, ¿cómo ve Netzsch la evolución del mercado en su sector?
En el mercado argentino tendríamos que distinguir las realidades que vive especialmente el mercado petrolero. Por un lado, el boom que se genera en Neuquén y Vaca Muerta. Eso no se repite en el segmento convencional. Estamos hablando de la actividad de Oil&Gas convencional en la Cuenca del Golfo, en Comodoro, en Chubut, Santa Cruz. Y es que la extracción convencional de petróleo y gas también está sufriendo un ajuste. En ese rubro, los costos de levantamiento se han incrementado bastante. Pero bueno, es un mercado que va a tender a sanearse.
Por otro lado, la minería y el litio están en auge y muy bien. También la industria se está recuperando. Vemos un poco mejor toda la parte de ingenios de azúcar. Mientras, las provincias y todo lo que está asociado a saneamiento están como en stand-by, esperando un poco la actualización de presupuestos, partidas presupuestarias y ayuda del gobierno nacional. Pero nosotros confiamos en que en 2025 el mercado va a ir, digamos, creciendo y vamos a poder tener buenas oportunidades de competir.
¿Qué piden para 2025?
En primer lugar, lo importante sería una recuperación del consumo interno. Porque eso implica también una recuperación de la industria en general. Hay una gran parte de nuestro negocio que está asociado a la industria, a la productividad, a las fábricas. También al rubro alimenticio, al saneamiento, ingenios de azúcar, química, papel, celulosa, biodiésel. Eso puede venir acompañado de la mano uno con otro con el crecimiento interno. Entonces, después de que en 2024 la macro fue mejorando, esperamos ver que eso se refleje en la micro. Por otro lado, 2025 es un año de elecciones primarias. Será fundamental mantener el equilibrio fiscal, mantener o aún disminuir el nivel de inflación un poquito más, pero con reactivación interna. Y eso implica una reactivación general de toda la industria. Nosotros somos optimistas, seguimos apostando. Estamos desarrollando nuevos productos, nuevas tecnologías, pero no solo para Oil & Gas. También estamos desarrollando sensores de monitoréo remoto para nuestros equipos.
¿Cómo proyectan entonces el arranque de 2025?
Arrancamos más ordenados. Como comentaba, hoy podemos ordenarnos mejor y podemos invertir más en nuevos desarrollos, en tecnologías, en nuevos productos. Mientras sigan manteniéndose las condiciones actuales de estabilidad económica, estabilidad en el tipo de cambio, somos bastante optimistas para el año 2025 y también de cara al futuro argentino. Más que nada, esperemos que eso se traslade y se traduzca en la realidad social de la gente.
Colaboración:
Carolina Iglesias
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