Buenos Aires (AT) – La embajada de Alemania en Buenos Aires abrió sus puertas para recibir a científicos, diplomáticos y referentes del mundo empresarial en una jornada marcada por el entusiasmo, la memoria compartida y una apuesta firme por la ciencia. La quinta edición del Premio Merck-CONICET de Innovación en Ciencias de la Salud fue lanzada oficialmente ayer, martes 29 de abril, con un evento institucional que también sirvió para comenzar a celebrar los 95 años de la compañía alemana en la Argentina y los 200 años de la inmigración alemana al país.

Bienvenida con historia y sentido de futuro
El embajador Dieter Lamlé fue el encargado de abrir el acto en la sede diplomática del barrio de Belgrano. En un tono distendido y con calidez, destacó que “la idea de conmemorar los 200 años de amistad entre Alemania y Argentina no es mirar hacia atrás, sino construir un puente hacia adelante”. Mencionó que Merck es la segunda empresa alemana que se suma a esta iniciativa oficial, tras Linde, y remarcó el valor simbólico de que la firma celebre también su aniversario número 95 en el país.

Un premio con raíces profundas y proyección estratégica
Peter Neven, Ministro de la Embajada y jefe de la sección económica, tomó la palabra para subrayar el valor de la colaboración científica entre ambos países. Recordó que en 1825 el gobierno argentino contrató oficialmente a la primera delegación de colonos alemanes, lo que marcó el inicio de una migración que dejó huella en diversas provincias argentinas como Santa Fe, Misiones y Corrientes.
Mencionó ejemplos concretos de esa herencia, dos productos típicos de Alemania y la Argentina, tales como la yerba mate Playadito de la Colonia Liebig en Corrientes y la cervecería Quilmes fundada por Otto Bemberg en la Provincia de Buenos Aires, y los vínculos que las empresas alemanas han mantenido con el país desde entonces.

En ese marco, destacó la trayectoria de Merck en Argentina, una empresa con “productos que nos acompañan todos los días”. También señaló la relevancia de los científicos alemanes que, como Karl Burmeister, contribuyeron a fundar instituciones clave como la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba. “Argentina necesita más inversión en investigación y desarrollo, y el sector privado debe involucrarse más”, remarcó Neven, al tiempo que elogió a Merck por su compromiso con una filosofía empresarial que busca retribuir a la sociedad.

Marcelo Ponte: una historia que se renueva
El CEO de Merck Argentina, Marcelo Ponte, agradeció la presencia de autoridades y participantes, y destacó la trayectoria de la compañía en el país. “Tenemos registros de productos Merck comercializados en Argentina desde 1867. Nuestra historia aquí está profundamente ligada a la inmigración alemana”, señaló.
Recordó también que Merck es la empresa de ciencia y tecnología más antigua del mundo, con 357 años de historia global, y que su presencia en Argentina ha sido ininterrumpida durante casi un siglo. En relación con el premio, Ponte remarcó que la empresa considera esencial invertir en ciencia local y que el objetivo del galardón es “apoyar al talento argentino y fomentar el ecosistema de innovación”.
Este año, anunció, se entregarán dos premios: el tradicional y uno especial con motivo de los 95 años. “Es una manera de redoblar nuestro compromiso con el país”, aseguró. También compartió un comentario personal: creció en Nogoyá, Entre Ríos, rodeado de colonias alemanas, y contó con humor que “mientras nosotros descansábamos, los alemanes trabajaban”.

El CONICET, un aliado clave
El Dr. Daniel Salamone, presidente del CONICET, cerró la ronda de discursos recordando la importancia de fomentar vínculos sostenidos entre el ámbito científico y el sector privado. “Este tipo de alianzas no solo estimulan el desarrollo de tecnologías, sino que visibilizan el talento y la creatividad de nuestros investigadores”, afirmó.
Salamone destacó que el CONICET tiene una larga tradición y un vasto acervo tecnológico disponible para el desarrollo del país. Relató también sus propias conexiones personales con la inmigración alemana: su abuela se crió en una colonia alemana, tuvo el alemán como primer idioma y su tatarabuelo había nacido en Argentina tras un regreso desde Alemania.
También mencionó a su primera jefa, la investigadora Irene Von Lawzewitsch, formada en Prusia, quien trabajó junto al Nobel Bernardo Houssay. “Es un orgullo continuar esa tradición de cooperación científica que hoy encuentra en este premio una expresión concreta y necesaria”, concluyó.

Un evento con presencia institucional y calidez
La sala de la embajada, colmada de invitados, recibió a representantes de Merck como María Gimena Otero (Finanzas), Natalia García (Dirección Médica) y María Laura de la Fuente (Comunicaciones); y del CONICET, como Claudia Capurro (Vicepresidencia Científica), Tomás Mazzieri (Vinculación Tecnológica) y Alejandro Dabrowski (Relaciones Institucionales). El acto concluyó con un cóctel en la residencia del Emabajador Lamlé, en un mediodía soleado que acompañó el espíritu optimista de la jornada.

Una apuesta por la ciencia hecha en Argentina
La convocatoria al Premio Merck-CONICET 2025 abrirá mañana, 1º de mayo, y se extenderá hasta el 23 del mismo mes. Está dirigida a emprendedores y equipos con proyectos de base científica y/o tecnológica vinculados a la salud, con impacto potencial en la sociedad. Desde su primera edición, ya se han presentado más de 460 proyectos, lo que da cuenta del interés y el alcance de esta iniciativa. La apuesta conjunta de Merck y el CONICET reafirma el valor de sostener alianzas de largo plazo que nutran el ecosistema de innovación local.







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