Buenos Aires (AT) – Un nuevo informe de la ONG ambientalista Deutsche Umwelthilfe (DUH) encendió las alarmas en Alemania. Según el relevamiento, más de 320.000 viviendas del país están ubicadas en zonas con riesgo alto o extremo de sufrir inundaciones severas. Se trata de un fenómeno clasificado como de ocurrencia centenaria, pero que, debido al cambio climático, podría repetirse con mayor frecuencia.
El trabajo de DUH relevó áreas propensas a este tipo de desastres y contabilizó la cantidad de viviendas residenciales que quedarían afectadas en cada región. El riesgo se distribuye de forma desigual, pero alcanza a más de la mitad del territorio alemán. La organización ambientalista denunció una falta generalizada de planes de protección y financiación por parte de los gobiernos estatales.
Las regiones más expuestas: sur y oeste en alerta

De los 16 estados federados que integran Alemania, 10 presentan un nivel de riesgo “muy alto” o “extremo”. En primer lugar se encuentra Baviera, con 65.517 viviendas en peligro. Le siguen Baden-Württemberg, con 54.593, y Renania-Palatinado, con 35.987 residencias potencialmente afectadas.
La evaluación de DUH se basa en mapas de riesgo de inundaciones y datos oficiales sobre densidad poblacional y uso del suelo. A partir de este cruce, la ONG elaboró una estimación concreta sobre el alcance del posible daño en cada estado.
Desde DUH remarcaron que estos números no incluyen viviendas secundarias, locales comerciales ni edificios públicos, por lo que la cifra real podría ser considerablemente más alta. Además, los especialistas alertan sobre los efectos en cadena: interrupciones en el transporte, daños a la infraestructura eléctrica, contaminación del agua potable y evacuaciones masivas.
Críticas a la falta de planificación estatal

Sascha Müller-Kraenner, director ejecutivo de DUH, aseguró que “los estados federados todavía hacen muy poco para proteger a los cientos de miles de personas en riesgo”. Denunció la falta de coordinación y de financiamiento específico para medidas de protección frente a inundaciones. También cuestionó que muchos gobiernos regionales ni siquiera cuentan con un inventario actualizado sobre el estado actual de sus sistemas de defensa.
DUH propuso una serie de acciones concretas. Entre ellas, devolver espacio a ríos y arroyos, mejorar la capacidad de absorción de suelos en zonas rurales y humedales, y promover la demolición controlada de construcciones en zonas inundables. Estas medidas están inspiradas en estrategias basadas en la naturaleza, que buscan reducir el impacto de las crecidas sin depender exclusivamente de barreras artificiales.
El costo de no actuar podría ser elevado. Según un informe del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), los daños provocados por inundaciones en Alemania durante la última década superaron los EUR 30.000 millones. La catástrofe de julio de 2021, que dejó casi 200 muertos en Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado, sigue siendo el peor desastre natural en el país en los últimos 50 años.
Riesgos climáticos, seguros y estrategias de adaptación
Alemania cuenta con una estrategia nacional de adaptación al cambio climático. El plan incluye metas medibles y busca fortalecer la capacidad del país para enfrentar fenómenos extremos como olas de calor, sequías prolongadas e inundaciones. Sin embargo, el avance en la implementación es dispar y existen diferencias marcadas entre regiones.

Una de las propuestas en debate es la creación de un seguro obligatorio para viviendas ubicadas en zonas de riesgo. Actualmente, muchas compañías aseguradoras no cubren daños por inundaciones o lo hacen con costos elevados. El gobierno federal analiza la viabilidad legal y económica de establecer una cobertura universal que permita afrontar las pérdidas y acelerar la reconstrucción tras un evento extremo.
Los datos de la Asociación Alemana de Seguros (GDV) indican que solo el 50% de las viviendas del país están protegidas contra riesgos naturales. En los estados más expuestos, como Baviera o Renania-Palatinado, esa proporción es incluso menor. Desde DUH insisten en que no basta con el seguro: también es necesario reducir el riesgo estructural mediante planificación urbana, zonificación adecuada y obras preventivas.



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