Por Marta Angélica Giustozzi
Este es un libro único. Tan peculiar que nos preguntamos desde dónde abordarlo, dado que su génesis es -ella misma- todo un desafío. Porque este texto – “En todo, tan lejos. Rapsodias y tangos”- maduró en la pluma de Fedor Pellmann (*), nacido cerca de Augsburgo, doctorado en Filosofia (Letras) en la Universidad de Heidelberg, estudioso de la lengua española, que elige el español para encontrar y encontrarse. Estos poemas los escribe un alemán que pronto se enamoró de la riqueza cultural del mundo hispánico, de la profundidad de sus tradiciones , y sobre todo de la sonoridad de una lengua donde la presencia de las vocales y su entramado hacen que la misma cante. Es que la lengua española conlleva en sí el ritmo, el sonido, la magia de su propia música. Esa que el poeta ha descubierto, que atraviesa este libro y le da origen.
Además, Fedor Pellmann llegó al Rio de la Plata y aquí encontró nuestro idiolecto, su propia sonoridad y la multiplicidad de matices de un mundo distinto y extraño. Y no solo nuestra habla lo atrapa. Hay aquí más, mucho más.
Y es a este mundo nuestro – multifacético, riquísimo – al que se acercó con la mirada y el sentir de un extranjero, pero también con vital pasión, trascendiendo la lengua, buscando lo que le da sentido a todo su trabajo estético. Lo humano, su grito, su angustia.
Aquí encontró el tango, los arrabales, las esquinas, los hombres silenciosos. Encontró lo inconcluso. Nuestra Patria se abre en este texto con toda su complejidad. No somos fáciles de abordar. A veces somos inescrutables, con aristas difíciles, desbordados e inciertos. Incompletos, siempre intensos.
Y aquí están los hallazgos más lucidos de este texto, porque de ese cruce de culturas, de miradas, Fedor Pellmann – desde el extrañamiento y con cierta melancolía – nos habla de esta manera nuestra de ser en el mundo.

Más allá de la globalización. Más acá, en una raíz latinoamericana ruda, solitaria y vibrante.
En estos versos habitan las esquinas del cono urbano, la soledad pampeana, la inclemencia. Pero también el arduo andar del caminante, su búsqueda.
Todo poema es una manera de desnudar lo que nos conmueve, lo que nos golpea, nuestro intransferible grito. Pellmann lo hace en este poemario con los sentidos abiertos, desde el lugar que le ofrece el margen, la frontera. Lo hace desde el abandono de la seguridad de su propia cultura para acercarse a este territorio extraño, bello y a veces brutal en el que se construye nuestro ADN.
Y cuando llegamos al último verso entonces nos embarga el asombro, junto con las gotas de melancolía imprescindibles, tan propias de nuestro ser.
(*) Fedor Pellmann es un autor alemán y escribe versos en español. En sus obras describe tanto lugares y personajes de Buenos Aires, como paisajes del resto de la Argentina. En el foco: la idiosincrasia de un país que sigue defiéndose entre porteños y los habitantes de los más diferentes lugares del interior del país. Fedor Pellmann (1967) es profesor en Letras y tiene un doctorado por la Universidad de Heidelberg. Hoy ejerce su profesión, al tiempo que escribe versos, tanto en alemán como en español.






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