Berlín – El acuerdo arancelario entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) desató duras críticas en Europa y Alemania, donde parte de la industria se siente perjudicada. El acuerdo prevé un tipo arancelario del 15 % para la mayoría de las importaciones de la UE en Estados Unidos. Muchos consideran que se trata de un compromiso desequilibrado, como el Gobierno francés, mientras que el Ejecutivo alemán lo defendió y sólo añadió que espera que ahora se renegocien los aranceles sobre el acero y el aluminio.
“Una pesada carga”
La economista y asesora del Gobierno alemán Ulrike Malmendier considera que el pacto es una pesada carga para parte de la economía germana. Los aranceles del 15 % son una “carga tremenda para la economía, no sólo aquí, sino también en Estados Unidos”, dijo Malmendier en el canal público ARD, agregando que en años y décadas anteriores se había aplicado una tasa en torno al 1 %. “Comparado con eso, esto es un drama”.
Malmendier, que es profesora en Berkeley, California, y forma parte del grupo de expertos que asesora al Gobierno alemán conocido como los “Cinco Sabios”, señaló que el impacto podría ser considerable, sobre todo para empresas y sectores concretos. Sin embargo, aclaró que es difícil estimar lo que significa para la economía en su conjunto.
Qué prevé el acuerdo
El arancel básico del 15 % acordado entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se aplica también a los automóviles, los semiconductores y los productos farmacéuticos.
Un portavoz de la UE aclaró además que en el futuro los automóviles procedentes de Estados Unidos podrán importarse a la UE libres de aranceles, frente al 10 % que se aplicaba hasta ahora. “Estamos dispuestos a llegar a cero”, dijo el funcionario. Sin embargo, el requisito previo es que Estados Unidos cumpla su parte y reduzca los aranceles actuales a las importaciones de automóviles de la UE del 27,5 % al 15 %. Antes de la llegada de Trump al poder, el tipo arancelario era del 2,5 %.

Cautela en la industria
La Federación de la Industria Alemana (BDI) se mostró prudente: “El acuerdo es un compromiso inadecuado y envía una mala señal a las economías estrechamente interrelacionadas de ambos lados del Atlántico”, declararon desde la asociación.
La Federación Alemana de Ingeniería considera que el arancel del 15 % sobre las importaciones de maquinaria a Estados Unidos es un hecho lamentable que afectará especialmente a los fabricantes estadounidenses.
Prácticamente todos los sectores manufactureros estadounidenses dependen de las importaciones de maquinaria europea, afirmó el presidente de la asociación, Bertram Kawlath. “Y esto seguirá siendo así, aunque los fabricantes de maquinaria de Europa sigan invirtiendo en Estados Unidos”.
El experto en automoción Ferdinand Dudenhöffer subrayó que, aunque el acuerdo comercial es bueno para la industria automovilística alemana, no lo es tanto para el empleo. “Los empleados de la industria automovilística y de los proveedores son los perdedores”, afirmó Dudenhöffer. A medio plazo, el 10 % de los puestos de trabajo de la industria automovilística podrían trasladarse de Alemania a Estados Unidos.
Para fabricantes como BMW y Mercedes, con plantas de producción en Estados Unidos, en cambio, el acuerdo significa que se podrán seguir exportando coches a Europa sin coste adicional.
El Gobierno alemán defiende el acuerdo
El Gobierno germano se mostró en cambio satisfecho y dijo que espera que ahora se alivie la elevada carga que grava las exportaciones de acero y aluminio a Estados Unidos. La exportación de estos productos al país norteamericano sigue estando sujeta a aranceles del 50 %.
Sebastian Hille, portavoz adjunto del Gobierno alemán, dijo que, en principio, el Gobierno del canciller Friedrich Merz acogió con satisfacción el acuerdo. “Lo más importante es que se ha podido evitar una escalada innecesaria y un conflicto comercial”, apuntó, añadiendo que tal situación no habría beneficiado ni a la economía ni a los ciudadanos. “No hay duda de que habría sido mejor lograr un mayor alivio. Pero una cosa es lo que se desea y otra es lo factible. Y la política se mueve en el ámbito de lo factible”, indicó.
El conservador Merz se felicitó por el pacto, que ha logrado “evitar un conflicto comercial”. “La Comisión Europea cuenta con todo mi apoyo en las próximas negociaciones sobre los detalles del acuerdo”, declaró.
El canciller añadió que Europa fue capaz de salvaguardar sus intereses fundamentales, aunque le hubiera gustado que se facilitara más el comercio transatlántico. “Todo el mundo se beneficia de unas relaciones comerciales estables y predecibles con acceso al mercado para ambas partes: a ambos lados del Atlántico, empresas y consumidores por igual”, señaló.
En el mismo sentido se manifestó la ministra germana de Economía, Katherina Reiche. “Con un 15 % de arancel básico, el acuerdo es sin duda un reto, pero lo bueno es que proporciona seguridad”, dijo Reiche. “Es correcto e importante que algunos sectores queden excluidos. Para los demás, significará una necesidad de ajuste”.
(AT / dpa)



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