Buenos Aires (AT) – Hamburgo nunca se presenta como un destino masivo. A pesar de ser una de las ciudades más grandes del país, no hay turistas amontonados ni atracciones colapsadas. La variedad de propuestas es amplia: museos, recitales, paseos en barco, barrios bohemios, arquitectura de vanguardia, fútbol alternativo y una oferta gastronómica que va de lo tradicional a lo experimental.
Muchos visitantes llegan desde otras ciudades europeas en tren, sobre todo desde Copenhague, Ámsterdam y Berlín. Desde Latinoamérica, el vuelo con escalas ronda los EUR 700 a EUR 800, dependiendo de la fecha. El transporte público es accesible: un pase diario cuesta EUR 8,40.
La ciudad está atravesada por dos ríos: el Elba y el Alster. Alrededor de ellos se organiza gran parte de la vida cotidiana y turística.
Elbphilharmonie: música clásica en un ícono moderno
Construida en 2017 por los arquitectos Herzog & de Meuron, la Elbphilharmonie es la nueva postal de Hamburgo. Está ubicada frente al río Elba y combina una base de ladrillo con una estructura de vidrio que simula olas. La acústica es de las mejores del continente y su programación incluye desde ópera hasta jazz experimental.
También hay conciertos para niños, talleres para infancias desde los cuatro años y espectáculos para jardines maternales. Se puede visitar la plaza panorámica sin necesidad de entrada, con una vista privilegiada del puerto.
Chilehaus y Kontorhaus: la arquitectura entre guerras

El distrito Kontorhaus, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, muestra la potencia creativa de la arquitectura alemana entre las dos guerras. El edificio Chilehaus, con forma de proa de barco, es el más reconocido. Fue construido con ladrillo oscuro en los años 20 y es una joya del expresionismo.
En la misma zona, vale la pena visitar el Speicherstadt Museum, que organiza recorridos guiados y degustaciones de té, una costumbre muy instalada en la ciudad.
FC St. Pauli: punk, fútbol y política
El club de fútbol FC St. Pauli ofrece una experiencia que va mucho más allá del deporte. El estadio, ubicado en el barrio homónimo, es un espacio de encuentro para colectivos antifascistas, queer, ecologistas y fanáticos de la cultura alternativa. El público es diverso y el ambiente distendido, muy distinto al de los clubes tradicionales.
Su tienda oficial vende remeras, camperas y accesorios con la calavera que representa al club. Estos productos son populares incluso fuera de Alemania.
Miniatur Wunderland: trenes y ciudades en miniatura

Este museo de maquetas abrió en el año 2000 en un galpón de la zona portuaria y creció hasta convertirse en el más grande del mundo en su tipo. Tiene más de 1.000 trenes y casi 16 kilómetros de vías.
Cada sector representa un país o una región: hay réplicas de Suiza, Escandinavia, Estados Unidos y Patagonia. También está Knuffingen, una ciudad ficticia que simula el ritmo de una metrópolis alemana. En 2028 planean inaugurar una sección británica.
La entrada cuesta alrededor de EUR 20 por adulto.
Planten un Blomen: jardines, lagos y espectáculos gratuitos
Este gran parque botánico está en el centro de la ciudad y funciona como refugio verde desde hace más de dos siglos. Tiene un jardín japonés, otro de rosas con más de 300 especies y lagos donde se reflejan los árboles.
Cada noche de verano, a las 22 h, hay un espectáculo de luces y música sobre el agua. Además, organiza actividades gratuitas para chicos, como teatro, patinaje, talleres de ciencia y paseos guiados.
Krayenkamp y la memoria del casco viejo

La Segunda Guerra arrasó con buena parte del casco histórico de Hamburgo, pero Krayenkamp resistió. Es una calle angosta, rodeada de casas de madera perfectamente conservadas.
Allí se puede visitar el Kramer-Witwen-Wohnung, una antigua residencia convertida en museo, que recrea la vida cotidiana de las viudas de los comerciantes en el siglo XVIII.
Reeperbahn: la ruta de los Beatles y mucho más
La zona roja de Hamburgo se reconvirtió en distrito cultural. La Reeperbahn es una mezcla de clubes nocturnos, teatros, bares y salas de ensayo. Fue allí donde los Beatles tocaron por primera vez fuera del Reino Unido, en 1960.
Aún se conservan varios locales originales. Hay visitas guiadas y también la posibilidad de hacer un recorrido autoguiado por las huellas de la banda.
Paseos en barco: el Alster y el Elba
Hamburgo se explora muy bien desde el agua. Por el Alster, que atraviesa el centro, se ofrecen paseos cortos que recorren los lagos Binnenalster y Aussenalster, rodeados de cafés, parques y viviendas elegantes.
Las embarcaciones de Alster Touristik ofrecen recorridos desde EUR 15. Algunos incluyen también canales secundarios rodeados de vegetación.
El Elba, en cambio, muestra el costado industrial. Desde Landungsbrücken salen barcos turísticos que cruzan el puerto y ofrecen otra perspectiva del crecimiento económico de la ciudad.
Tierpark Hagenbeck: el zoológico sin jaulas
Fundado por Carl Hagenbeck en el siglo XIX, este zoológico fue el primero del mundo en eliminar las jaulas. En su lugar hay fosas y espacios abiertos que simulan el hábitat natural.
Actualmente alberga más de 1.400 animales, un acuario y un centro educativo con propuestas para escuelas. Los chicos pueden interactuar con animales de granja y subirse a una mini-feria dentro del parque.
Blankenese: aldea pesquera y barrio residencial
A solo 20 minutos en tren, Blankenese ofrece un descanso del ritmo urbano. Es un antiguo pueblo pesquero reconvertido en barrio exclusivo. Las casitas blancas con techos rojos siguen intactas, al igual que su playa sobre el río Elba.
Cada miércoles por la mañana se arma una feria de productores locales, con pan artesanal, pescado fresco y frutas de estación.
Hamburg Bunker: del horror a la cultura
Este búnker de la Segunda Guerra Mundial fue reacondicionado y hoy funciona como espacio cultural. Adentro hay un teatro, bares, una discoteca y un hotel.
En la terraza, construyeron un jardín con más de 4.000 árboles y arbustos. Desde allí se ve gran parte de la ciudad.
Bergedorf y Jenisch Haus: dos escapadas tranquilas
Bergedorf es el único castillo medieval de Hamburgo. Está rodeado por un parque y funciona como museo desde los años 50. Se puede llegar en tren, en barco o en bicicleta, por una antigua vía reconvertida en sendero.
Jenisch Haus, en cambio, es una mansión neoclásica con vista al río Elba. Muestra mobiliario del siglo XIX y organiza conciertos de cámara y espectáculos infantiles.
Tabla de contenidos
- Elbphilharmonie: música clásica en un ícono moderno
- Chilehaus y Kontorhaus: la arquitectura entre guerras
- FC St. Pauli: punk, fútbol y política
- Miniatur Wunderland: trenes y ciudades en miniatura
- Planten un Blomen: jardines, lagos y espectáculos gratuitos
- Krayenkamp y la memoria del casco viejo
- Reeperbahn: la ruta de los Beatles y mucho más
- Paseos en barco: el Alster y el Elba
- Tierpark Hagenbeck: el zoológico sin jaulas
- Blankenese: aldea pesquera y barrio residencial
- Hamburg Bunker: del horror a la cultura
- Bergedorf y Jenisch Haus: dos escapadas tranquilas



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