El Bundestag votó a favor de eliminar la posibilidad de obtener la ciudadanía alemana en solo tres años, medida que había sido introducida por el gobierno anterior como parte de una reforma orientada a facilitar la integración de migrantes altamente calificados. Con el respaldo del bloque conservador y los socialdemócratas, el Ejecutivo encabezado por el canciller Friedrich Merz (CDU) dio marcha atrás con la llamada “naturalización acelerada”.
Solo cinco años o más
A partir de ahora, la ciudadanía solo podrá solicitarse, como mínimo, después de cinco años de residencia legal y continuada en Alemania, incluso en los casos de personas con fuertes niveles de integración. La doble nacionalidad seguirá permitida.

La opción de acceder al pasaporte alemán en tres años, vigente apenas quince meses, exigía una serie de requisitos: dominio del idioma alemán, independencia económica sin ayuda estatal, y compromiso social activo, como el voluntariado.
Menos del 13% cumplía los requisitos
Según datos recogidos por el Centro Alemán de Investigación sobre Integración y Migración (DeZIM), menos del 13 % de los extranjeros residentes cumplía con todos los requisitos exigidos por la versión exprés de la ley. “El efecto real de esa opción no puede medirse con precisión, simplemente no hubo tiempo suficiente”, explicó el investigador Jannes Jacobsen.

El propio Jacobsen advirtió sobre las limitaciones estructurales del sistema alemán: “Aunque alguien cumpla los requisitos, no significa que se le conceda la ciudadanía de inmediato. El proceso puede demorar hasta más de cuatro años”.
Críticas desde la oposición y el ámbito académico
El ministro del Interior, Alexander Dobrindt (CSU), defendió la decisión oficial. Durante el debate parlamentario, afirmó que la vía rápida “transmitía la idea equivocada de que el pasaporte alemán era una especie de oferta de ocasión”.
Desde el arco opositor, hubo duras críticas. Filiz Polat, diputada de Los Verdes, señaló que “uno de los primeros actos de este nuevo gobierno fue bloquear el acceso a la ciudadanía de personas altamente cualificadas y bien integradas”. El dirigente verde Felix Banaszak fue más tajante: “La marcha atrás de la coalición negro-roja es un error, justo cuando necesitamos a todas las personas comprometidas, hayan llegado hace tres años o tres generaciones”.
Por su parte, la izquierda parlamentaria, a través de la diputada Clara Bünger, cuestionó la falta de una cláusula transitoria para quienes ya habían iniciado el trámite bajo la normativa anterior. “La duración excesiva de los procesos de naturalización afectará a muchos que ahora verán cancelada su posibilidad”, alertó.
La ciudadanía y la falta de mano de obra
Alemania atraviesa una importante escasez de mano de obra calificada en sectores clave como la salud, la tecnología, la educación y los oficios especializados. Ante este panorama, la diputada Polat consideró que trabar la naturalización de trabajadores integrados y capacitados “es injusto e irracional”.

Jacobsen, sin embargo, relativizó ese argumento. A su criterio, “para paliar la escasez de personal calificado no alcanza con facilitar la ciudadanía; se necesitan políticas activas de reconocimiento profesional, acceso a la vivienda y movilidad urbana realista para atraer y retener talento en las grandes ciudades”.
Qué condiciones siguen vigentes
A pesar del retroceso en el plazo mínimo, se mantiene la reforma central que redujo de ocho a cinco años el período de residencia para obtener la ciudadanía alemana. Las condiciones básicas no han variado: residencia legal, solvencia económica, dominio del idioma, conocimientos sobre la cultura cívica alemana, y compromiso con el orden democrático.

La doble nacionalidad también sigue siendo aceptada, y los hijos nacidos en Alemania de padres extranjeros podrán acceder a la ciudadanía automáticamente si uno de los progenitores ha residido legalmente en el país por más de cinco años.




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