Philipp Lahm y Toni Kroos, ambos campeones del mundo con Alemania en 2014, dirigieron críticas punzantes a Julian Nagelsmann. Los cuestionamientos no apuntan a los resultados inmediatos —Alemania clasificó al Mundial 2026— sino a la gestión del plantel, la rotación excesiva y la falta de un núcleo estable que genere automatismos. Las declaraciones de dos referentes históricos del fútbol alemán encendieron el debate sobre el rumbo de la selección a meses del sorteo mundialista.
Lahm habló con contundencia en una entrevista con Sport Bild. “Para mí fueron demasiados cambios, parcialmente por lesiones, pero no solo. Ahora no se sabe: ¿quién es el núcleo, quién encaja con quién?”, señaló el exlateral derecho que capitaneó a Alemania en Brasil 2014. El exportero advirtió que los cambios constantes no brindan la seguridad necesaria a los jugadores establecidos. “Un ejemplo es Leroy Sané. Una vez lo dejan en casa, y luego juega dos veces como titular. Allí hay un peligro”, explicó.

El riesgo de quemar jugadores
Lahm no se limitó a señalar el problema: también alertó sobre sus consecuencias. “Se puede ‘quemar’ a los jugadores”, afirmó. El concepto de “quemar” hace referencia a la pérdida de confianza y estabilidad emocional que sufren futbolistas sometidos a variaciones permanentes en su rol dentro del equipo. Para el exjugador del Bayern Munich, la solución es clara: “Creo que ahora es fundamental no rotar tanto. Debe encontrarse un equipo”.
A pesar de las críticas, Lahm expresó confianza en las posibilidades de Alemania en el Mundial 2026. Sin embargo, condicionó esas chances a dos factores: “Continuidad y automatismos”. Solo con esos elementos, argumentó, puede desarrollarse la excelencia. “La calidad futbolística está presente en cada generación. También la tenemos ahora”, sentenció.
Kroos: “No reconozco a ningún jugador de los rivales”
Toni Kroos, retirado del fútbol profesional tras una carrera que incluyó diez títulos con el Bayern Munich y cinco Champions League con el Real Madrid, también cuestionó el presente de la selección. Sus palabras en su podcast fueron directas y sin concesiones. “No reconozco a ningún jugador de los rivales. Improvisado o no, este tipo de partidos deberían resolverse con lo que tenemos a disposición”, comentó tras la derrota 2-0 ante Eslovaquia en las Eliminatorias Europeas.

Esa caída terminó con un récord notable: Alemania acumulaba 51 partidos sin perder como visitante en eliminatorias, con 41 victorias y 10 empates. El tropiezo eslovaco rompió una racha que parecía inquebrantable y expuso debilidades en un equipo que se recuperó con un triunfo 3-1 frente a Irlanda del Norte, aunque Kroos consideró que la victoria no fue suficientemente contundente.
El exmediocampista también señaló la escasez de futbolistas alemanes de primer nivel en los principales clubes europeos. “Actualmente, no contamos con un grupo de 50 jugadores de talla internacional. Es así, vamos justitos”, admitió. Kroos reconoció que “existen selecciones más fuertes” y ubicó a Alemania fuera del grupo de máximos candidatos tras quedar cuarto en la última Nations League. “Hoy no estamos entre los equipos con mayores expectativas, pero si todos los jugadores están al cien por ciento, todavía conservamos nuestras fortalezas”, matizó.

Nagelsmann responde con dureza
El propio Nagelsmann no esquivó las críticas tras la derrota ante Eslovaquia. “Salvo dos o tres lesionados, estos son los jugadores de mejor calidad que tenemos en Alemania. Quizás la próxima vez tengamos que convocar a jugadores con menos calidad, pero que lo den todo en el campo”, declaró el entrenador de 37 años.
El exentrenador del Bayern Múnich recurrió a un ejemplo de la Bundesliga para enfatizar que la voluntad debe prevalecer sobre el talento individual. “Confío en mis jugadores, pero ser simplemente mejor que el rival no basta si no se demuestra voluntad y ganas. ¿Por qué crees que un equipo como el Wiesbaden casi empató 2-2 con el Bayern? No es por su calidad, sino por la emotividad y el compromiso que mostraron”, argumentó.
El dilema de la rotación
El debate instalado por Lahm y Kroos pone en evidencia un dilema que Nagelsmann deberá resolver antes del Mundial 2026. Por un lado, la rotación permite gestionar la carga física de los jugadores, probar variantes tácticas y evaluar el rendimiento de nuevos futbolistas.

Por otro lado, la falta de continuidad impide la generación de automatismos, erosiona la confianza de los jugadores establecidos y dificulta la consolidación de una identidad de juego. Alemania clasificó al Mundial 2026, pero las voces más autorizadas del fútbol alemán —dos campeones del mundo— exigen un cambio de método.
El sorteo mundialista de este 5 de diciembre encontrará a Nagelsmann en el centro de un debate que trasciende lo futbolístico: ¿puede un equipo aspirar al título sin un núcleo estable? La respuesta que dé el entrenador en los próximos meses definirá las expectativas reales de Alemania en Estados Unidos, Canadá y México.




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