El gobierno alemán presentó un proyecto de ley que duplica las penas mínimas por ataques a fuerzas de seguridad y emergencia, en respuesta a un incremento alarmante de la violencia contra efectivos policiales. En 2024, más de 106.000 agentes fueron víctimas de agresiones en todo Alemania, un 67,2% más que en 2015, según datos del Bundeskriminalamt (Oficina Federal de Investigación Criminal) difundidos por el Ministerio del Interior.

Duplicación de penas mínimas
La ministra federal de Justicia, Stefanie Hubig (SPD), anunció que los ataques físicos contra policías, bomberos, servicios de rescate o alguaciles serán castigados con una pena mínima de prisión de seis meses, el doble de la actual. “Quien ataca a personas que están al servicio de la comunidad y asumen riesgos especiales, actúa de manera particularmente reprobable y debe ser castigado en consecuencia”, declaró Hubig a los diarios del grupo mediático Funke.
El proyecto legislativo establece además que quienes atraigan a fuerzas de intervención a una emboscada y las ataquen enfrentarán una pena mínima de un año de prisión, en lugar de los seis meses actuales. Según la ministra, los ataques contra policías y efectivos de rescate “han alcanzado dimensiones alarmantes en los últimos años”, especialmente durante las noches de Año Nuevo, donde se registraron “agresiones desenfrenadas e inaceptables”.

Ampliación de la protección legal
La reforma amplía la cobertura legal a médicos, personal de enfermería y alguaciles, que serán protegidos con el mismo rigor que policías y otros efectivos de emergencia. Hasta ahora, las disposiciones penales especiales para ataques contra personal médico solo aplicaban durante servicios de guardia o en salas de emergencia.
El proyecto también procura reforzar la protección de voluntarios, políticos comunales y eurodiputados frente a amenazas y violencia. Según el borrador, los jueces podrán imponer penas más severas cuando un delito pueda perjudicar “una actividad al servicio del bien común”, en referencia directa a la intimidación de activistas voluntarios o funcionarios municipales.

Reforma tras años de aumento sostenido
Desde 2017, Alemania cuenta con tipos penales específicos que protegen a fuerzas de seguridad y rescate, con penas de hasta cinco años de prisión por agresiones físicas, independientemente de si la violencia se ejerce durante un arresto u otra intervención. Se considera caso especialmente grave cuando el agresor o un cómplice porta un arma u otro instrumento peligroso.
Pese a esta legislación, las estadísticas muestran un crecimiento continuo de la violencia. Según el informe federal “Violencia contra funcionarios policiales”, aproximadamente el 87% de los casos correspondió a actos de resistencia o agresiones físicas. La definición estadística de violencia incluye también amenazas, coacción y lesiones corporales simples intencionales.

Perfil de los agresores
El Ministerio del Interior indicó que cerca de cinco de cada seis personas (83,1%) identificadas como sospechosas tras supuestas agresiones contra policías son hombres. Más de un tercio (34,9%) de los sospechosos determinados son extranjeros, precisó la cartera.
El ministro federal del Interior, Alexander Dobrindt (CSU), subrayó que “la violencia contra policía, bomberos y servicios de rescate ya no es un caso excepcional, sino que lamentablemente forma parte del día a día de muchos”. Dobrindt consideró que “cuando cada año se cuentan decenas de miles de ataques, eso demuestra que el respeto y la consideración se están perdiendo cada vez más”.

Aceleración de procedimientos
Dobrindt adelantó que su ministerio impulsará junto a Hubig una ley que “endurezca las penas, acelere los procedimientos y fortalezca notablemente la seguridad de los efectivos de intervención en el servicio diario”.
El ministro enfatizó la necesidad de actuar con mayor rapidez y establecer consecuencias claras. La opinión pública alemana tomó mayor conciencia del problema tras los disturbios durante la Nochevieja de 2022-2023 en Berlín, cuando 15 bomberos y 18 policías fueron atacados y heridos. Desde entonces, tanto fuerzas policiales como bomberos y servicios de rescate vienen denunciando un aumento en la frecuencia y la intensidad de las agresiones.




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