Buenos Aires (AT) – Defensores de los consumidores expresaron su inquietud ante la inminente “sacudida de precios” que se avecina en el ámbito gastronómico alemán. Las alertas se encendieron tras el anuncio del gobierno de revertir la tasa reducida del impuesto al valor agregado (IVA) en alimentos servidos en restaurantes y cafeterías a partir del 1 de enero de 2024. Se elevará de nuevo al 19 por ciento.
En un comunicado emitido esta semana, el gobierno detalló sus planes de aumentar la tasa de IVA en establecimientos de comida. De esa manera se revierte la reducción aplicada anteriormente al 7 por ciento en respuesta a las dificultades económicas provocadas por la pandemia de coronavirus. Esta medida, implementada para respaldar a las empresas afectadas por cierres prolongados, se extendió hasta finales de 2023 debido al aumento de la inflación vinculado al incremento de los costos energéticos.
No obstante, la administración gubernamental justificó su decisión como parte de un conjunto de medidas de austeridad presupuestaria. Sin embargo, los detractores de este plan sostienen que desincentivará a la población a comer fuera, lo que podría resultar en el cierre de numerosos establecimientos gastronómicos.
DEHOGA, la Asociación Alemana de Hoteles y Restaurantes, también se mostró preocupada por la medida. Según informes de Tagesschau, el sector ya experimentó una disminución del 16.1 por ciento en el número de establecimientos, con 36.000 negocios que cerraron definitivamente durante los años 2020 y 2021.
El caso argentino
En Argentina la discusión sobre los impuestos es un tema hoy en candente. Durante la reciente campaña presidencial, el candidato y ministro de Economía Sergio Massa implementó una devolución del IVA en alimentos. Sin embargo, los impuestos siguen siendo altos.
En un informe elaborado por los tributaristas de la UIA, que comparó datos de 30 países (G20 y Sudamérica, abarcando el 86% del PBI mundial), se llegó a la conclusión de que, entre los siete impuestos más relevantes, Argentina ostenta la carga impositiva más elevada en seis de ellos, y en uno en particular, el impuesto al valor agregado (IVA), se ubica en la cuarta posición.
El IVA fue instaurado en Argentina en 1975. Se aplicó tanto a bienes como, desde 1990, a servicios, gravando el valor agregado en cada etapa de la cadena productiva. La alícuota original en 1975 fue del 13%, aumentando posteriormente al 16%, luego al 18%, y alcanzando la actual tasa del 21%. Nunca se produjo una reducción.
De los 30 países analizados en el informe, solo cinco superan la alícuota del 20%, entre ellos Italia y Uruguay con el 22%, España, Países Bajos y Argentina con el 21%. La mayoría de estos países no supera el 16%.
En alimentos se destaca particularmente la disparidad entre Argentina y la mayoría de los países. Muchos eximen los alimentos, o aplican una alícuota reducida que generalmente oscila entre el 5% y el 10%. Argentina, a diferencia de estos países, aplica la alícuota general del 21% a la mayoría de los alimentos, salvo algunos pocos productos sujetos al 10,5%.
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