Buenos Aires (AT) – La historia de la familia Catalán Hammerschmidt es como la de muchas otras que decidieron abandonar el país en los últimos años. En 2014 la familia tuvo una primera experiencia viviendo un año en Springe, una pequeña ciudad cerca de Hannover. Luego retornaron a La Rioja. Jorge, el padre de María Isabel, es empresario y su mamá, Lorena Uliana, es profesora de inglés y español. Para ese entonces The Voice Kids era tan solo un programa de tele desconocido para los Catalán.
Durante 2020 el encierro sufrido a consecuencia de la pandemia de Covid-19 les dio el “empujoncito” final a los Catalán para volver a Alemania. Luego de unos meses en Buenos Aires, necesarios para tramitar visas y demás papeles, en diciembre de 2021 la familia voló para instalarse en Hannover.
María Isabel (14) tiene dos hermanos menores Antonio (13) y Fede (8), desde muy chica se acercó a la música y siempre tuvo pasión por el canto. Aprendió a tocar diferentes instrumentos. Cantó en diferentes coros. El canto la llevo en 2017 al Vaticano, junto al Coro de Niños de La Rioja fueron a cantar frente al Papa Francisco. Isa era la más chica del coro.
Lo que más disfrutaba Isa de su vida en La Rioja era las juntadas con amigos y familia a comer asado y a disfrutar de una pileta. Eso es lo que también más extraña, el calor riojano y la carne. “De la carne de acá no me voy a acostumbrar nunca” contesta y se ríe Isa ante las primeras preguntas sobre su mudanza a Alemania.
¿Cómo fue la mudanza a Alemania, cómo tomaron la decisión?
En 2014 habíamos estado un año en un pueblo cerca de donde vivimos hoy (Springe). Luego en 2020, durante el encierro por la pandemia mis padres empezaron a pensar en volver a mudarnos a Alemania, esta vez de manera más definitiva. Finalmente, luego de unos meses en Buenos Aires en diciembre de 2021 viajamos para Hannover, que es la ciudad donde vivimos actualmente.
¿Qué sabías de Alemania antes de viajar? ¿Sabías algo del idioma, hay comunidad de habla alemana en La Rioja?
Elegimos Alemania porque mi abuela es alemana. Ella emigró durante la Segunda Guerra Mundial y todavía vive en La Rioja. De alemán solo sabía un par de palabras: Flugzeug (avión), Blumen (Flores), Hallo (hola) y Tschüß (chau), nada más (se ríe). La verdad es que en La Rioja no conocía a nadie que hablara alemán salvo mi abuela (se ríe). Recuerdo que cuando era más chica una prima mía, Angelina, por parte de la familia de mi abuela que se quedó en Alemania hizo un intercambio con La Rioja y, si bien era más grande que yo, tuve mucho contacto con ella. A ella también le gustaba mucho la música. O sea que algunos pocos vínculos con Alemania tenía. No era un país que me resultara totalmente ajeno.
Con esa prima luego nos reencontramos acá cuando nos mudamos. Ellos viven en Berlín. Angelina tiene 18 años ahora, pero tiene dos hermanas más. Y con una de ellas, Valentina, que tiene mi edad nos hicimos muy cercanas. Ella me acompaño a The Voice.
Al principio la idea de mudarnos a Alemania lo tomé bien. Sentía que era un lugar donde tendría muchas más oportunidades de desarrollar mi pasión por la música que en La Rioja. También me entusiasmaba mi futura escuela, Gymnasium Christophorusschule, a la que comencé a investigar por internet y vi que era enorme y que tenía un montón de actividades extra curriculares que me interesaban. Pero cuando se acercó la fecha y nos vinimos a Buenos Aires unos meses antes a terminar de armar los papeles me empezó a pesar la idea de dejar “toda una vida” en La Rioja. Veía que era la única de la familia que se sentía así y no lo podía entender.
¿Cómo fueron esos primeros tiempos en Hannover? ¿Te ayudaron desde el colegio?
Recuerdo que el primer día fue durísimo. Hacía muchísimo más frío que el que recordaba. Y llegar a la casa y que esté toda vacía no ayudó mucho. Extrañaba muchísimo el clima riojano, las juntadas a comer asado y pileta con amigos y familia. Las juntadas a comer asado las sigo extrañando mucho (se ríe). La escuela al principio me costó mucho. El grupo era un poco difícil y se conocían todos desde jardín de infantes. Me refugié mucho en la música.
Pasaba mucho tiempo sola tocando la guitarra o el piano. Tuvimos la suerte que una compañera de trabajo de mi papá le “sobraba” un piano de cola en la casa y nos lo pasó. Imaginate un piano de cola en el medio del living de casa. (se ríe) Ese primer invierno toqué muchísimo, la música fue mi gran contención.
Pero luego con el final del invierno y el clima más lindo todo comenzó a mejorar. La escuela me gusta mucho, los profes son geniales. Por suerte me va muy bien en la escuela, pero reconozco que me esfuerzo más que en La Rioja. El idioma lo estoy perfeccionando, me gusta y me esfuerzo por aprender cada vez más, ampliar el vocabulario, hablar como hablan los adolescentes y por pronunciar de manera correcta. Mucha gente se sorprende cuando le digo que hace dos años no sabía más que esas cuatro palabras y me felicita cuando me escucha hablar en alemán. Pero me parece que es que son muy gentiles. (se ríe)
Hubo varios profesores que me ayudaron, pero hubo dos que particularmente se acercaron más y terminaron siendo amigos de la familia. Una profesora de alemán que me llevó a Leipzig, la ciudad de Bach, fuimos al museo, recorrimos la ciudad y sus alrededores y nos alojamos en la casa de su familia. Y el profesor de música siempre estuvo muy presente para ayudarme en todo, no solo en la parte musical.
Tengo una anécdota de cómo me ayudó a integrarme al grupo, un día llego al aula y veo que trajo una guitarra, él sabía que yo tocaba y de repente delante de todos en la clase dice: “Isa no te enojes pero yo les prometí a tus compañeros que hoy les iba a tocar algo.” Canté un tema de Soda Stereo y rapsodia bohemia de Queen y les gustó y eso ayudó mucho como para “romper el hielo” con el grupo. Y en cierta manera ahí empezó lo de The Voice, porque una chica después de que canté me dijo: “¡Vos tenés que anotarte en The Voice Kids!” Y bueno yo le terminé haciendo caso (se ríe).
Estos dos profesores viajaron a Berlín para verme participar de las audiciones de The Voice. Y fue muy emotivo verlos a ellos dos sentados con el público.
¿Cómo es tu relación con la música? Alguien de tu familia toca algún instrumento? ¿Qué música escuchás? ¿Escuchás música alemana?
Mi padres no tienen mucha relación con la música, pero mis abuelos sí. Mi abuela, alemana, tocaba el piano, de hecho mi primer piano fue el que ella usaba, que me lo pasó a mi. Un abuelo tocaba el acordeón y fue profesor de música en el conservatorio. Yo comencé a estudiar a los cinco años, aprendí a tocar el piano. Me gustaba mucho la opera de chica, cantar desde que tengo memoria, siempre tuve profes de diferentes géneros. Canté en coros. En la pandemia empecé a tocar mucho la guitarra. También toco el ukelele.
Intento escuchar música lo más variado posible, escucho música italiana, alemana, mucha música clásica, latinoamericana: tangos y boleros, no reggaetón (se rie); jazz y pop. Escucho música de los 60, 70, 80 y 90, hay algunas cosas que me gustan más que otras pero trato de ser ser lo más amplia posible de mente. Con mi participación en The Voice le empecé a prestar más atención a la música en alemán y la disfruto mucho.
Tuve una profesora de piano muy buena. Es tailandesa, es muy joven. La considero casi como una amiga. Ella me introdujo en el jazz que es un género que me interesa y en el que estoy incursionando bastante.
¿Cómo fue que ingresaste a The Voice Kids?
Me anoté de manera muy inconsciente en 2022 para el programa de 2024. Creía que no iba tener chances, además 2024 lo veía como algo lejísimo. Pero como la inscripción era sencilla y sólo tenía que completar muy pocos datos la mandé. Luego tuve que mandar un video pero la realidad es que en ese momento yo estaba muy metida tocando el piano para poder ingresar a la universidad de música para jóvenes para estudiar piano clásico así que mandé un video que ya tenía grabado sin muchas expectativas.
Luego sucedió que del programa me llamaron y a la universidad no pude entrar, entonces ahí empecé a concentrarme en practicar vocal jazz. Me llamaron para que vaya a un casting y luego a otro y así fui pasando instancias. Y finalmente quedé seleccionada.
Al principio no podía decir nada, de la productora me decían que no podía adelantar nada que había quedado seleccionada. Cuando finalmente me “autorizaron” a contar, recibí un montón de mensajes de apoyo desde la La Rioja, fue muy emotivo, amigas y gente no tan cercana que había perdido un poco el contacto me escribieron. Fue muy lindo para mi sentir que luego de casi dos años me tenían tan presente. Me emocioné mucho cuando una amiga contó que cuando recibió la noticia se paró en el medio del aula y grito: “¡Isa está en la Voice de Alemania!” (se ríe). Para mi es muy importante el apoyo de la gente querida, estoy convencida que sin apoyo no se puede llegar a ningún lado.
Tanto mi familia de acá como la de La Rioja recibieron muy bien la noticia y mi participación en el programa y me apoyaron mucho. Y en el colegio de acá también me felicitaron y me preguntaron cosas pero se lo tomaron con más naturalidad. De mi colegio de La Rioja me llegaban un montón de mensajes con preguntas querían saber todo. Acá fue todo un poco más moderado. (se ríe)
¿Cuáles son tus expectativas respecto a The Voice Kids?
Por un lado, lógicamente, darme a conocer, dar un salto profesional con la música. Pero más importante aún es hacerme amigos y conocer gente que hace y le gusta tanto la música como a mí. Y por suerte este segundo objetivo se está cumpliendo. Cuando llegué a Alemania, como te contaba antes, me costó mucho hacerme amigos y pasé los primeros meses bastante sola.
Me ayudaron muchos dos profesores, uno de música que me invitó a tocar a la banda del colegio, me puso a cantar en la banda y me prestó una guitarra eléctrica. Y me hizo dar cuenta que la música era lo que me iba a ayudar a hacerme amigos. Entonces me dije no importa cómo me vaya en The Voice, lo importante es “usar” el concurso para socializar. Y es impresionante la cantidad de gente que conocí y los amigos que hice gracias al programa.
De afuera el concurso puede parecer muy competitivo pero del otro lado del escenario el clima es muy distinto, la gente es muy solidaria y empática. Se alegran por vos cuando te va bien, te apoyan cuando la cosa se pone difícil. Sin importar como siga en las instancias, para mí ya todo es ganancia.
Todavía tenés un par de años de colegio por delante. ¿Qué querés hacer cuando termines el colegio? ¿Te gustaría quedarte en Alemania? ¿Estás esperando volver a la Argentina?
No sé si me veo viviendo definitivamente en Alemania, pero sí seguro por lo menos por los próximos cinco años. La idea, bueno, obviamente, terminar el colegio y después seguir estudiando música. No sé si acá en Hannover, pero seguro dentro de Alemania. Sé que en algún momento voy a querer volver a Argentina, porque es mi hogar. Pero Alemania lentamente se está convirtiendo en mi hogar también. Tengo el corazón dividido en dos. (se ríe).
Lo que tengo claro es que me voy dedicar a la música, no se me ocurre otra cosa, no hay “plan b”, sea acá, en Argentina o cualquier lado. La música siempre será mi primera opción.
¿Te arrepentís de la experiencia de la mudanza? ¿O hubieras preferido otro país?
No, no me arrepiento para nada. Y por otro lado, no era lo mismo si nos íbamos a cualquier otro país. Yo siento que volvimos a nuestras raíces. Siento esa conexión con Alemania por mi abuela. Siento que tenía que ser Alemania.
¿Le recomendarías a tus amigos una experiencia similar a la tuya?
Sí, totalmente. Yo estoy agradecida a mis padres por darnos esta oportunidad de conocer otras cosas, otro mundo, otra gente. Ojo, hay momentos que son muy duros y no es todo fácil. Extrañar a la familia, a los amigos, no manejar el idioma. Pero así es la vida y esas dificultades te ponen a prueba, te ayudan a crecer y a ser más duro. Pero el balance es positivo.
Mañana comienzan las transmisiones de The Voice Kids en la televisión alemana. Isa ya hizo lo suyo, grabó sus audiciones, los jueces y el público tendrán la última palabra. Pero a Isa le queda claro que pase lo que pase, ella ya ganó.
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