Buenos Aires (AT) – El Deutsches Museum de Múnich, uno de los museos de ciencia y tecnología más reconocidos a nivel mundial, decidió cubrir el retrato de Elon Musk que formaba parte de una exhibición permanente sobre astronáutica. Esta decisión generó tanto curiosidad como debates públicos, sobre todo porque coincidió con la aparición de un video del empresario estadounidense realizando un gesto que muchos consideraron un saludo nazi durante un evento.
La noticia desató una ola de reacciones dentro y fuera de Alemania, donde las normas culturales e históricas relacionadas con símbolos del nazismo son muy estrictas. El retrato de Musk, que había estado expuesto durante tres años como parte de una sección dedicada a visionarios en el ámbito de la astronáutica, se retiró en un contexto marcado por cuestionamientos éticos y políticos.
El lugar de Musk en la historia de la astronáutica
El retrato de Musk, exhibido junto a figuras históricas como el físico austríaco Max Valier y el físico húngaro-alemán Hermann Oberth, formaba parte de un panel titulado “Visionarios del pasado y el futuro”. Este espacio reconocía a individuos que, con sus ideas y proyectos, transformaron el ámbito de la exploración espacial. Musk, fundador de empresas como SpaceX y Tesla, era presentado como un innovador que impulsa el avance tecnológico en la carrera espacial del siglo XXI.
Sin embargo, la dirección del Deutsches Museum tomó la decisión de cubrir su retrato argumentando que glorificar a personas vivas en una exhibición permanente puede generar problemas éticos. Un portavoz del museo explicó que las figuras presentadas en el panel solo contaban con unas pocas líneas de información, lo que dificultaba ofrecer un contexto más amplio o matizado cuando surgen controversias relacionadas con estas personas.
La decisión de retirar la imagen de Musk no es aislada. En varios museos del mundo, se ha debatido sobre cómo presentar a figuras públicas en exposiciones permanentes, especialmente cuando estas personas aún están activas y sus acciones siguen generando controversias. Este caso particular ha puesto de relieve las tensiones entre el reconocimiento de logros tecnológicos y la responsabilidad ética de las instituciones culturales.
La polémica del video de Musk
La controversia escaló luego de que circulara un video en el que Musk parece realizar un gesto interpretado como un saludo nazi durante un evento relacionado con la inauguración de Donald Trump. En Alemania, cualquier manifestación vinculada al nazismo, incluido el saludo nazi, está estrictamente prohibida y puede ser sancionada penalmente.
El gesto generó reacciones divididas. Algunos lo calificaron como un apoyo explícito a ideologías extremistas, mientras que otros lo consideraron un malentendido o un gesto torpe en un momento desafortunado. La Liga Antidifamación de Estados Unidos se pronunció señalando que podría tratarse de una situación malinterpretada, pero en Alemania, la sensibilidad hacia estos temas es particularmente alta debido a su historia.
Charlotte Knobloch, presidenta de la comunidad judía de Múnich y la Alta Baviera, expresó su preocupación ante el gesto de Musk, describiéndolo como inquietante. Sin embargo, destacó que las posturas políticas del empresario y su interferencia en la política alemana resultan aún más preocupantes. Estas acciones incluyen su apoyo público a un partido con tendencias consideradas antidemocráticas.
Musk y la política alemana
El impacto de Musk en Alemania no se limita a la controversia del video. El empresario ha generado debates por su relación con figuras políticas y sus declaraciones públicas. Recientemente, Musk transmitió una entrevista de 75 minutos con Alice Weidel, candidata a canciller por el partido AfD, conocido por sus posturas de extrema derecha. Durante la entrevista, Weidel realizó afirmaciones incorrectas sobre la historia del nazismo en Alemania, lo que llevó a las autoridades a investigar el caso como una posible donación ilegal al partido, en violación de la ley electoral alemana.
El canciller saliente Olaf Scholz también se pronunció sobre la situación, subrayando que Europa respeta la libertad de expresión, pero dejando claro que no se tolera el respaldo a posturas extremas. Estas declaraciones reflejan la complejidad del caso de Musk, que mezcla su papel como figura influyente en la tecnología con las implicaciones de sus acciones y declaraciones en el ámbito político.
En respuesta a las críticas, Musk recurrió a su plataforma X (antes conocida como Twitter) para desestimar las acusaciones. Con un tono irónico, escribió que sus adversarios políticos necesitan mejores estrategias para atacarlo y describió las críticas como “agotadoras”.
Hacé tu comentario