Buenos Aires (AT) – En 2024, Alemania destinó EUR 198 por persona a inversiones en trenes. La cifra marca un récord histórico y representa un aumento del 74% con respecto a los EUR 114 del año anterior, según un informe conjunto de la asociación Pro-Rail Alliance y la consultora SCI Verkehr. Sin embargo, a pesar del salto, Alemania sigue detrás de varios países europeos en esta materia.
Noruega invirtió EUR 294 por habitante, Austria alcanzó los EUR 352, Suiza destinó EUR 480 y Luxemburgo lideró el ranking con EUR 587. Estos números reflejan la distancia que aún separa al sistema ferroviario alemán de los países que priorizan desde hace años este modo de transporte.
Alemania busca trasladar parte del tráfico de carga y pasajeros de las rutas hacia el tren. La medida forma parte de los compromisos para reducir las emisiones del sector transporte, una de las áreas que más dificultades presenta dentro de la transición energética. Según datos oficiales, las emisiones del transporte alemán permanecen casi sin cambios desde hace décadas, a pesar de los avances en otras áreas.
Un maratón, no un sprint
Dirk Flege, director de la Alianza Pro Schiene, celebró el aumento de los fondos, pero pidió cautela ante el entusiasmo prematuro. “Reducir el retraso en la inversión no es una carrera corta, sino una de largo aliento”, afirmó. Para Flege, lo importante no es solo aumentar los fondos, sino garantizar su continuidad en el tiempo.
El especialista criticó el uso de fondos especiales aislados y pidió la creación urgente del fondo permanente para infraestructura ferroviaria prometido por la coalición de gobierno. Según su visión, un financiamiento estable, plurianual y previsible es esencial para evitar saltos abruptos entre años y permitir una planificación estratégica.
Desde la consultora SCI Verkehr, la analista María Leenen coincidió con ese diagnóstico. Destacó que Alemania aún no logra implementar un sistema de planificación coherente y de largo plazo como el que existe en Austria o Suiza. En esos países, los presupuestos ferroviarios están acompañados por metas claras y una gobernanza estricta. Eso permite desarrollar obras a gran escala sin depender de decisiones políticas coyunturales.
Fondos a largo plazo y oportunidad verde
El operador nacional Deutsche Bahn ya expresó su interés en acceder a una parte sustancial del nuevo fondo de infraestructura de EUR 500.000 millones que el gobierno alemán proyecta para los próximos años. Según documentos internos a los que accedió la agencia DPA, la empresa busca captar hasta EUR 150.000 millones de ese fondo para renovar y expandir su red ferroviaria en los próximos diez años.
En paralelo, la presidenta de la CEO Alliance for Climate and Economy, Sabine Nallinger, destacó que el proceso de modernización representa una oportunidad estratégica. A su juicio, el programa ferroviario puede impulsar la producción y el uso de materiales industriales sostenibles, como el acero verde y el cemento bajo en emisiones. Para lograrlo, pidió establecer criterios climáticos obligatorios en las compras públicas relacionadas con obras ferroviarias.
La idea no es nueva. La Unión Europea ya trabaja en reglamentaciones que obliguen a los Estados miembro a integrar objetivos ambientales en sus procesos de contratación pública. Aplicar estas normas en Alemania permitiría que el dinero destinado a infraestructura también funcione como motor para sectores industriales que buscan adaptarse a las nuevas reglas del juego.
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