Buenos Aires (AT) – Alemania ha aprobado una de las mayores expansiones de centrales de ciclos combinados en Europa, pero esta autorización está condicionada a la adaptación de los proyectos al hidrógeno entre 2035 y 2040, en línea con los ambiciosos objetivos medioambientales del país.
¿Qué es una central de ciclos combinados?
Una central de ciclo combinado es una instalación de generación de energía eléctrica que utiliza tanto una turbina de gas como una turbina de vapor. El ciclo combinado aprovecha el calor residual de los gases de escape de la turbina de gas para generar vapor y alimentar la turbina de vapor, lo que aumenta la eficiencia del proceso y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre las ventajas de este tipo de instalaciones combinadas se encuentra la flexibilidad: ya que la central puede operar a plena carga o cargas parciales, hasta un mínimo de aproximadamente el 45% de la potencia máxima. Eficiencia elevada. El ciclo combinado proporciona mayor eficiencia por un margen más amplio de potencias.
El proyecto presentado por Alemania
Tras prolongadas negociaciones, se ha tomado la decisión de asignar hasta 10 gigavatios (GW) en cuatro licitaciones a corto plazo, lo que podría resultar en la construcción de entre 15 y 20 nuevas instalaciones. Este plan de expansión busca hacer frente a la creciente demanda de electricidad y asegurar una oferta constante, especialmente ante la intermitencia en la generación de energía de fuentes renovables como la solar y la eólica.
La iniciativa gubernamental busca actualizar estas nuevas centrales eléctricas para que puedan emplear hidrógeno como combustible en algún momento entre 2035 y 2040. Además, se considera la posibilidad de implementar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, según un comunicado emitido recientemente.
Además, el objetivo es garantizar una generación constante de electricidad las 24 horas del día, proporcionando así electricidad de carga base.
Desafíos y controversias que presentan las centrales de ciclos combinados
A pesar de la relevancia de este proyecto, estimado en un costo entre 15.000 y 20.000 millones de euros en los próximos 20 años, ha suscitado controversias. La transición al hidrógeno entre 2035 y 2040 presenta desafíos para cumplir con los compromisos previos de lograr una producción eléctrica libre de emisiones para 2035, un objetivo acordado con Francia y otros cinco países europeos a finales del año pasado.
Necesidad de ampliación y decisiones pendientes
Varios analistas especializados en energía han señalado que la ampliación de las centrales de gas “es necesaria” para abordar la escasez prevista en la década de 2030, especialmente con el aumento de la demanda en los sectores del transporte y la calefacción. Aunque se ha aprobado la expansión de las centrales de gas, el gobierno aún debe tomar decisiones cruciales.
La transición exacta de estas centrales al hidrógeno se decidirá en 2032. Sin embargo, no se especifica que el hidrógeno utilizado deba ser exclusivamente verde y proveniente de fuentes renovables. Además, un plan anterior para licitar 8,8 GW de unidades que funcionarían inmediatamente con hidrógeno ha quedado en stand by, ya que la iniciativa de gas verde del país está aún en fase de borrador.
Recepción de la Industria Alemana
La industria eléctrica alemana ha acogido favorablemente este plan, aunque subrayan la urgencia de actuar rápidamente. Michael Lewis, CEO de Uniper SE, ha afirmado que la construcción de las nuevas centrales y las instalaciones de almacenamiento llevará varios años. La segunda mayor minera de carbón de Alemania, Lausitz Energie Bergbau AG, ha destacado la importancia de considerar sus preocupaciones sobre el acceso a los gasoductos y la reducción de las emisiones de carbono. RWE, por su parte, ha expresado su interés por las licitaciones.
Evaluación y aprobación por la Comisión Europea
A pesar de la recepción positiva de la industria a nivel local, el plan aún debe ser evaluado y aprobado por la Comisión Europea, que ya ha expresado preocupaciones sobre la expansión de los combustibles fósiles. Las centrales previstas serán cruciales para que Berlín convenza a los productores orientales de lignito, el tipo más contaminante, de que eliminen progresivamente las centrales de carbón antes de la fecha oficial de 2038 y ayuden a Alemania a alcanzar antes sus objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero.
Hacé tu comentario