domingo, 20 de octubre de 2024

Buenos Aires (AT) – El 19 y 20 de octubre se llevó a cabo la segunda conferencia conjunta entre la Universidad de Toronto y la Universidad de Cambridge. El evento, organizado por la Iniciativa Conjunta en Estudios Alemanes y Europeos (JIGES) de Toronto en colaboración con el Centro DAAD de Cambridge, se centró en el tema “Alemania en un Punto de Inflexión: Desafíos Políticos y Económicos en Perspectiva Histórica”. Durante dos días, académicos de las ciencias sociales y las humanidades discutieron las complejidades políticas y económicas que enfrenta Alemania en la actualidad, en diálogo con su historia.

La primera jornada abrió con una presentación de Hans-Michael Heinig sobre los desafíos constitucionales de Alemania respecto a la legitimidad democrática y la representación, en el contexto de la reciente reforma electoral. El análisis se enfocó en cómo el sistema político alemán se adapta a las exigencias contemporáneas de una mayor representatividad. Phil Triadafilopoulos siguió con una discusión sobre la política de integración y el rol de la instrucción religiosa para niños musulmanes en una sociedad multicultural.

En el marco de la guerra entre Rusia y Ucrania, Trevelyan Wing presentó un análisis de la transición energética de Alemania, conocida como Energiewende, evaluando tanto su evolución histórica como los obstáculos presentes. Jean-Michel Johnston ofreció una reflexión sobre soberanía y derecho internacional, explorando el papel de los pequeños estados alemanes en el siglo XIX. El primer día concluyó con Alexander Reisenbichler, quien abordó la crisis de asequibilidad de la vivienda en Alemania y las distintas respuestas de los partidos políticos.

Memoria, disparidades económicas y estrategia de innovación

Olaf Scholz
El canciller presenta la estrategia “Zeitenwende” en un discurso clave para la política alemana.

El segundo día comenzó con Doris Bergen, quien examinó los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamas y su relación con la cultura de la memoria en Alemania, enfocándose en la conmemoración del Holocausto y las implicancias para la política exterior. Marcus Böick expuso sobre las persistentes disparidades económicas entre Alemania Oriental y Occidental desde la reunificación, haciendo un balance de las políticas implementadas para reducir esta brecha.

Randall Hansen aportó una perspectiva sobre la trata de personas en sectores clave de la economía alemana, ilustrando su impacto en la estructura laboral del país. Finalmente, Melina Mandelbaum analizó la estrategia de innovación de Alemania, evaluando las iniciativas en curso para fomentar el desarrollo tecnológico y fortalecer su competitividad global.

La conferencia permitió un amplio intercambio de ideas sobre el presente y el futuro de Alemania en un escenario de profundos cambios políticos, económicos y culturales.

Perspectivas políticas y económicas de Alemania

ucrania
El transporte de suministros militares hacia Ucrania, símbolo del apoyo de Alemania en el conflicto contra Rusia.

Recordemos que la llegada de Olaf Scholz a la cancillería alemana marcó un punto de inflexión en la política y la economía del país. El concepto de “Zeitenwende,” introducido en su discurso del 27 de febrero de 2022, simboliza una transformación en la estrategia de defensa y política exterior de Alemania, especialmente en el contexto de la invasión rusa a Ucrania. Este cambio afecta las relaciones internacionales de Alemania, así como su situación económica y social en un mundo en constante evolución.

El discurso de Scholz destaca dos objetivos a largo plazo: el fortalecimiento de las fuerzas armadas alemanas y la adopción de una política exterior más asertiva. Para alcanzar estos objetivos, se creó un fondo especial de EUR 100 mil millones destinado a la Bundeswehr, las fuerzas armadas del país. Este fondo permite a Alemania, por primera vez desde la caída de la Unión Soviética, destinar el 2% de su PIB a la defensa en 2024, un compromiso que se espera mantenga durante la próxima década. Sin embargo, la modernización de las fuerzas armadas requerirá tiempo y esfuerzo, y es probable que las críticas persistan respecto a la efectividad de estos gastos en transformar a Alemania en una potencia militar más robusta.

El apoyo militar a Ucrania también se ha incrementado. Alemania es el segundo mayor proveedor de asistencia militar al país invadido, con compromisos de ayuda que alcanzan los 17.7 mil millones de euros desde el inicio del conflicto. Además, la gestión del gobierno de Scholz en la UE fue clave, canalizando importantes sumas de asistencia financiera hacia Ucrania, lo que refleja la intención de Berlín de jugar un papel activo en la defensa del orden internacional basado en reglas.

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Infraestructura de energía renovable en Alemania, marcando el camino hacia la independencia energética tras la reducción de la dependencia de Rusia.

Un cambio crucial de Alemania es la reducción de su dependencia energética de Rusia. Antes de la invasión, Alemania importaba aproximadamente el 55% de su gas desde Rusia. Sin embargo, para enero de 2023, el país logró una independencia energética notable. Esta transformación fue considerada casi imposible por muchos, especialmente dada la historia de relaciones cercanas entre Alemania y Rusia. Aun así, esta decisión tiene implicaciones para la seguridad energética, así como para la política exterior alemana.

Mientras que la dependencia de Rusia se redujo, la relación con China presenta un desafío más complejo. Alemania adoptó un enfoque más crítico y cauteloso hacia el gigante asiático, enfatizando la necesidad de diversificar sus cadenas de suministro y reducir la vulnerabilidad a la coerción económica. Esta estrategia de “des-riesgo” es clave en un momento en que la política china presenta riesgos. En 2023, se firmó un acuerdo con Intel para construir una fábrica de chips en Magdeburg, lo que refleja un esfuerzo por disminuir la dependencia de microchips provenientes de Taiwán y reforzar la base industrial nacional.

El cambio en la política de defensa y las relaciones exteriores se acompaña de un cambio en la percepción pública en Alemania. Encuestas recientes indican un creciente apoyo entre la población para un papel internacional más activo. Un 60% de los encuestados opina que las empresas alemanas deben reducir su dependencia de China, aunque eso implique pérdidas económicas. Además, un 66% apoya la continuación de la asistencia militar a Ucrania, y un 72% está de acuerdo en que Alemania debe gastar al menos el 2% de su PIB en defensa. Estos datos reflejan una evolución en el pensamiento de la población alemana hacia un mayor compromiso en asuntos de seguridad y defensa.

Sin embargo, el camino por delante no está exento de desafíos. La crítica hacia el gobierno de Scholz persiste, especialmente respecto a la percepción de que su administración ha sido demasiado cautelosa en el suministro de ciertas armas a Ucrania. Además, la opinión pública sigue siendo cautelosa respecto al uso de la fuerza militar en el extranjero, lo que limita las acciones del gobierno en este sentido.

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