Buenos Aires (AT) – Los diferentes escenarios electorales en Estados Unidos podrían tener graves e importantes consecuencias para la economía alemana. Según un análisis del instituto económico ifo en Múnich y Econpol Europe, si el candidato republicano Donald Trump gana las elecciones presidenciales en noviembre, las exportaciones alemanas a EE.UU. podrían caer casi un 15%.
Las industrias más afectadas serían la automotriz y la farmacéutica, que podrían ver una reducción de hasta un tercio en sus exportaciones. Estas pérdidas estarían relacionadas con el endurecimiento de la política comercial de Trump, quien ya ha anunciado posibles aranceles del 60% a las importaciones desde China y del 20% para el resto del mundo.
Además, la guerra comercial entre EE.UU. y China, que podría reavivarse bajo un segundo mandato de Trump, también afectaría indirectamente a Alemania. Las exportaciones alemanas hacia China podrían experimentar una caída cercana al 10%, según estimaciones de los analistas. “Alemania, como nación exportadora, sufriría enormemente si Trump es reelegido y se desata una nueva guerra comercial con China”, señaló Lisandra Flach, experta en comercio del ifo.
Aunque los expertos advierten sobre las dificultades venideras, el análisis no contempla las posibles represalias por parte de China, lo que podría agravar aún más la situación para la economía alemana.
Cuando Trump fue presidente…
Durante la presidencia de Donald Trump entre 2017 y 2021, la economía de Alemania atravesó una serie de cambios vinculados a las políticas de Estados Unidos. Las decisiones tomadas por la administración de Trump generaron impactos en diferentes sectores de la economía alemana, especialmente en el comercio internacional, las exportaciones y las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Uno de los ejes de la administración Trump fue la implementación de medidas proteccionistas. Bajo la política “America First”, se priorizó la industria y los trabajadores estadounidenses. Dentro de estas políticas, se incluyó la imposición de aranceles sobre el acero y el aluminio importados desde diversos países, incluida la Unión Europea. En 2018, se impusieron aranceles del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio provenientes de la UE.
Alemania, como una de las principales exportadoras de acero y aluminio a Estados Unidos, quedó directamente afectada por estas tarifas. Los productores de estos materiales vieron cómo sus costos para vender en el mercado estadounidense aumentaron, lo que redujo la competitividad de las empresas alemanas en este mercado. La UE respondió con medidas similares sobre productos estadounidenses, creando una atmósfera de incertidumbre comercial.
El sector automotriz también quedó en el centro de la disputa comercial. Trump, en repetidas ocasiones, amenazó con imponer aranceles del 25% sobre los automóviles europeos. Alemania, que exporta cientos de miles de vehículos a Estados Unidos cada año, siguió de cerca estas amenazas debido al impacto que tendrían sobre su industria. Aunque las tarifas no se aplicaron, la incertidumbre afectó la planificación y las inversiones de las empresas automotrices alemanas.
Guerra comercial entre Estados Unidos y China
Otro factor que impactó indirectamente a la economía de Alemania fue la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Trump impuso aranceles sobre bienes chinos, y China respondió con medidas similares. La confrontación entre las dos economías más grandes del mundo impactó el comercio global, lo que afectó a países altamente dependientes de las exportaciones, como Alemania.
China, uno de los socios comerciales más importantes de Alemania, sufrió una reducción en la demanda de bienes extranjeros debido a la guerra comercial. Las empresas alemanas que exportaban a China vieron cómo sus ventas disminuían, lo que afectó la producción de diversos sectores, como la maquinaria, los productos químicos y los vehículos.
La cadena de suministro global también quedó afectada por la incertidumbre. Las empresas alemanas, dependientes de materias primas y componentes importados, enfrentaron dificultades para planificar sus operaciones. Los costos de producción y la logística global quedaron impactados por los cambios en el comercio internacional.
Efectos en la economía alemana
El impacto de las políticas proteccionistas y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China se reflejó en una desaceleración de la economía alemana. En 2019, Alemania experimentó una baja en el crecimiento económico debido a la reducción en las exportaciones y la incertidumbre generada por las tensiones comerciales.
El sector manufacturero, que representa una parte significativa de la economía alemana, quedó afectado. Las empresas enfrentaron dificultades para mantener sus niveles de producción y ventas en un entorno de aranceles y barreras comerciales. Las decisiones de inversión en el sector privado también quedaron aplazadas, ya que muchas compañías prefirieron esperar a ver cómo evolucionarían las políticas comerciales internacionales antes de expandirse o realizar nuevas inversiones.
Además, las amenazas de Trump de salir de acuerdos comerciales multilaterales o de renegociarlos generaron una preocupación adicional en Alemania. La economía alemana depende de acuerdos comerciales internacionales basados en reglas claras y previsibles, y cualquier cambio en esos acuerdos afectaría directamente sus exportaciones.
Diplomacia económica
Las relaciones políticas entre Trump y la canciller alemana Angela Merkel se mantuvieron tensas. Trump criticó abiertamente el superávit comercial de Alemania con Estados Unidos, lo que generó fricciones diplomáticas. Además, en repetidas ocasiones señaló que Alemania no estaba cumpliendo con sus compromisos en términos de gasto en defensa dentro de la OTAN, lo que aumentó las tensiones.
La política energética también fue un punto de discordia. Trump criticó el proyecto del gasoducto Nord Stream 2, que conectaría directamente a Alemania con Rusia. Afirmó que el proyecto aumentaría la dependencia europea del gas ruso, algo que, según él, afectaba la seguridad energética de la región. Alemania continuó con el proyecto, pero las tensiones en torno a la política energética generaron debates en ambos países.
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