Buenos Aires (AT) – Austria vive un momento político único tras los recientes resultados electorales, donde el Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha, logró un histórico 29% de los votos. Por primera vez, este partido recibe el encargo de formar gobierno, aunque su trayectoria dentro de coaliciones gobernantes siempre ha terminado en crisis.
Su historia revela un complejo camino político, marcado por escándalos, polémicas y transformaciones ideológicas que explican tanto su atractivo como los desafíos que enfrenta.
Primeros años en coalición: una alianza con la izquierda
El FPÖ, fundado en la década de 1950 por figuras vinculadas al régimen nazi, dio un primer paso relevante en 1983. Ese año, los socialdemócratas (SPÖ) incluyeron al partido en una coalición, buscando consolidar una mayoría parlamentaria tras obtener el 48% de los votos. A pesar de que el FPÖ logró menos del 5% en las elecciones, su inclusión marcó un hito al otorgarle credibilidad en la política nacional.
La alianza permitió al FPÖ ocupar posiciones clave, como la vicecancillería y los ministerios de comercio, justicia y defensa. Sin embargo, tensiones internas y errores políticos generaron conflictos. Uno de los momentos más controvertidos ocurrió en 1985, cuando un ministro del FPÖ recibió en el aeropuerto a un criminal de guerra liberado tras cumplir condena en Italia. Este episodio provocó indignación y debilitó la coalición.
En 1986, la situación empeoró con la elección de Joerg Haider como presidente del FPÖ. Su retórica radical y postura extremista llevaron al SPÖ a disolver la alianza y convocar elecciones anticipadas. Aunque el FPÖ logró duplicar su resultado electoral, tuvieron que esperar más de una década para regresar al poder.
Escándalos y aislamiento: el impacto europeo
En 1999, el FPÖ sorprendió al obtener casi el 27% de los votos en las elecciones parlamentarias, colocándose como la segunda fuerza política detrás del SPÖ. Ante la incapacidad de los socialdemócratas de formar una mayoría, el conservador Partido Popular (ÖVP) negoció con el FPÖ, garantizando su regreso al gobierno en el año 2000.
Este acuerdo marcó un punto crítico en la política austríaca. La inclusión del FPÖ en el gobierno desató sanciones diplomáticas de la Unión Europea y protestas masivas en el país. Durante meses, Austria enfrentó un aislamiento diplomático sin precedentes, mientras en el plano interno, la oposición al FPÖ crecía.
En 2005, Joerg Haider decidió fundar un nuevo partido más moderado, dejando al FPÖ bajo el liderazgo de Heinz-Christian Strache. Con este cambio, el FPÖ pasó a la oposición, aunque mantuvo su discurso crítico hacia la inmigración y la integración europea. A pesar de los escándalos, el partido logró consolidarse como una fuerza política influyente, captando el apoyo de votantes preocupados por temas económicos y sociales.
Regreso al poder y nuevos desafíos
En 2017, el FPÖ volvió al gobierno, esta vez como socio del ÖVP liderado por Sebastian Kurz. Este periodo estuvo marcado por un endurecimiento de las políticas migratorias y el surgimiento de nuevas controversias. Varias medidas impulsadas por el gobierno fueron luego anuladas por el Tribunal Supremo, mientras la opinión pública criticaba decisiones polémicas, como la invitación de la entonces ministra de Relaciones Exteriores, Karin Kneissl, al presidente ruso Vladimir Putin para asistir a su boda.
El mandato del FPÖ en esta coalición terminó abruptamente con el escándalo conocido como “Ibizagate”. Un video grabado en secreto mostró al líder del partido, Heinz-Christian Strache, ofreciendo contratos públicos a una mujer que se hacía pasar por la sobrina de un oligarca ruso, a cambio de apoyo para la campaña. La difusión de estas imágenes provocó la renuncia de Strache y el colapso del gobierno tras apenas un año y medio en funciones.
Desde 2021, el FPÖ está liderado por Herbert Kickl, quien ha capitalizado el descontento popular frente a la migración, la crisis sanitaria y la situación económica. Su estrategia ha sido efectiva, reflejándose en los resultados electorales recientes, donde el partido alcanzó su mejor desempeño histórico.
El futuro político de Austria
La victoria del FPÖ en las elecciones de septiembre y el fracaso de las negociaciones del ÖVP para formar un gobierno sin ellos abren una nueva etapa política en Austria. Las conversaciones actuales para una coalición liderada por Kickl generan incertidumbre, tanto dentro del país como en el ámbito internacional. Los antecedentes del FPÖ, combinados con su postura polarizadora, presentan retos significativos para la estabilidad política y la imagen de Austria en el extranjero.
El FPÖ enfrenta una prueba crucial: demostrar que puede liderar un gobierno estable y efectivo sin repetir los errores del pasado. Por otro lado, sus opositores políticos y sociales advierten sobre los riesgos de consolidar un proyecto de extrema derecha en un contexto europeo donde movimientos similares están ganando terreno.
Austria se encuentra en una encrucijada política, y el resultado de estas negociaciones marcará el rumbo del país en los próximos años. La historia reciente del FPÖ, con sus altibajos y controversias, será un factor determinante para medir su capacidad de transformar el éxito electoral en un gobierno funcional y duradero.
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