Buenos Aires (AT) – El crecimiento exponencial de la Inteligencia Artificial (IA) ha impuesto un desafío sin precedentes para las grandes empresas tecnológicas, como Google, Microsoft y Amazon, quienes buscan gestionar de forma sostenible el consumo energético de sus centros de datos. Estos gigantes tecnológicos han adoptado ambiciosas promesas de neutralidad de carbono, inicialmente sustentadas en energías renovables como la solar y la eólica. Sin embargo, el uso masivo de recursos que exige la IA ha forzado a estas compañías a considerar una fuente alternativa: la energía nuclear.
Google ha dado el paso recientemente con el anuncio de un acuerdo con la empresa Kairos Power para la construcción de siete minireactores nucleares modulares (SMR, por sus siglas en inglés). Según Michael Terrell, gerente de Energía de Google, el proyecto busca generar hasta 500 megavatios (MW) de energía limpia para el año 2035, con los primeros reactores operativos hacia 2030. Terrell destaca que estos minireactores serán vitales para mantener el funcionamiento continuo de los centros de IA de Google, permitiéndoles operar con energía constante y sin emisiones de carbono.
Por otro lado, Microsoft ha firmado un acuerdo para la reactivación de un antiguo reactor nuclear en Three Mile Island, Pennsylvania, destinado exclusivamente a abastecer sus centros de datos por un periodo de 20 años, aportando una capacidad de más de 800 MW anuales.
La necesidad de reducir la huella de carbono ha llevado a que el sector tecnológico dirija sus inversiones hacia estos minireactores, una tecnología que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) califica como “una opción viable para lograr energía limpia, abundante y accesible”. Con este movimiento, Google y Microsoft buscan hacer frente al acelerado crecimiento de la IA, cuyo consumo eléctrico es diez veces mayor al de una búsqueda convencional en línea, según el World Economic Forum.
Reactores modulares: seguridad, sostenibilidad y costo
La opción de los reactores modulares pequeños (SMR, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una de las soluciones preferidas para las grandes empresas tecnológicas en busca de un suministro energético constante y libre de emisiones de carbono. Estos minireactores, que se diferencian de los reactores convencionales por su tamaño y diseño modular, pueden producir energía en un rango de 50 a 300 megavatios, suficiente para abastecer centros de datos de gran demanda y reducir así la dependencia de fuentes renovables intermitentes, como la solar y la eólica. Además, pueden fabricarse en serie y transportarse fácilmente, lo cual abarata los costos de instalación y facilita su adaptación a diversas localizaciones.
Una de las principales ventajas de los SMR es su diseño de seguridad pasiva, lo que significa que estos reactores están concebidos para detener su funcionamiento de forma automática en caso de una emergencia, sin necesidad de intervención humana. Según José Emeteiro Gutiérrez, presidente de la empresa Moltex, dedicada a la fabricación de SMR, esta tecnología “es robusta y fiable, y permite generar energía las 24 horas del día sin interrupciones, algo fundamental para los centros de datos dedicados a la IA”. A diferencia de los reactores nucleares convencionales, los SMR utilizan sales fundidas como refrigerante en lugar de agua, una tecnología que evita riesgos de sobrecalentamiento y aumenta la seguridad.
Sin embargo, no todos los expertos coinciden en su viabilidad. José Francisco Pozo, coordinador de Greenpeace, apunta que los costos de la energía nuclear siguen siendo elevados, especialmente cuando se consideran las etapas de ingeniería, construcción, gestión de residuos y desmantelamiento. “Los costos por megavatio-hora de los SMR pueden ser superiores a los de las energías renovables, y su operación constante representa un desafío en términos de gestión de residuos”, advierte. Greenpeace argumenta que, aunque los SMR son de menor tamaño, su dependencia del uranio y la complejidad en la gestión de residuos hacen que el ciclo completo de la energía nuclear sea más costoso y con riesgos de seguridad que no deben ser ignorados.
Costos e impacto ambiental: la promesa de los SMR
El costo y la sostenibilidad ambiental de los SMR son temas clave en el debate actual. Según Aneesh Prabhu, director gerente de S&P Global Ratings, cada uno de estos minireactores podría costar aproximadamente 1000 millones de dólares, una inversión considerable pero potencialmente competitiva debido a su capacidad de generación continua y sus bajos niveles de emisiones de carbono. Prabhu añade que esta tecnología modular permite construir reactores en menor tiempo y a un costo reducido en comparación con los grandes reactores convencionales, cuyo presupuesto suele excederse.
Por otro lado, el Foro Mundial ha destacado que los SMR tienen la ventaja de producir electricidad sin interrumpir su operación, lo que los hace una opción ideal para las empresas tecnológicas que necesitan energía estable para alimentar la IA.
A nivel ambiental, la clasificación de la energía nuclear como “verde” por parte de la Comisión Europea en 2022 ha generado respaldo institucional y ha fomentado el interés de las grandes corporaciones en esta alternativa. Sin embargo, uno de los aspectos más polémicos sigue siendo el tratamiento de los residuos radioactivos, que requieren una gestión rigurosa y de largo plazo.
Gutiérrez asegura que la industria ya está trabajando en la implementación de tecnologías de reciclado de combustible nuclear en Canadá y Estados Unidos, lo que podría reducir significativamente los residuos generados y mejorar la eficiencia de los reactores. “Si combinamos estos nuevos reactores con tecnología de reciclado de combustible, podríamos lograr un hito en la sostenibilidad nuclear”, comenta el presidente de Moltex.
Greenpeace, en cambio, alerta que el problema de los residuos nucleares sigue sin resolverse y considera que la industria nuclear debería asumir una mayor responsabilidad en la gestión y almacenamiento seguro de estos desechos. Pozo sostiene que “los SMR aumentarán la complejidad en la supervisión y distribución de riesgos a medida que se multiplican las instalaciones”. Pese a estas advertencias, el avance de esta tecnología cuenta con el respaldo de importantes sectores empresariales y gubernamentales, que ven en la energía nuclear una solución viable para la creciente demanda de electricidad de la IA y otros sectores industriales.
Otras grandes tecnológicas y sus proyectos nucleares
El interés por los reactores nucleares modulares no se limita a Google y Microsoft. Amazon también ha decidido incursionar en esta tecnología como una solución a largo plazo para cubrir las crecientes necesidades energéticas de sus centros de datos. A principios de este año, Amazon invirtió 650 millones de dólares para adquirir electricidad de una central nuclear en Pensilvania, con el objetivo de abastecer un campus de centros de datos en desarrollo. Además, la empresa ha establecido una alianza con X-Energy, una compañía emergente dedicada a la investigación y desarrollo de reactores modulares, con miras a implementar esta tecnología en el futuro cercano.
El apoyo a la energía nuclear desde el ámbito público también es notable. La administración del presidente Joe Biden ha impulsado recientemente un marco regulatorio que facilita la inversión en proyectos nucleares en Estados Unidos, una medida que busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles y contribuir a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. En palabras de Jennifer Granholm, secretaria de Energía de EE.UU., “revitalizar el sector nuclear es fundamental para agregar más energía limpia a la red eléctrica y satisfacer las demandas crecientes de la economía, desde la inteligencia artificial hasta la manufactura y la atención médica”.
A través de un respaldo bipartidista en el Congreso, el gobierno estadounidense ha aprobado medidas que apoyan el desarrollo de reactores modulares en el país, señalando que esta tecnología podría ser clave para cumplir con los compromisos climáticos. Este impulso institucional ha motivado a líderes del sector privado, como Bill Gates, a invertir en proyectos de energía nuclear de cuarta generación.
TerraPower, la empresa de Gates en colaboración con PacifiCorp (del empresario Warren Buffett), desarrolla reactores pequeños y de alta eficiencia, diseñados para reducir los tiempos de construcción y, por lo tanto, los costos asociados. Según Rich Powell, director de Clean Energy Buyers Association, el éxito de esta tecnología radica en su fabricación en masa y en la posibilidad de instalar varios reactores pequeños de manera escalable. Powell sostiene que “la clave de la energía nuclear es optar por un modelo de producción masiva para lograr un costo competitivo”.
Este renovado interés en la energía nuclear ha generado optimismo entre algunos sectores, que ven en los SMR una solución para las necesidades energéticas modernas, especialmente en países con economías de alto consumo energético. Sin embargo, el escepticismo persiste: detractores de la energía nuclear, como Arnie Gundersen, ingeniero de Fairewinds Energy Education, advierten que el historial de la industria está lleno de proyectos que no se completaron o que excedieron sus presupuestos y cronogramas iniciales. Según Gundersen, “Estados Unidos intentó construir 250 reactores desde 1960, pero más de la mitad fueron cancelados antes de entrar en operación”.
¿Es esta una solución viable para Argentina?
La incursión de las grandes tecnológicas en la energía nuclear plantea interrogantes sobre el potencial de esta fuente energética para países como Argentina, especialmente ante el crecimiento de la Inteligencia Artificial y la necesidad de energía limpia y constante. Argentina posee una infraestructura nuclear consolidada y experiencia en el desarrollo de tecnología de reactores, lo que podría permitirle adoptar los reactores modulares pequeños (SMR) en un futuro no tan lejano.
Además, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ha trabajado en el diseño de reactores de menor escala, como el CAREM, un modelo de reactor modular con el que Argentina podría posicionarse en el mercado internacional.
Sin embargo, la implementación de SMR en Argentina enfrenta desafíos significativos. La infraestructura necesaria, la disponibilidad de recursos financieros y la gestión de residuos nucleares son aspectos clave que requieren un marco regulatorio claro y un compromiso institucional de largo plazo. Aunque el país cuenta con abundantes fuentes renovables como la energía solar y eólica, estas no pueden garantizar la estabilidad de suministro necesaria para centros de datos de alta demanda, lo que abre un espacio de oportunidad para la energía nuclear.
En términos de costos y accesibilidad, la posibilidad de construir reactores modulares a menor costo y en menos tiempo podría representar una ventaja para Argentina, especialmente si busca reducir su dependencia de combustibles fósiles y alinearse con los compromisos globales de reducción de emisiones. No obstante, el debate sobre los residuos nucleares y la aceptación pública de esta tecnología siguen siendo obstáculos que Argentina debe considerar al evaluar esta opción energética.
A medida que el sector tecnológico global continúa buscando fuentes sostenibles para alimentar el auge de la IA, Argentina podría tener la oportunidad de fortalecer su presencia en la industria nuclear, explorando opciones que no solo respondan a la demanda energética actual sino que también impulsen su desarrollo científico y tecnológico en un entorno competitivo y en constante evolución.
Guten Tag, ist es möglich den Artikel über die Gewinnung von LITHIUM aus dem Meer in CHINA(auf Deutsch!) zu senden=wiederholen??
Guten Tag Herr Oppenheimer,
sehr gerne nehmen Ihre Anfrage auf.
Herzlichen Gruss aus der Redaktion