Con la finalización de un proyecto de avanzada en el país, Bayer consigue un hito en sustentabilidad energética industrial: las dos plantas que la compañía tiene en Pilar empiezan a operar totalmente con energía renovable, un objetivo que la firma trazó en el marco de su estrategia ambiental con el compromiso de reducir su huella de carbono, un factor clave frente al calentamiento global.
El complejo de Bayer en Pilar no es menor dentro del mapa farmacéutico regional. Allí se realizan productos de referencia de la industria farmacéutica para abastecer al país y a mercados externos, con marcas de autocuidado para la salud ampliamente conocidas, como Actron, Supradyn o Redoxon, entre otras. Este avance, que permitirá operar de manera más sustentable, refleja el compromiso de la compañía de origen alemán con las metas ambientales que impone el cambio climático a nivel mundial.
El proceso que hace años lleva adelante Bayer cumplió sus etapas de manera escalonada. La compañía fue aumentando progresivamente la proporción de energía verde para su operación en Pilar: en 2023 la energía renovable representaba un 15% de las operaciones, en 2024 llegó al 75% y ahora, con la ampliación del acuerdo estratégico con Genneia, la planta alcanzará el abastecimiento total con fuentes limpias.
La escala de este impacto también se traduce mediante un claro ejemplo de consumo. “La planta venía trabajando con energía eléctrica convencional, que equivale al consumo de 6.000 hogares”, detalló el gerente de la planta de Bayer en Pilar, Daniel Bettinelli. El testimonio, tan gráfico como elocuente, sintetiza lo que implica reemplazar completamente fuentes de energía tradicionales por renovables en una instalación industrial de alto rendimiento.
Por qué Bayer cambia el paradigma de la industria farmacéutica local
La transformación energética que Bayer concretó en su planta de Pilar representa un cambio de paradigma dentro del sector productivo local. “Para nosotros la sustentabilidad ya no es un tema aparte: está entre los pilares de nuestra estrategia. Nosotros hacemos productos de cuidado de la salud, así que cuidar el medio ambiente al mismo tiempo es casi una obligación. Tenemos la suerte de trabajar en una compañía que tiene ese valor en su ADN”, destacó Bettinelli.
El ejecutivo remarcó, además, una premisa que conecta la operación industrial con las expectativas sociales: “En Bayer estamos convencidos de que tenemos que tener no solo una operación que sea sustentable, sino que debemos cumplir una misión que tenga un sentido y con un propósito para los consumidores, atenuando el impacto negativo en el ambiente. Por suerte en la operación industrial tenemos muchas oportunidades de reducir la huella de carbono y es lo que estamos haciendo”, afirmó Bettinelli.
El líder de la planta explicó también por qué estos acuerdos se vuelven cada vez más decisivos: “La energía convencional en general viene de fuentes que generan dióxido de carbono por el empleo de combustibles. El problema principal es el efecto invernadero, lo que básicamente produce el calentamiento global y todos los trastornos que eso genera”. En contraste, Bettinelli explicó que “la energía que empleamos nosotros ahora proviene de parques eólicos y solares del sur del país”.
El logro conseguido por Bayer en la Argentina alcanza una dimensión global, porque está alineado con la meta que se propuso la multinacional alemana en el mundo: ser carbono neutral para 2030. Se trata, en términos prácticos, de traducir un objetivo internacional a una implementación concreta en territorio argentino.
Un complejo clave en Pilar, con alcance regional
El complejo industrial de Bayer, ubicado en el Parque Industrial de Pilar, fue inaugurado en 1999 y se define como la fábrica de comprimidos más grande de Sudamérica y una de las tres más importantes del mundo en su tipo. En rigor, el complejo integra dos plantas especializadas en productos sólidos, donde se producen principalmente analgésicos y multivitamínicos.
La producción pone en relieve la importancia de la planta en el mapa de la multinacional alemana. “El 60% de lo que fabrica nuestra planta es para el mercado local y el 40% restante se destina a abastecer mercados de América Latina y Asia”, detalló Bettinelli. Este dato refuerza el sentido del acuerdo energético: la sostenibilidad empieza a integrarse a la competitividad exportadora.
Sustentabilidad más allá de la energía
El enfoque ambiental en Pilar incluye también otras líneas de acción complementarias. Como parte del compromiso de la compañía, en la planta se reciclan más del 50% de los residuos que se generan, recuperando materiales como cartón, pallets de madera y nylon. Además, los proveedores de packaging trabajan con material proveniente de bosques con gestión sostenible. En ese proceso, el factor humano aparece como decisivo: “Estamos todos involucrados con la sustentabilidad, las propuestas vienen de todo el equipo. En una planta industrial, si no tenemos al personal concientizado no podemos reciclar”, señaló Bettinelli.
En paralelo, la operación industrial convive permanentemente con el foco en el autocuidado. Este año la división de venta libre de Bayer innovó en dos de sus marcas más representativas, como son Actron Rápida Acción Nueva Fórmula, que brinda un alivio más rápido en cápsulas blandas más pequeñas; y con Supradyn Magnesio, que combina el magnesio con distintos micronutrientes para un abordaje integral que ayuda al buen descanso y a reducir el estrés, aportando equilibrio al cuerpo y la mente.
En esa línea, el gerente resumió el objetivo de largo plazo de la compañía: “Nuestro objetivo es generar soluciones de autocuidado en todas las etapas de la vida. En Planta Pilar tenemos los más altos estándares de seguridad de personas, equipos, procesos y prácticas, que se unen para brindar productos de la más alta calidad”.
La decisión de Bayer de ampliar la provisión de energía limpia no sólo muestra cómo una compañía de vanguardia fortalece su presencia productiva en la Argentina con decisiones alineadas a los grandes desafíos del siglo XXI, sino que también da una pauta clara sobre qué tipo de industria se proyecta, donde la modernización energética se articula con empleo, exportaciones y estándares de calidad global.
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