Buenos Aires (AT) – Un documental publicado por el canal de noticias STRG_F puso en foco una práctica navideña en la isla alemana de Borkum, Baja Sajonia, que incluyó denuncias de violencia hacia mujeres. En la festividad conocida como Klaashom, hombres vestidos con trajes de lana y cuernos de toro persiguen a mujeres por las calles para luego golpearlas públicamente. Este evento, organizado por la asociación Verein Borkumer Jungens e.V. 1830, tiene raíces en tradiciones pesqueras de los siglos XVII y XVIII, cuando los pescadores regresaban del mar para “reclamar” la isla.
Las imágenes presentadas en el documental mostraron a grupos masculinos observando mientras las mujeres eran sujetadas y golpeadas en las nalgas. Según relatos, algunas mujeres sufrieron hematomas y lesiones visibles. Una participante narró que, tras un episodio, experimentó vergüenza y enojo consigo misma por haberse unido a la actividad. Otra describió las prácticas como opresivas, con cuestionamientos sobre la relevancia de mantener costumbres con tales implicancias.
Reacciones ante las denuncias y postura de las autoridades
El documental generó distintas respuestas. La ministra Daniela Behrens, de Baja Sajonia, señaló que las tradiciones no deben justificar violencia, y remarcó que las mujeres afectadas no siempre tuvieron la posibilidad de expresar su desacuerdo. Christine Arbogast, secretaria de Estado en el Ministerio de Asuntos Sociales, opinó que aquellos dispuestos a participar en actividades tradicionales pueden hacerlo, pero quienes no quieran deben ser respetados.
El alcalde de Borkum, Jürgen Akkermann, reconoció que observadores externos podrían no comprender la tradición en su contexto. Sin embargo, subrayó que las celebraciones deben adaptarse y dejar atrás cualquier elemento violento. Además, destacó los cambios ya implementados y señaló la intención de continuar transformando el festival para que refleje otros valores.
La asociación organizadora pidió disculpas por las acciones pasadas, reconociendo que esta costumbre había formado parte del festival pero que, según afirmaron, en años recientes casi no se había practicado. En un comunicado, informaron que prohibirán cualquier forma de violencia y reorientarán las festividades hacia la solidaridad comunitaria. Autoridades del lugar, por su parte, reforzarán la presencia policial durante los eventos para prevenir incidentes.
Protestas a favor de mantener la tradición
No todos los habitantes de la isla compartieron la decisión de eliminar el aspecto físico de las celebraciones. Un grupo de mujeres, estimado en 150 personas, recorrió las calles soplando cuernos de vaca en defensa del festival tal como se llevaba a cabo hasta ahora. Estas manifestaciones reflejan una tensión entre quienes buscan preservar las tradiciones tal como fueron concebidas y quienes defienden la necesidad de cambios para adaptarse a contextos contemporáneos.
En tanto las autoridades y la asociación organizadora intentan equilibrar estas posturas, el caso se convirtió en un tema de debate público en Alemania. La discusión trasciende los límites de la isla y plantea preguntas más amplias sobre cómo las comunidades manejan las tradiciones en un contexto de mayor conciencia sobre la violencia de género y el consentimiento.
El futuro del festival Klaashom parece encaminado hacia transformaciones, con la eliminación de elementos considerados incompatibles con principios actuales. Sin embargo, su implementación y aceptación dentro de la comunidad definirán cómo será recordado este episodio.
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