Buenos Aires (AT) – En los últimos días, la política migratoria en Alemania ha vuelto a estar en el centro del debate público debido a un trágico suceso. Según detalla DW, el ataque con cuchillo en la ciudad de Aschaffenburg dejó dos muertos, y la noticia de que el agresor era un afgano pendiente de deportación provocó una ola de reacciones, especialmente dentro del bloque de centro-derecha liderado por los demócratas cristianos (CDU).
Frente a esta situación, Friedrich Merz, líder de la CDU, presentó un plan en cinco puntos para frenar la migración irregular y establecer controles más estrictos, lo que ha generado un amplio debate sobre su viabilidad legal y su impacto en las relaciones internacionales de Alemania.
Una propuesta para endurecer la política migratoria
La CDU está proponiendo una serie de medidas que, según sus promotores, contribuirán a evitar incidentes como el de Aschaffenburg y a mejorar la seguridad interna en Alemania. Entre las medidas más destacadas está la creación de un “barricada legal” para aquellos individuos sin documentos válidos, incluso si son solicitantes de asilo que debieron escapar de situaciones de conflicto. Además, el plan contempla la implementación de controles fronterizos más estrictos, un derecho que solo está permitido bajo circunstancias excepcionales en el marco de la Unión Europea (UE). Merz dejó claro que, en caso de que su bloque gane las elecciones federales programadas para el 23 de febrero, se comprometerá a poner en marcha estas reformas de forma inmediata.
Sin embargo, a pesar del apoyo de ciertos sectores dentro de su partido, la propuesta tiene sus detractores. Los opositores argumentan que las medidas propuestas son incompatibles con las normativas europeas y podrían generar tensiones diplomáticas con los países vecinos. La CDU deberá enfrentarse a un proceso legal complejo si intenta imponer controles fronterizos más rigurosos, ya que la legislación de la UE establece que dichos controles solo pueden ejecutarse en circunstancias excepcionales y por un tiempo limitado.
El debate sobre la legalidad de las propuestas
El principal obstáculo para la implementación de las medidas de la CDU se encuentra en la legislación de la UE, especialmente en lo que respecta a los controles fronterizos. Alemania forma parte del espacio Schengen, lo que significa que los controles dentro de las fronteras no pueden ser realizados sin una justificación contundente. Según el artículo 72 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFEU), solo se puede recurrir a estos controles “en caso de una grave amenaza para el orden público o la seguridad interna”. En la práctica, esto permitió que se establezcan controles temporales en situaciones como la pandemia de COVID-19 o después de ciertos ataques terroristas, pero no es una opción que se pueda mantener de forma indefinida.
El gobierno alemán también deberá demostrar que la nación está atravesando una “emergencia nacional” para justificar la imposición de controles fronterizos más estrictos. Una tarea difícil, ya que la situación migratoria de Alemania en los últimos años ha mejorado en comparación con períodos anteriores, y los controles actuales ya pudieron reducir los flujos migratorios irregulares. Los opositores al plan de la CDU argumentan que la solución a la migración irregular radica en el cumplimiento de las leyes existentes, que exigen que los solicitantes de asilo sean procesados en el primer país de la UE al que lleguen.
Por otro lado, la propuesta de un “barricada de entrada” para los inmigrantes sin documentos válidos también se enfrenta a desafíos legales. La ley europea obliga a los países miembros a permitir la entrada a aquellos que buscan asilo, aunque no tengan los documentos necesarios. El experto en derecho migratorio Daniel Thym explicó en una entrevista con la cadena ARD que, aunque el plan de Merz busca endurecer los controles, el marco legal europeo no permite rechazar a los solicitantes de asilo antes de que se complete un proceso de evaluación.
Impacto potencial en las relaciones internacionales
Uno de los aspectos más polémicos de la propuesta de la CDU es la posibilidad de que esta reforma afecte las relaciones de Alemania con otros países de la UE. La implementación de controles fronterizos estrictos y la creación de barreras legales para los migrantes podrían generar conflictos con los países vecinos, especialmente aquellos que forman parte del espacio Schengen. De hecho, Austria ya dejó claro que no aceptará la devolución de solicitantes de asilo rechazados por Alemania, lo que agrava aún más el panorama.
Además, existe el riesgo de que otros países miembros de la UE adopten medidas similares, lo que podría desestabilizar el sistema de asilo europeo. En este contexto, el experto Daniel Thym señaló que, aunque la propuesta de Merz podría ser vista como un intento de “avanzar a pesar de las reglas de la UE”, esta postura podría desencadenar una revisión más profunda del sistema de asilo en Europa. Si varios países adoptaran enfoques similares, esto podría llevar a una reforma sustancial de las normativas comunitarias, lo que, según Thym, aceleraría el proceso de reorganización de la legislación sobre asilo en la UE.
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