Buenos Aires (AT) – La educación en Austria enfrenta varios desafíos, desde la violencia en las aulas hasta la carga laboral de los maestros. En este contexto, los partidos políticos del país proponen diversas soluciones para abordar los problemas que afectan a las escuelas.
En una encuesta realizada por el periódico Der Standard, los portavoces de educación de los principales partidos parlamentarios compartieron sus perspectivas sobre los temas más urgentes y cómo enfrentarlos.
A continuación, se detallan las propuestas más destacadas de los Socialdemócratas (SPÖ), el Partido Popular (ÖVP), el Partido de la Libertad (FPÖ) y NEOS.
Los socialdemócratas: educación integral desde una edad temprana
Petra Tanzler, la portavoz de los Socialdemócratas (SPÖ), considera que uno de los mayores problemas del sistema educativo en Austria es la falta de igualdad de oportunidades. Según su análisis, el sistema actual no asegura a todos los niños el mismo acceso a una educación de calidad, lo que genera grandes diferencias en el rendimiento académico entre estudiantes de distintos entornos socioeconómicos.
Para Tanzler, la clave para reducir estas desigualdades radica en implementar programas de escuela de jornada completa. A su entender, extender el tiempo que los niños pasan en la escuela no solo mejoraría su rendimiento académico, sino que también contribuiría a igualar las oportunidades entre aquellos que provienen de familias con menos recursos. Además, sugiere que los niños deben comenzar a aprender juntos desde los cuatro años, para asegurar que todos reciban una base sólida en su educación inicial.
Este enfoque destaca la importancia de una educación temprana más equitativa y de cómo un sistema unificado podría ayudar a reducir las diferencias entre los estudiantes, garantizando que el lugar de nacimiento o los ingresos familiares no determinen el futuro educativo de los niños.
El Partido Popular: más autonomía y menos burocracia
Rudolf Taschner, portavoz del Partido Popular (ÖVP), tiene una visión distinta sobre los problemas del sistema educativo. Para él, la falta de autonomía que tienen las escuelas para tomar decisiones es uno de los mayores obstáculos. Taschner sostiene que “fortalecer la autonomía escolar y reducir la burocracia” debe ser el eje de cualquier reforma educativa. Argumenta que permitir a las escuelas tomar decisiones sobre su currículo y métodos de enseñanza les daría la flexibilidad necesaria para adaptarse mejor a las necesidades de sus estudiantes y a los desafíos específicos de cada comunidad.
El ÖVP no apoya la idea de un sistema escolar unificado. Al contrario, creen que separar a los estudiantes después de la escuela primaria es beneficioso, ya que permite una formación más especializada que atienda mejor los intereses y habilidades de cada alumno. En este esquema, las escuelas podrían desarrollar programas especializados en áreas como ciencias computacionales o estudios sociales, lo que prepararía mejor a los jóvenes para el mercado laboral o la educación superior.
Respecto a la violencia en las escuelas, Taschner propone una serie de medidas para fortalecer el control disciplinario. Sugiere clases de “time-out” para manejar la mala conducta y sanciones para los padres que no cumplan con las normas escolares. En casos graves, apoya la intervención de trabajadores sociales o incluso de la policía. Este enfoque refleja una postura más estricta sobre la disciplina y el control de la violencia en las aulas.
El Partido de la Libertad: evaluaciones tempranas y segregación por habilidades
Hermann Brückl, portavoz del Partido de la Libertad (FPÖ), pone el foco en los problemas relacionados con los estudiantes que tienen dificultades para aprender el idioma alemán y en los maestros que se sienten abrumados por su carga laboral. Según Brückl, el sistema actual no está preparado para manejar el aumento de estudiantes extranjeros, especialmente aquellos que provienen de contextos migratorios.
Brückl sugiere una solución más segmentada: los estudiantes que no dominen el alemán deberían recibir instrucción especializada hasta alcanzar el nivel necesario para integrarse a las clases regulares. Si no logran alcanzar el nivel requerido en dos años, el FPÖ propone que estos alumnos sean trasladados a instituciones especializadas donde puedan recibir una formación adaptada a sus necesidades.
En cuanto a los estudiantes temporales, como aquellos que provienen de Ucrania, el FPÖ aboga por integrarlos al currículo austríaco mientras se les enseña alemán como segundo idioma. Además, el partido critica la idea de una escuela unificada, argumentando que una mayor segregación por habilidades permitiría ofrecer una educación más adecuada a las necesidades de cada alumno. Propone la introducción de “chequeos de talento” en los años 8 y 14 para identificar las habilidades de los estudiantes y orientarlos hacia trayectorias educativas especializadas.
Para abordar la violencia en las aulas, el FPÖ presenta un plan de prevención que incluye el desarrollo de la resiliencia y manejo de conflictos, con consecuencias que van desde advertencias hasta la expulsión escolar.
NEOS: reforma profunda y escuela unificada
Martina Künsberg Sarre, portavoz de NEOS, critica duramente el sistema educativo austríaco por estar desactualizado. En su opinión, los problemas que enfrenta la educación en Austria no se han abordado de manera adecuada desde 1962, y la falta de reformas ha frenado el avance del país en este ámbito.
NEOS propone un sistema escolar unificado para niños de 6 a 14 años, eliminando la separación temprana que ocurre después del cuarto grado. Este partido argumenta que dicha separación perpetúa las desigualdades, ya que muchos estudiantes de contextos menos favorecidos quedan en desventaja frente a aquellos que provienen de familias con más recursos. En lugar de segregar a los alumnos por habilidades, NEOS sugiere un sistema que apoye el talento individual de cada niño sin excluir a aquellos que presentan dificultades.
La propuesta de NEOS también se basa en la necesidad de asegurar que todos los niños alcancen un nivel básico de competencias antes de dejar la escuela. El partido considera que un sistema más inclusivo y equitativo sería la base para garantizar un mejor futuro educativo, sin que el entorno social o económico de los alumnos determine su éxito académico.
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