Buenos Aires (AT) – Cuando Wiebke Ankersen (52) habla de empresas familiares, le gusta recurrir al cuento de la Bella Durmiente: Una princesa cae en un sueño de 100 años antes de que un beso la despierte y vuelva a estar entre los vivos. Esto recuerda a las empresas familiares alemanas, “que realmente han pasado los últimos años en el letargo de la Bella Durmiente en lo que respecta a las mujeres en puestos directivos”, dice la Directora General de la Fundación AllBright, que hace campaña a favor de más mujeres y diversidad en los puestos directivos de las empresas. Pero, según Ankersen, “las primeras ya se han despertado”.
Junto con su codirector, Christian Berg (55), Ankersen analiza cada dos años los órganos de dirección y supervisión de las 100 empresas familiares alemanas con mayor volumen de negocio. El informe actual refleja la situación en 2024. El 1 de marzo, había 397 hombres y 57 mujeres en los consejos de administración de las 100 mayores empresas familiares alemanas, lo que corresponde a una proporción de mujeres del 12,6%. Aunque la proporción ha aumentado en 4 puntos porcentuales en los dos últimos años, sigue siendo significativamente inferior a la de las 160 empresas que cotizan en el Dax, el MDax y el SDax. Estas empresas han podido aumentar algo más rápidamente su proporción de mujeres, que ahora es del 19%. Con un 23,7%, la proporción de mujeres en los consejos de administración de las 40 grandes empresas del DAX es casi el doble que en las empresas familiares.
Esta evolución hace que Ankersen se muestre “cautelosamente optimista“. Casi la mitad de las 100 mayores empresas familiares tienen ahora al menos una mujer en el consejo de administración (47); en 2022, eran bastantes menos, 32. De estas 47 empresas, 6 tienen también una segunda mujer en el consejo de administración. Solo dos tienen una tercera mujer en el consejo: el fabricante de productos farmacéuticos y tecnología médica B. Braun Melsungen y el fabricante de motosierras Stihl.
La cantidad de mujeres en la toma de decisiones
Hay algo que siempre destaca en los análisis: cuanto más privada es la empresa, más masculinos son los directivos. O al revés: cuanto mayor es la influencia de los actores no familiares, mayor es la proporción de mujeres en la dirección. “Cuantos menos miembros no familiares ayuden a dar forma a las decisiones estratégicas, más probable es que se basen en tradiciones de décadas y sigan estructuras patriarcales“, ha observado Ankersen. “Sencillamente, no hay correctivos desde fuera”. La situación es diferente para las empresas que cotizan en bolsa, que están sujetas a una transparencia bastante estricta. “Tienen que justificar bien sus decisiones estratégicas y justificarse ante las partes interesadas”. Las empresas familiares, en cambio, están mucho menos a la vista del público.
El tamaño del equipo directivo también parece influir. Porque los datos lo demuestran: Cuanto más pequeño es, menos probable es que se incorpore a una mujer. Sin embargo, muchas empresas familiares suelen tener equipos grandes. Y a pesar de contar con un equipo directivo de seis o más personas, ni una sola mujer está representada en 10 de las 100 mayores empresas familiares. El triste premio al mayor equipo exclusivamente masculino, con un total de diez directores generales, es para la cadena de suministros para mascotas Fressnapf.
“Esto es un error a la hora de atraer mano de obra cualificada“, juzga Ankersen. “Con un equipo de seis a diez hombres que rondan los 50 años, alemanes occidentales y economistas o ingenieros, hoy en día ya no se atrae a las mejores mentes”. Las mujeres, los alemanes del Este y los alemanes con raíces extranjeras son ignorados casi por completo por las empresas familiares a la hora de contratar personal para la planta superior.
Poder para los hombres
Por supuesto, esto no sólo se aplica a los equipos directivos, sino también a otros puestos de poder, como la presidencia de la dirección o del consejo de vigilancia. Sólo dos de las grandes empresas familiares están dirigidas por mujeres miembros de la familia como CEOs: B. Braun Melsungen de Anna Maria Braun (44) y Trumpf de Nicola Leibinger-Kammüller (64). Entre las presidentas del Consejo de Supervisión sólo hay tres mujeres: Cathrina Claas-Mühlhäuser (49; Claas), Simone Bagel-Trah (55; Henkel) y Bettina Würth (62; Würth). A modo de comparación, hay 27 miembros varones de la familia en el Consejo de Supervisión.
No obstante, Ankersen se muestra prudentemente optimista, ya que muchas de las 100 empresas familiares se enfrentan a un cambio generacional en un futuro próximo. Los baby boomers se jubilan y la siguiente generación toma el relevo. La ejecutiva de AllBright ve en ello una oportunidad, pues ya hay algunas empresas familiares en las que las mujeres se han incorporado a la dirección de la empresa como consecuencia del cambio.
Por ejemplo, Stefan Messer (69) pasó al consejo de supervisión tras años en el consejo de administración de la empresa química del mismo nombre y nombró a las directivas no familiares Virginia Esly (43) y Elena Skvortsova (53) para el consejo de administración. En Bankhaus Metzler, los hermanos Franz von Metzler (38) han pasado a formar parte del Consejo de Administración y Elena von Metzler (36) del Consejo de Supervisión. En el Grupo Otto, la directiva no familiar Petra Scharner-Wolff (53) será Presidenta del Consejo de Administración en 2025 y Katy Roewer (48) se convertirá en la segunda mujer del Consejo de Administración.
Para el experto de AllBright, el cálculo es, en última instancia, bastante sencillo: “Las empresas que malinterpreten el tema de la diversidad como una mera moda pasajera se quedarán en el camino”. Así que es hora de despertar de nuestro letargo.
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