El caso de Ahmed Mohamed Odowaa, un ciudadano somalí que colaboró con la policía tras un ataque con arma blanca en Aschaffenburg, vuelve a ocupar el centro del debate en Alemania. El hombre recibió una medalla por su actuación y fue valorado en su momento como ejemplo de coraje civil. Sin embargo, la situación migratoria que atraviesa cambió por completo el panorama.
La administración regional confirmó que existe una orden de expulsión en su contra. El proceso se apoya en normativas federales y en antecedentes administrativos que se remontan a su llegada irregular a territorio alemán. La paradoja entre la distinción pública y la posible deportación expone un debate profundo sobre integración, responsabilidades individuales y límites institucionales.
Reconocimiento, ingreso irregular y un permiso temporal
En enero, Odowaa fue uno de los tres testigos que persiguieron al agresor del ataque en el parque Schöntal, en Aschaffenburg. Su intervención permitió localizar al responsable y facilitar la detención. La policía lo destacó por su valentía y la administración bávara lo premió públicamente. Ese gesto instaló la idea de que el hombre podía avanzar hacia una integración formal.

Pero el propio gobierno regional aclaró meses después que Odowaa había ingresado en 2024 de manera irregular. Tras su llegada solicitó asilo en Alemania. El pedido fue rechazado por el Bundesamt für Migration und Flüchtlinge (BAMF) porque Italia ya le había otorgado protección internacional. Ese antecedente cerró la puerta a un nuevo proceso de asilo. A partir de esa resolución quedó obligado a abandonar el país.
Su presencia como testigo en el caso penal contra el agresor generó una situación particular. La fiscalía y la autoridad migratoria acordaron una duldung, un permiso temporal que impide la expulsión durante un período limitado. La medida le permitía permanecer mientras colaboraba con la investigación.
Además, la administración consideró que su comportamiento en el episodio del parque justificaba facilitarle una oportunidad adicional: buscar empleo o iniciar una formación que le permitiera sostenerse por cuenta propia. Ese paso podía abrir una vía hacia una residencia de mayor estabilidad si cumplía ciertos requisitos.
Advertencias oficiales y falta de empleo
Según el Ministerio del Interior bávaro, Odowaa recibió autorización para trabajar desde el 8 de abril de 2025. Los registros oficiales indican que no inició ninguna actividad laboral ni tampoco una formación profesional. La autoridad migratoria aseguró que lo notificó varias veces. Le indicó que sin un empleo no existía posibilidad de proyectar un permiso duradero. El organismo informó que el hombre sigue dependiendo por completo de la asistencia estatal.

A este cuadro se sumaron incidentes en sus interacciones con organismos públicos. Distintas comunicaciones internas señalaron “conductas problemáticas”. Funcionarios del Landratsamt y del alojamiento asignado informaron episodios de agresividad. En un incidente puntual, Odowaa perdió el control y ejerció violencia contra el mobiliario. El hecho motivó la intervención del servicio de seguridad. Tras esa situación se le impuso una prohibición de ingreso al edificio administrativo.
El caso se volvió más complejo cuando el diario Main-Echo publicó que el hombre fue condenado en varias ocasiones por distintas infracciones. No se difundieron detalles sobre cada antecedente, pero el medio indicó que existe más de una sentencia firme. Odowaa negó esas acusaciones.
Aseguró que “las autoridades mienten” y que buscan “una excusa para expulsarlo”. Según esa versión, sí intentó conseguir trabajo, pero se encontró con trabas que él atribuye a decisiones oficiales. Hasta el momento no respondió consultas directas de BR.
Una recomendación de retorno voluntario
La administración de Unterfranken confirmó que insiste en que regrese por su cuenta a Italia. Allí tiene un permiso de residencia válido. Ese paso ordenaría su situación jurídica. También le permitiría, en teoría, iniciar un proceso futuro para volver a Alemania mediante un visado para personal calificado. El gobierno regional remarcó que esa es la única vía realista para un retorno legal. Primero debería cumplir los requisitos profesionales en Italia y luego aplicar al visado correspondiente.
Por el momento no existe un calendario definido para ejecutar la expulsión. La situación procesal está vigente. La duldung cumplió su función y dejó de ser un factor que impida la salida, ya que el juicio donde participó como testigo quedó resuelto.



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