Incluso más de tres décadas después de la caída del Muro de Berlín, muchos objetos de la República Democrática Alemana (RDA) todavía tienen un lugar en la vida cotidiana. Lo sorprendente no es solo que sobrevivan, sino que algunos se convirtieron en símbolos culturales y económicos.
Desde semáforos hasta autos, pasando por electrodomésticos, juguetes y muebles, estos objetos muestran que la memoria puede materializarse en cosas simples que la gente sigue usando y valorando.
Ampelmännchen: un muñeco que cruzó fronteras
El Ampelmännchen, el famoso muñeco de los semáforos del Este, todavía sigue presente en Berlín y en otras ciudades alemanas. Su diseño simple y simpático se creó para que los peatones lo reconocieran fácilmente. Con su gorra característica y su paso seguro, se convirtió en un ícono de la vida urbana de la RDA.

Tras la reunificación, muchos esperaban que desapareciera, pero el público lo adoptó como un símbolo nostálgico y de identidad cultural. Hoy se encuentra no solo en los semáforos. Su imagen aparece en remeras, tazas, llaveros y todo tipo de souvenirs. Algunos productos temáticos rondan los EUR 10 por unidad. Su éxito demuestra que ciertos objetos trascienden su función original.
Motos Simson: resistencia sobre ruedas
Entre los vehículos que marcaron la vida en el Este, las motos Simson ocupan un lugar especial. Fabricadas en Suhl, se distinguían por su durabilidad y bajo costo de mantenimiento. Para muchos jóvenes de la RDA, eran el primer medio de transporte propio y un símbolo de independencia.

Aunque la reunificación trajo vehículos del Oeste y nuevas marcas, muchas Simson siguen circulando. Coleccionistas y aficionados las restauran, conservando tanto su diseño original como los pequeños detalles mecánicos. En ferias especializadas, estos modelos pueden alcanzar valores de hasta EUR 3.000, según estado y rareza.
Trabant: el auto del Este
El Trabant, fabricado en Zwickau, es otro símbolo de la RDA que todavía hoy sobrevive. Su carrocería de plástico duro y su motor modesto lo hicieron resistente, aunque lento. Tras la caída del Muro, se volvió objeto de culto. Muchos se conservan en colecciones privadas o se alquilan para paseos turísticos en Berlín y otras ciudades.
Restaurados, algunos modelos alcanzan precios de EUR 5.000. El Trabant representa, sin dudas, la creatividad industrial y la vida cotidiana del Este.
Relojes Ruhla y electrodomésticos que perduran
Los relojes Ruhla eran económicos y de buena calidad. Algunos modelos antiguos todavía se venden en mercadillos y subastas por coleccionistas.
Electrodomésticos como hornos Privileg, tostadoras y radios de la RDA continúan funcionando en muchas casas. Algunos se venden en tiendas de antigüedades y alcanzan valores que van de EUR 50 a EUR 500, según el estado.
Juguetes y accesorios: fragmentos de infancia
Los bloques de construcción de plástico duro, conocidos como Formo y PEBE, fueron desarrollados en la República Democrática Alemana a finales de la década de 1950 como respuesta a la popularidad de los bloques de construcción en Occidente.

La empresa Paul Bernhardt, más tarde conocida como VEB Plastica, fue la encargada de su producción. Estos bloques estaban diseñados para ser compatibles entre sí y permitían a los niños construir una variedad de estructuras. La producción continuó hasta la reunificación alemana en 1990, y hoy en día, ejemplares bien conservados se encuentran en colecciones privadas y museos, como el DDR Museum en Berlín. Su valor en el mercado de coleccionistas varía según el estado y la rareza, pero pueden alcanzar precios de hasta EUR 100 por set completo.
En cuanto a los accesorios personales, mochilas y bolsos fabricados en la RDA, como los modelos de las marcas VEB Lederwaren y VEB Taschenfabrik, eran productos comunes en la vida cotidiana. Estos artículos eran funcionales y estaban diseñados para el uso diario, pero con el tiempo han adquirido valor como objetos de colección debido a su diseño distintivo y su vinculación con la historia de la RDA. Modelos bien conservados pueden encontrarse en tiendas de antigüedades y ferias especializadas, con precios que oscilan entre EUR 20 y EUR 60, dependiendo del estado y la demanda.
Cámaras Praktica: la fotografía del Este
La marca Praktica fue una línea de cámaras fotográficas fabricadas por la empresa Pentacon en Dresde, Alemania Oriental, desde 1949 hasta la reunificación alemana en 1990. Dichas cámaras eran conocidas por su robustez, fiabilidad y precios accesibles, lo que las convirtió en una marca popular tanto para aficionados como para profesionales en la RDA y en otros países del bloque del Este.

Algunos modelos destacados son la Praktica L, producida entre 1969 y 1989, y la Praktica BX20, lanzada en 1985. Las cámaras utilizaban película de 35 mm y lentes intercambiables, características que permitían una amplia gama de aplicaciones fotográficas. Tras la reunificación, la producción de cámaras Praktica cesó, pero los modelos antiguos siguen siendo apreciados por los entusiastas de la fotografía analógica. En el mercado de segunda mano, los precios de estas cámaras varían según el modelo y el estado, pero pueden oscilar entre EUR 30 y EUR 150.
Muebles y objetos domésticos
Los muebles de estilo “Wohnzimmer” (salón) de la RDA eran característicos por su diseño funcional y materiales de buena calidad. Fabricados principalmente por empresas estatales como VEB Deutsche Werkstätten Hellerau y VEB Möbelkombinat Neubrandenburgo, los muebles estaban hechos de madera maciza y presentaban líneas sencillas y prácticas, adaptadas a las necesidades de los hogares de la época.
Los elementos comunes eran: mesas de comedor, sillas, vitrinas y estanterías, muchos de los cuales incorporaban detalles en plástico para mayor durabilidad. Tras la reunificación, estos muebles comenzaron a ser valorados por su estética retro y su calidad de construcción. Actualmente, es posible encontrar piezas originales en tiendas de antigüedades y subastas en línea, con precios que varían según la pieza y su estado, pero que generalmente oscilan entre EUR 50 y EUR 300.
Cultura material que persiste
El Ampelmännchen, Simson, Trabant, electrodomésticos, juguetes y muebles son solo algunos ejemplos de cómo la cultura material puede superar divisiones políticas y tiempo.

En la actualidad, Ampelmännchen cruza calles y ciudades, Simson sigue rugiendo sobre ruedas, y pequeños electrodomésticos y juguetes se conservan en casas y colecciones. Trabant se pasea en eventos y ferias, mientras relojes, cámaras y muebles mantienen su presencia en la vida diaria. Cada uno de estos objetos es un testimonio vivo de la historia, un fragmento de vida que sigue vigente.

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