Buenos Aires (AT) – EE.UU. y Alemania anunciaron que Washington comenzará despliegues de misiles de capacidades convencionales de largo alcance en territorio alemán. Esta decisión, que marca un cambio en la estrategia de defensa de la OTAN, se produce en un contexto de crecientes tensiones internacionales y en respuesta a los desafíos que plantea Rusia.
La medida está cargada de implicaciones geopolíticas y estratégicas que vale la pena explorar en detalle.
Contexto del despliegue
La decisión de Estados Unidos de desplegar capacidades convencionales de largo alcance en Alemania no surge de la nada. En 1987, Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), que tenía como objetivo eliminar los misiles de alcance intermedio y de teatro lanzados desde tierra.
Este tratado fue un hito en la reducción de armas nucleares y contribuyó a la estabilidad estratégica durante la Guerra Fría. Sin embargo, las violaciones del tratado por parte de Rusia llevaron a Estados Unidos a retirarse en 2019. A partir de esa fecha, la situación geopolítica se volvió más volátil.
La ruptura del tratado INF por parte de Rusia no fue un evento aislado, sino que formó parte de una serie de acciones que incluyeron el despliegue de misiles INF por parte de Rusia. Estas acciones llevaron al Departamento de Defensa de EE.UU. a considerar una respuesta, la cual se materializó en el despliegue de misiles convencionales. La invasión de Ucrania por Rusia en 2022 y el aumento de las amenazas nucleares desde Moscú intensificó la necesidad de una respuesta robusta por parte de la OTAN.
En este contexto, el despliegue de capacidades convencionales de largo alcance en Alemania se presenta como una medida estratégica para fortalecer la disuasión y defender el flanco oriental de la alianza.
Propósito y estrategia del despliegue
El propósito detrás del despliegue de capacidades convencionales de largo alcance en Alemania es multifacético. Principalmente, el Ejército de EE.UU. busca ganar la “batalla de fuegos” mediante la entrega de fuegos precisos y de mayor alcance. Esto implica atacar objetivos profundos y agrupar las fuerzas enemigas de manera efectiva.
Los adversarios de EE.UU., como Rusia, han desarrollado redes de sensores y capacidades de acceso/denegación de área (A2/AD) que intentan mantener a las fuerzas estadounidenses fuera de combate. En este contexto, la guerra futura parece centrarse en la competencia entre ofensiva y defensa en términos de precisión y alcance de los ataques.
Entre los sistemas convencionales que el 2º MDTF desplegará, se encuentran el misil de crucero Tomahawk y el arma hipersónica en desarrollo, conocida como Arma Hipersónica de Largo Alcance del Ejército de EE.UU., o Dark Eagle. El Tomahawk, con un alcance de 1.600 kilómetros, tiene la capacidad de alcanzar objetivos en regiones como Kaliningrado, Bielorrusia y Rusia occidental. Por otro lado, el arma hipersónica podría realizar ataques profundos en Rusia, lo que representa un cambio significativo en comparación con los fuegos tácticos que Ucrania ha utilizado en su estrategia de desgaste contra Rusia.
La sincronización de fuegos de precisión y efectos no cinéticos, como la guerra electrónica, es un aspecto clave del diseño de los MDTF. Esta sincronización busca degradar las capacidades A2/AD del enemigo y apoyar a las fuerzas de maniobra de la OTAN, al suprimir los lanzadores de largo alcance de Rusia. Equipar a las fuerzas terrestres de EE.UU. con estas capacidades permitirá una mayor profundidad en la observación y el ataque, rompiendo así un posible asalto ruso.
Reacciones internacionales y consecuencias
Las reacciones internacionales al anuncio del despliegue de capacidades convencionales de largo alcance han sido diversas. Estados Unidos y sus aliados consideran esta medida como una respuesta necesaria a la agresión de Rusia. El asesor de seguridad nacional de EE.UU., Jake Sullivan, ha descrito el despliegue como una “capacidad defensiva” esencial para la seguridad de la región.
Por su parte, el canciller alemán Olaf Scholz ha subrayado la necesidad de esta medida para la disuasión y la paz. La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, señaló que estas capacidades forman parte de la inversión de Alemania en su propia seguridad, a pesar de las críticas domésticas que han surgido. La coalición gobernante en Alemania ha defendido la medida, argumentando que la agresión de Rusia y la modernización nuclear hacen que este despliegue sea lo “correcto”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, recibió el despliegue como una demostración de que la alianza se compromete con la disuasión en un mundo más peligroso creado por Rusia. Este enfoque de disuasión se alinea con la opinión expresada por el presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich, quien afirmó que la disuasión es el “único lenguaje que Rusia entiende.” Otros países europeos, como Francia, Alemania, Italia y Polonia, también han manifestado su intención de desarrollar capacidades similares bajo el Enfoque Europeo de Ataque de Largo Alcance.
En contraste, Rusia ha calificado el despliegue de capacidades convencionales en Alemania como una provocación y ha amenazado con respuestas militares. El vice ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, ha descrito el plan como “destructivo para la seguridad regional y la estabilidad estratégica,” prometiendo una respuesta militar “sin nervios, sin emociones.”
El presidente Vladimir Putin advirtió que Rusia podría abandonar el supuesto moratorio sobre el despliegue de misiles de teatro, incluidos los marítimos, si Estados Unidos continúa con su plan. A pesar de estas amenazas, funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU. han señalado que Rusia ya ha roto las reglas y parece dispuesta a seguir haciéndolo.
Impacto en la estabilidad global
El despliegue de capacidades convencionales de largo alcance en Alemania tiene implicaciones significativas para la estabilidad global. La respuesta de Rusia evoca comparaciones con la Guerra Fría, pero los analistas advierten que la retórica actual puede ser más predecible que precisa.
A finales de la década de 1970, la OTAN desplegó nuevas fuerzas nucleares de teatro como parte de un enfoque de dos vías en caso de que las negociaciones de control de armas fracasaran. Putin expresó temores similares a los de la era soviética, sugiriendo que los nuevos sistemas de EE.UU. en Alemania podrían eventualmente portar ojivas nucleares.
Estados Unidos fue claro en que las capacidades desplegadas en Alemania serán convencionales y que la medida es una respuesta a la ruptura del tratado INF por parte de Rusia. Este tratado, que surgió del enfoque de dos vías de la OTAN durante la Guerra Fría, marcó un periodo de control de armas significativo.
joder, tanta falta de neutralidad hay aquí