Cualquier persona diría que una persona a los 13 años debería ocuparse de asistir a la escuela, pasar tiempo con sus amistades y disfrutar del tiempo libre. Lejos de los estándares sociales, Samuel Kutger supo que él debía ir por más. Pese a su precoz edad, apostó por las energías renovables y con su startup de sistemas solares se transformó en el empresario más joven de Alemania. Su ejemplo demuestra que para emprender la edad no es un requisito.
Samuel Kutger nació en 2007 y durante los meses de confinamiento por COVID-19 parece no haber perdido el tiempo. Con solo 13 años comenzó los trámites para poder fundar su primera empresa. Y luego de un año, la justicia reconoció su idoneidad para llevar adelante el negocio (nota del redactor: para fundar una empresa en Alemania se necesita plena capacidad jurídica).
Así nació Emsbo, una startup que provee sistemas solares y soluciones de recarga para vehículos eléctricos. Ya en 2022, la empresa contaba con 10 empleados y su facturación mensual equivale a una cifra de seis dígitos, según datos del sitio WELT,
La estructura que respalda a la startup de energías renovables no guarda muchos secretos: Samuel Kutger fundó el Kutger Holding UG y esta sociedad posee todas las acciones de Emsbo GmbH, con sede en Fráncfort. Aunque el adolescente maneja la operatoria diaria, se han nombrado a otras personas para la administración del negocio.
El apoyo de su familia, la piedra basal del proyecto
Además de convencer al tribunal de familia de su capacidad emprendedora, los padres del menor también tienen que estar de acuerdo en que pueda convertirse en empresario. Según el propio Samuel, su padre lo apoyó desde el primer momento. A su madre, en cambio, le llevó unos meses aceptar la idea.
Más allá de los 600 clientes, entre hogares familiares y compañías, y de las ventas mensuales, Samuel no saca un salario tan significativo por mes: cobra menos de 700 euros al mes. En su explicación, deja en clara su visión de futuro: no comenzó con el negocio por motivos financieros, sino que quiso hacer la diferencia en torno a sus clientes y lograr el patrocinio del club local de fútbol.
Samuel todavía vive en casa de sus padres y, según el citado medio alemán, no le interesa la ropa de grandes marcas. Sin embargo, puede que su estilo de vida austero y sus necesidades cambien cuando cumpla 16 años dado que no descarta mudarse solo.
De recibir comisiones a encargarse de todo el negocio
A finales de 2022, Samuel hizo imprimir unos volantes y tras pagarle la módica suma de entre 10 a 15 euros a su hermano, salieron a repartirlos por las calles. Así fue que recibió las primeras solicitudes de ensamblaje de módulos solares.
En aquella etapa inicial, las instalaciones las realizaron otras empresas. Ni Samuel ni sus empleados tuvieron que subirse a ningún techo: sólo recibieron una comisión por cada cliente referido. Algo que representa, según dichos del propio Kutger, entre 1.000 a 1.500 euros para una vivienda unifamiliar.
En la actualidad, la realidad de Emsbo es bien distinta. Ahora, la empresa se encarga de todo las aristas del negocio: instala los productos que vende, no solo los fotovoltaicos para empresas, sino también productos de movilidad eléctrica como las estaciones de carga para hogares que produce con sus propios instaladores.
Una ambición que supera la dimensión del negocio
Introspectivamente, Samuel ve a sí mismo diferente de los demás chicos de su edad. No puede hablar con sus compañeros de clase acerca de temas empresariales, pero no pierde su norte. Además de su rol de como emprendedor, el joven de 15 años forma parte de los jóvenes liberales, la organización juvenil del Partido Democrático Libre (FDP, por sus siglas en alemán).
De cara al futuro, Samuel tiene metas claras para Emsbo. Quiere que la empresa se convierta en la más grande del estado federado de Hesse y, en un futuro, en la compañía fotovoltaica número 1 de toda Alemania.
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