Berlín – El 14 de julio de 1955 se presentó al público el Karmann Ghia, un coche que sentó las bases de la fama mundial del carrocero Karmann, además de satisfacer las ansias de lujo en la época del llamado milagro económico alemán.
El Karmann Ghia no solo incorporó los diseños deslumbrantes que marcaron su época sino también la sólida tecnología del Escarabajo de Volkswagen. Los fans de este coche de culto, que salió de las líneas de montaje como cupé y descapotable hasta 1974, celebran su 70 aniversario en Osnabrück, en el norte de Alemania, de la mano de Joachim Acker, director de una empresa de techos descapotables y restauración de automóviles.
Acker, de 65 años, tiene su planta justo enfrente de la de Volkswagen en Osnabrück, donde estaba ubicada la factoría de Karmann, que tuvo que declararse en quiebra durante la crisis automovilística de 2009. “Queremos que el nombre Karmann se conserve en Osnabrück”, afirma este aficionado a los coches clásicos. Más de 15 años después de la quiebra de la histórica empresa, ve cómo el recuerdo de la compañía, que antaño fue el orgullo de la ciudad, se desvanece, por eso ha creado una asociación llamada “Karmannstadt” (Ciudad de Karmann).
Aunque los coches clásicos han experimentado un auge reciente, Acker prevé que esa época pronto pasará: “Los coches clásicos lo pasan mal hoy día”. Los jóvenes, en particular, a menudo ya no sienten ninguna conexión con los coches de ensueño de generaciones anteriores, subraya.
Por ello, la asociación se ha propuesto mantener viva la memoria de los coches fabricados en Osnabrück para las generaciones futuras. Una de las ideas es adquirir vehículos históricos que los interesados puedan alquilar para realizar pruebas de conducción o incluso durante varios días.
Acker, aficionado a los descapotables, está profundamente preocupado por la escasez de coches sin techo fijo disponibles hoy en día; si los hay, suelen ser coches de lujo, inasequibles para la mayoría. “Tienes que experimentar lo maravilloso que es conducir un descapotable”, comenta con entusiasmo. Cuando él mismo se subió a uno por primera vez siendo adolescente, fue una revelación, recuerda.
Para conmemorar el aniversario, 70 Karmann-Ghia de Alemania y otros países europeos realizaron ayer ayer domingo un recorrido conmemorativo desde la plaza del mercado del ayuntamiento hasta la antigua planta de Karmann, ahora fábrica de Volkswagen.
El prototipo en 1953
El prototipo de 1953 también forma parte de la colección de vehículos, que Volkswagen adquirió tras la quiebra de Karmann. Wilhelm Karmann encargó el cupé color marfil, con sus líneas fluidas y curvas, diseñado por el diseñador italiano de automóviles Luigi Segre en el carrocero Ghia de Turín.
Primero hubo que convencer al entonces director general de Volkswagen, Heinrich Nordhoff, explica el responsable de la colección de vehículos, Marcel Leifer. Karmann ya tenía buenos contactos con Volkswagen, ya que la empresa de Osnabrück fabricaba el Escarabajo descapotable desde 1949.
Karmann llevó el prototipo a Wolfsburgo, sede de Volkswagen, para presentar el elegante cupé a Nordhoff, explica Leifer. Al director de Volkswagen le gustó el coche y dio luz verde al desarrollo del vehículo, que técnicamente se basaba en el Escarabajo.
El 14 de julio de 1955, el coche, hasta entonces ultrasecreto, se presentó a la prensa especializada en la vecina ciudad de Georgsmarienhütte, ya que Osnabrück aún sufría claramente las consecuencias de la guerra en aquel momento.
Escarabajo con ropa de domingo
El coche parecía más rápido de lo que era en realidad. Bajo el capó, un motor bóxer de 30 CV cumplía su función. “Era el Escarabajo con ropa de domingo”, dice Leifer. Pero a pesar de la baja potencia del motor y el precio relativamente alto, el coche fue un éxito inmediato. El coche, de cautivadora belleza, también encontró numerosos clientes en Estados Unidos.
Cuatro días después de la presentación del Karmann Ghia, Nordhoff escribió una carta de felicitación a Wilhelm Karmann. “Le prometí a mi hija mayor uno de estos coches si aprobaba sus exámenes en Londres a finales de año”, reveló el director ejecutivo de Volkswagen. Karmann documentó la carta en la publicación conmemorativa del centenario de la compañía en 2001.
Finalmente, se fabricaron 362.601 cupés y 80.881 descapotables, explica Leifer. El coche de culto también salió de las líneas de producción de la fábrica de Karmann en Brasil, donde incorporó el escudo de la ciudad de São Paulo.
La empresa Karmann ya no existe: tras su insolvencia en 2009, Volkswagen se hizo cargo de gran parte de la fábrica. En aquel entonces, muchos en Osnabrück esperaban que el futuro de la ciudad como centro automovilístico estuviera asegurado bajo las alas de la gigantesca corporación.
Pero ahora, los empleados de Volkswagen están preocupados por el futuro de la planta, ya que circulan rumores de cierre. Y que la planta podría reconvertirse para la fabricación de armas son solo vagas especulaciones por ahora, subraya el representante del sindicato IG Metall en Osnabrück, Stephan Soldanski.
Elmar Stephan, dpa
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