Buenos Aires (AT) – La transición hacia una matriz energética diversificada y menos dependiente de fuentes de energía tradicionales se está acelerando en todo el mundo, y la Unión Europea y Argentina no se quedan atrás y toman medidas concretas para asegurar un suministro más seguro y sostenible de gas natural. En este contexto, la Comisión Europea aprobó recientemente una importante ayuda estatal para apoyar la operación de terminales flotantes de GNL en Alemania. Mientras, en la Argentina se está desarrollando un megaproyecto para la exportación de gas natural licuado en la provincia de Río Negro, que involucra a las empresas YPF y Shell.
La respuesta de Alemania ante la crisis energética
El 29 de diciembre de 2024, la Comisión Europea aprobó una ayuda estatal alemana de EUR 4.060 millones para la operación de cuatro terminales flotantes de GNL ubicados en Brunsbüttel, Wilhelmshaven y Stade. Estas instalaciones, que servirán como solución temporal, proporcionarán una capacidad esencial de importación de gas mientras se desarrollan terminales terrestres permanentes que asegurarán un suministro energético más estable en el largo plazo. La aprobación de este paquete de ayudas es un paso importante en medio de los esfuerzos de Europa por diversificar su suministro de gas tras la interrupción de las entregas rusas, que afectaron a varios países del continente europeo.
Con la aprobación de la Comisión, el gobierno alemán busca mitigar las consecuencias de la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania y la interrupción de los flujos de gas ruso. En 2022, Alemania se vio obligada a actuar rápidamente, y debió alquilar estos terminales flotantes para asegurar el suministro de gas natural en medio de la escasez global provocada por la guerra. Los terminales flotantes permitirán a Alemania importar gas desde diversas fuentes, evitando la dependencia de un solo proveedor.
El paquete de ayuda respaldará a Deutsche Energieterminal (DET), la empresa estatal alemana encargada de operar estos terminales. La instalación de las unidades de GNL flotantes es una solución de emergencia, que ofrece una flexibilidad crucial en un contexto de incertidumbre política y económica.
El megaproyecto de GNL en Río Negro
En paralelo, la Argentina avanza con el desarrollo de un proyecto energético en la provincia de Río Negro, que tiene el potencial de transformar al país en un actor clave en el mercado global de GNL. Este proyecto, conocido como “Argentina LNG”, involucra a las gigantes energéticas YPF y Shell y busca establecer una terminal de exportación de gas natural licuado en la localidad de Sierra Grande. Con una capacidad de licuefacción de 10 millones de toneladas por año (MTPA), este megaproyecto está diseñado para aprovechar los vastos recursos de gas no convencional de la formación de Vaca Muerta y exportarlos a mercados internacionales, como los de Asia y Europa.
El proyecto se desarrollará en varias fases, comenzando con la construcción de dos unidades de licuefacción flotantes (FSRUs) que entrarán en funcionamiento entre 2029 y 2030. A medida que la demanda mundial de gas crezca y los mercados sigan evolucionando, el proyecto se expandirá en etapas, con el objetivo de alcanzar los 30 MTPA para 2032. Dicha expansión será respaldada por la construcción de gasoductos que conectarán los bloques de Vaca Muerta con la terminal de licuefacción en Sierra Grande, lo que facilitará el transporte del gas a la planta.
La participación de Shell en el proyecto es clave. El motivo: la empresa se encargará de las operaciones de licuefacción y comercialización del gas. Esta colaboración refuerza el compromiso de Argentina con la diversificación de sus fuentes de ingresos y con el desarrollo de una infraestructura energética moderna y competitiva en el mercado global. La entrada de Shell en el proyecto se produjo después de que la empresa malaya Petronas, que inicialmente iba a ser socia de YPF, decidiera retirarse.
Con una inversión proyectada de EUR 30,000 millones anuales en energía, el proyecto “Argentina LNG” se perfila como una de las mayores inversiones de la historia reciente del país. La planta no solo permitirá aumentar las exportaciones de GNL, sino que también contribuirá a la creación de empleo y al desarrollo de la economía local y regional. Además, ayudará a reducir la dependencia de la Argentina de las importaciones de gas, fortaleciendo la seguridad energética del país.
El futuro del GNL en el contexto global
Tanto en Europa como en América Latina, los proyectos de GNL tienen un papel cada vez más relevante en el contexto de la transición energética. La demanda de gas natural, impulsada por la necesidad de fuentes de energía más limpias y eficientes, dio lugar a un mercado en expansión para el GNL, especialmente en Europa, donde los países están buscando alternativas a la energía proveniente de Rusia.
En este sentido, el proyecto de GNL en Río Negro y las terminales flotantes en Alemania son ejemplos claros de cómo la diversificación de fuentes de gas natural está modelando la geopolítica energética del futuro. Ambos proyectos buscan asegurar el suministro energético a corto plazo, pero también posicionarse en mercados clave como proveedores confiables de gas natural.
Para la Argentina, el proyecto de Río Negro representa una oportunidad para integrarse más profundamente a la cadena de valor energética global, como uno de los principales exportadores de GNL en los próximos años.
Por otro lado, el caso de Alemania deja en claro la importancia de contar con soluciones flexibles y rápidas ante crisis energéticas imprevistas. Los terminales flotantes de GNL están demostrando ser una opción efectiva para mitigar los efectos de la interrupción de los suministros de gas.
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