Buenos Aires (AT) – Hannah Elias, activista alemana y nieta de Buddy Elias, primo de Ana Frank, arribó a la Argentina invitada por el Centro Ana Frank Argentina (CAFA) para participar en el Congreso de Jóvenes para Jóvenes. Este evento, que convocó a más de 200 representantes de América Latina, buscó generar espacios de diálogo sobre memoria histórica, convivencia y derechos humanos.
“Vine no solo como parte de la familia de Ana Frank, sino como alguien que cree firmemente en el poder transformador de la memoria,” expresó Elias en su intervención. Su visita representa un eslabón más en el vínculo que desde hace años une a la familia Frank con el CAFA, una institución que se ha consolidado como referente en la promoción de valores humanitarios en la región.
De Núremberg al mundo: una vida marcada por la historia
Nacida en Núremberg, Alemania, Hannah Elias creció en un contexto histórico cargado de simbolismo. La ciudad fue sede de las leyes que formalizaron la segregación racial en el nazismo y, años después, del juicio que marcó un hito en la búsqueda de justicia tras el Holocausto. “Ese contraste entre opresión y justicia influyó profundamente en mi vida y me motivó a estudiar cómo los estados pueden enfrentar su pasado,” explicó.
Desde joven, Elias estuvo rodeada de fotos, cartas y relatos que la conectaban con la historia de Ana Frank. “No hubo un momento específico en el que comprendí su importancia global, porque siempre fue parte de mi vida cotidiana,” comentó. Esa conexión la llevó a formarse en justicia transicional, una disciplina que examina cómo las sociedades pueden abordar legados de violaciones a los derechos humanos para construir un futuro más justo.
La memoria como herramienta de cambio
Durante el Congreso, Elias destacó la relevancia de los jóvenes en la construcción de sociedades más inclusivas. “Ellos son el motor del cambio. Estos encuentros son esenciales para intercambiar ideas, derribar prejuicios y construir un futuro basado en la igualdad y el respeto,” afirmó.
Elias no solo habló del Holocausto, sino también de cómo los patrones de exclusión y discriminación se manifiestan en la actualidad. A través de su participación en el panel “Construcción de convivencia: el legado de Ana Frank”, abordó temas como la xenofobia, el racismo y el auge de ideologías extremistas en Europa y otros continentes.
Europa y los desafíos del presente
La activista también reflexionó sobre las tensiones actuales en Europa, especialmente en relación con las políticas migratorias. Criticó la creciente militarización de las fronteras y las prácticas deshumanizantes hacia los migrantes. “Europa invierte millones en proteger sus fronteras, pero no en garantizar derechos básicos como vivienda o salud para quienes buscan refugio,” señaló.
Además, subrayó cómo la normalización de discursos de odio en plataformas digitales amplifica la xenofobia, el racismo y el antisemitismo. “Las redes sociales no solo reflejan la sociedad, sino que también la moldean, permitiendo que ideologías extremistas ganen aceptación,” advirtió Elias.
El rol de la memoria histórica en la actualidad
Para Elias, recordar los crímenes del pasado no es solo un ejercicio retrospectivo, sino una acción fundamental para abordar los desafíos actuales. “Cuando preservamos la memoria, no solo honramos a quienes sufrieron, sino que también construimos herramientas para enfrentar las injusticias del presente,” afirmó.
En este sentido, destacó el trabajo del CAFA, una institución que no solo preserva el legado de Ana Frank, sino que también promueve valores como la inclusión y la convivencia a través de talleres, exposiciones y actividades educativas. Según Elias, el museo es un espacio donde la memoria cobra vida y adquiere relevancia para las nuevas generaciones.
Un proyecto inspirado en la memoria familiar
Uno de los proyectos más destacados de Hannah Elias es la transformación de la casa de su abuelo en Suiza en un centro de intercambio cultural. Este espacio busca promover el diálogo intercultural y fomentar la reflexión sobre los derechos humanos, siguiendo el ejemplo de instituciones como el CAFA. “Queremos que sea un lugar donde las personas se encuentren, compartan perspectivas y trabajen juntas por una sociedad más justa,” explicó.
Para Elias, este proyecto es una forma de convertir la memoria histórica en acción concreta. “En un mundo donde las divisiones son cada vez más profundas, necesitamos crear puentes que nos ayuden a superar nuestras diferencias,” afirmó.
El impacto del legado de Ana Frank en Argentina
Durante su visita, Elias quedó profundamente impresionada por el compromiso de los jóvenes argentinos con la memoria y los derechos humanos. “La energía y el compromiso que vi aquí son inspiradores. Argentina tiene un enfoque único hacia la memoria que debería servir como ejemplo para otros países,” comentó.
El CAFA, ubicado en el barrio de Coghlan, es un referente en la región. A través de sus actividades, fomenta el diálogo sobre temas como el racismo, la discriminación y la intolerancia, abordando problemáticas que resuenan tanto en Argentina como en el mundo. Además, ha promovido el concepto de “Nunca Más”, un llamado a la acción frente a los discursos de odio y la exclusión.
Un legado vivo
El legado de Ana Frank, llevado adelante por Hannah Elias, nos recuerda que la memoria histórica es una herramienta poderosa para transformar la sociedad. En un contexto global marcado por tensiones y divisiones, su mensaje de inclusión y justicia es más relevante que nunca.
“Cuando recordamos a Ana Frank, no solo honramos su vida, sino que también reafirmamos nuestro compromiso con un mundo más justo e inclusivo,” concluyó Elias. Su visita a Argentina no solo fortaleció los lazos entre el CAFA y la familia Frank, sino que también dejó un mensaje claro: la memoria es un puente hacia el futuro.
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