Buenos Aires (AT) – Científicos catalanes desarrollaron un nuevo modelo para una conexión más efectiva de dispositivos a Internet. De esa manera, buscan apoyar el Internet de las cosas (IoT) mediante una mejor sincronización de los tiempos de conexión con los satélites, específicamente con constelaciones cercanas a la Tierra como Starlink, OneWeb y el planificado Kuiper.
Actualmente, se estima que 15 mil millones de objetos como automóviles, sensores de riego, estaciones meteorológicas y drones autónomos forman parte del Internet de las cosas. Para 2030, se espera que este número se duplique. Uno de los principales obstáculos en el camino hacia esa meta es que muchos de los dispositivos están en lugares remotos sin cobertura móvil.
En este contexto, las redes de satélites son consideradas la mejor solución. Sin embargo, debido a peculiaridades de ambos lados, a verces solo hay ventanas de tiempo cortas para el intercambio de datos, lo que requiere una coordinación sofisticada.
En una nota con Heise, Guillem Boquet y Borja Martínez, del grupo de Redes Inalámbricas del Instituto Interdisciplinario de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en Barcelona, muestran en un estudio publicado recientemente posibilidades para una mejor coordinación entre los objetos en la Tierra y los satélites cercanos a la Tierra (LEO, por sus siglas en inglés, Low Earth Orbit).
Según Boquet, existen muchas razones para usar estos satélites: “Necesitan menos potencia de transmisión para lograr una comunicación confiable”. Esto ahorra energía, prolonga la vida útil de las baterías y reduce los costos de mantenimiento. Además, las conexiones satelitales son más económicas que otras conexiones y ofrecen mejor cobertura.
Los dispositivos IoT suelen funcionar con baterías y tienen intervalos regulares de sueño y actividad para ahorrar energía. Para estos ciclos de trabajo, se establecieron incluso estándares propios. Sin embargo, dado que los satélites LEO no necesariamente proporcionan cobertura continua, según los investigadores, se producen pequeñas ventanas de comunicación irregulares. Por lo tanto, son necesarias “estrategias de sincronización más avanzadas” para asegurar un acceso preciso y confiable.
Prueba exitosa con el minisatélite Enxaneta
Para reconciliar las necesidades de ambos lados, se requiere una predicción de las ventanas de conexión. Los científicos crearon un modelo que calcula las órbitas de los satélites a partir de un punto de partida conocido. No obstante, este enfoque tiene su costo: el cálculo requiere energía, al igual que la actualización de los datos si las condiciones reales varían.
Una primera prueba de la solución en una situación de comunicación real con el nanosatélite Enxaneta del gobierno catalán fue prometedora: la tasa de acceso a los satélites mejoró hasta en un 99%, lo que garantiza una conexión a la red a largo plazo, seún informan los investigadores. Al mismo tiempo, se minimizó el consumo de energía.
El siguiente paso del equipo es analizar el costo-beneficio de la implementación del modelo teniendo en cuenta diversas aplicaciones, redes de servicio, tipos de constelaciones de satélites, dispositivos IoT y métodos de comunicación, para luego proponer y aplicar modos de ahorro de energía. A medio plazo, la solución deberá adaptarse automáticamente a las necesidades de comunicación y a las condiciones cambiantes de las redes no terrestres.
La importancia del Internet de las Cosas (IoT)
El Internet de las Cosas es una revolución tecnológica que conecta dispositivos cotidianos a la red, permitiéndoles enviar y recibir datos. Esta interconectividad tiene un impacto significativo en diversas industrias. La creación de hogares inteligentes resulta en dispositivos como termostatos, luces, cerraduras y electrodomésticos controlables de forma remota a través de smartphones o comandos de voz, proporcionando comodidad, eficiencia energética y mejorando la seguridad del hogar.
En el campo de la salud, avances en la monitorización de pacientes y la gestión de enfermedades se logran mediante dispositivos como monitores de glucosa, pulseras de actividad y sensores de frecuencia cardíaca que rastrean constantes vitales y otros indicadores de salud en tiempo real. Estos datos, que se envían directamente a profesionales de la salud, permiten un monitoreo continuo y la detección temprana de posibles problemas, lo que brinda una mejor atención al paciente y una reducción en las visitas hospitalarias.
En el ámbito industrial, el IoT optimiza procesos, aumenta la eficiencia y reduce costos. Sensores en máquinas y equipos monitorean su funcionamiento en tiempo real, permitiendo el mantenimiento predictivo y reduciendo el tiempo de inactividad. La capacidad de recopilar y analizar grandes cantidades de datos de estas fuentes permite a las empresas tomar decisiones informadas y mejorar sus operaciones.
En la agricultura, el IoT transforma mediante la implementación de sensores que monitorean las condiciones del suelo, la humedad, la temperatura y otros factores ambientales. Esta información permite a los agricultores optimizar el riego, el uso de fertilizantes y la protección de cultivos, resultando en una producción más eficiente y sostenible.
El concepto de ciudades inteligentes se basa en la utilización del IoT para mejorar la gestión urbana y la calidad de vida de los ciudadanos. Sensores y dispositivos conectados monitorean y gestionan el tránsito, la calidad del aire, el alumbrado público y los sistemas de recogida de residuos.
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