La pequeña ciudad de Herdecke, en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, amaneció conmocionada este martes cuando su alcaldesa electa, Iris Stalzer (57), fue hallada gravemente herida frente a su vivienda. La dirigente socialdemócrata sufrió al menos trece puñaladas en el abdomen y la espalda y permanece internada en estado crítico en un hospital de Bochum.
De acuerdo con la reconstrucción inicial, Stalzer logró arrastrarse hasta el interior de su casa, donde fueron sus dos hijos adoptivos, de 15 y 17 años, quienes llamaron a los servicios de emergencia. En un primer momento, el menor declaró que su madre había sido atacada “por varios hombres” en la calle. Sin embargo, la policía no halló pruebas que sostuvieran esa versión.
Horas después, las autoridades detuvieron a ambos adolescentes, quienes se encontraban en la vivienda. Los investigadores sospechan que se trató de un ataque de origen familiar, descartando por ahora un trasfondo político.
Una historia que cambió de rumbo
La información sobre el caso fue evolucionando con rapidez. Según la cadena pública WDR y el sitio Focus Online, las primeras sospechas recayeron sobre el hijo de 15 años, quien fue trasladado esposado para evitar la pérdida de pruebas. Más tarde, las pericias y los interrogatorios apuntaron hacia la hija adoptiva de 17 años, señalada ahora como la principal autora del ataque.
El portavoz policial Tino Schäfer, de la ciudad de Hagen, confirmó que los investigadores “trabajan sobre la hipótesis de un hecho con trasfondo familiar” y descartó indicios de un crimen político.
El diario Der Spiegel reveló además que en el hogar de Stalzer ya había ocurrido un episodio violento el pasado verano: la misma adolescente habría atacado con un cuchillo a su madre, aunque sin consecuencias graves. Aquella agresión fue registrada como un caso de violencia doméstica y derivó en una intervención policial.
De la política local al centro de un drama familiar
Iris Stalzer, abogada laboralista y militante del Partido Socialdemócrata (SPD), había ganado las elecciones municipales de Herdecke a fines de septiembre con el 52,2% de los votos frente al candidato conservador Fabian Haas (CDU). Su asunción estaba prevista para el 1° de noviembre.
El canciller alemán Friedrich Merz calificó el ataque como “un acto odioso” y expresó su preocupación: “Tememos por la vida de la alcaldesa electa y esperamos su recuperación completa. Mis pensamientos están con su familia”, escribió en la red social X.
También el secretario general del SPD, Tim Klüssendorf, manifestó su consternación: “La noticia de Herdecke nos entristece profundamente. Acompañamos a nuestra compañera y su familia en este momento de dolor.”
La policía mantiene un importante operativo en la zona, con la calle de la vivienda acordonada y un equipo forense que continúa recolectando evidencia.
Investigación en marcha y una ciudad en shock
El caso despertó fuertes reacciones en Alemania, donde los ataques contra representantes públicos han aumentado en los últimos años. En 2019, el asesinato del político conservador Walter Lübcke —muerto de un disparo por un extremista de derecha— aún resuena como recordatorio de la fragilidad del clima político. Por eso, en un primer momento, se especuló con la posibilidad de un atentado vinculado a la vida pública de Stalzer.
Sin embargo, las pruebas recopiladas por la fiscalía y la policía descartan por ahora esa hipótesis. Todo apunta a una tragedia de índole privada, con episodios previos de conflicto en el entorno familiar.
“No hay evidencia de motivaciones políticas ni de participación de terceros”, insistió el portavoz Schäfer. “Las investigaciones siguen abiertas y se están revisando los antecedentes de ambos menores.”
Un drama que expone una realidad sensible
El ataque a Iris Stalzer reaviva el debate sobre la violencia intrafamiliar y el papel de las instituciones en la detección temprana de situaciones de riesgo, incluso dentro de hogares aparentemente estables.
Para los habitantes de Herdecke —una ciudad de poco más de 22.000 habitantes, donde la política local suele desarrollarse en un clima tranquilo—, el caso es incomprensible. En declaraciones a la prensa, vecinos y colegas describieron a Stalzer como “una mujer serena, comprometida con su comunidad y alejada de toda polémica”. Mientras la alcaldesa electa lucha por su vida, los dos jóvenes permanecen bajo custodia policial y el Ministerio Público evalúa posibles medidas de internación en centros de menores.
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