Buenos Aires (AT) – Pocas marcas logran mantenerse en el imaginario colectivo durante décadas. Krups, con raíces que se remontan a 1846 en la ciudad alemana de Solingen, ha transitado un camino que mezcla innovación, adaptabilidad y tradición. Desde sus inicios como fabricante de balanzas hasta su fama mundial como creadora de cafeteras de alta calidad, la historia de Krups es un reflejo de la evolución del consumo en la era moderna.
En 1846, Josua Corts estableció una pequeña forja en Solingen, dedicada a producir balanzas. Veinte años después, su sobrino, Robert Krups, tomó las riendas y renombró la empresa como Krups. Durante casi un siglo, la compañía se especializó en balanzas para uso doméstico y profesional, convirtiéndose en líder del mercado alemán en este segmento.
La década de 1950 marcó un cambio radical. Tras la Segunda Guerra Mundial, la sociedad alemana demandaba productos que facilitaran la vida cotidiana. Krups detectó esta necesidad y decidió diversificar su producción hacia pequeños electrodomésticos. En 1956 lanzó su primera cafetera eléctrica, que se convirtió en un éxito inmediato, vendiendo más de un millón de unidades en su primer año.
Innovaciones que marcaron una era
Entre sus productos más icónicos figura el “3 Mix Handmixer”, lanzado en 1959, y la cafetera “T8”, cuyo diseño minimalista, inspirado en el Bauhaus, la convirtió en un símbolo de calidad y estilo alemán. Estas innovaciones llevaron a Krups a ser reconocida no solo en Alemania, sino en mercados internacionales como Estados Unidos y México.
En los años 80 y 90, Krups profundizó su liderazgo en el segmento de cafeteras al asociarse con Nestlé para desarrollar máquinas compatibles con el sistema Nespresso y, más tarde, Dolce Gusto. Estas colaboraciones consolidaron a Krups como una referencia en la preparación de café de alta calidad en el hogar.
Auge y desafíos en un mercado globalizado
En 1990, Krups empleaba a casi 3.000 personas y generaba ingresos por 541 millones de marcos alemanes, con un tercio de las ventas provenientes de Estados Unidos. Sin embargo, los desafíos de la globalización comenzaron a afectar a la empresa. En 1991, Krups fue adquirida por el fabricante francés Moulinex, en un intento por adaptarse a un mercado cada vez más competitivo.
La situación financiera de Moulinex llevó a su bancarrota en 2001, pero Krups sobrevivió como marca bajo el paraguas de Groupe SEB, que adquirió Moulinex ese mismo año. Groupe SEB, conocido por ser líder mundial en pequeños electrodomésticos, logró revitalizar a Krups sin comprometer su identidad de calidad alemana.
Krups en la actualidad
Hoy, Krups continúa destacándose en el mercado global de cafeteras y electrodomésticos. Según Groupe SEB, la marca mantiene estándares de calidad que la colocan entre las favoritas en pruebas de producto realizadas en Europa. La empresa francesa, que generó ingresos por EUR 8.000 millones (US$ 8.415 millones) en 2022, ha sabido potenciar el legado de Krups al combinar tradición con innovación tecnológica.
Un ejemplo de esta continuidad es la cafetera “T8”, que aún se encuentra en el catálogo de Krups, ofreciendo a los consumidores la experiencia de un café de calidad excepcional. “Nos esforzamos en cada detalle para brindar el mejor café, taza por taza”, declara la oficina de prensa de Krups.
Un legado histórico y anecdótico
Krups también ha dejado huella en la cultura popular. La cafetera “Pro Aroma” se convirtió en 1991 en el primer objeto monitoreado por una webcam, instalada en la Universidad de Cambridge. Este experimento tecnológico se transformó en un hito que marcó el inicio de la vigilancia digital en tiempo real.
En 2001, cuando la famosa “Trojan Room Coffee Machine” dejó de funcionar, fue subastada por más de 10.000 marcos y adquirida por el medio alemán Der Spiegel. Hoy, esta pieza histórica se exhibe en el Heinz Nixdorf MuseumsForum en Paderborn, Alemania.
De la mano con la evolución del café
La relación de Krups con el café no es casual. Desde los años 50, cuando introdujo su primera cafetera eléctrica, la marca entendió que el café no es solo una bebida, sino una experiencia cultural. Esto la llevó a innovar constantemente en métodos de preparación, desde cafeteras de filtro hasta sistemas automáticos que ajustan la molienda y el tiempo de extracción.
Según un estudio de Statista, el mercado global de cafeteras alcanzó un valor de US$ 30.000 millones en 2022, con una creciente preferencia por las máquinas automáticas y de cápsulas. Krups, como parte de Groupe SEB, sigue siendo un jugador clave en este mercado en expansión.
Una marca que trasciende fronteras
Aunque la propiedad de Krups cambió de manos, su esencia como marca alemana de alta calidad permanece intacta. Sus productos, diseñados originalmente para satisfacer las demandas de los hogares alemanes, ahora llegan a consumidores en todo el mundo, reflejando el impacto global de la ingeniería y el diseño alemán.
“Krups es un clásico alemán”, señala el periodista Thomas Meyer. “Como Volkswagen o Edeka, está profundamente arraigada en la vida cotidiana de los consumidores. Su calidad es innegable, incluso después de dos cambios de propietario”.
El futuro de Krups
En un mundo donde la sostenibilidad y la eficiencia energética son cada vez más importantes, Krups está adaptando sus productos a estas demandas. Groupe SEB ha anunciado planes para reducir su huella de carbono en un 50% para 2030, con Krups desempeñando un papel central en esta estrategia.
La marca también apuesta por la digitalización, integrando tecnología inteligente en sus cafeteras para mejorar la experiencia del usuario. Estas innovaciones, combinadas con su legado histórico, aseguran que Krups siga siendo relevante en un mercado en constante evolución.
Krups es más que una marca; es un emblema de cómo la tradición y la innovación pueden coexistir. Desde su origen en una pequeña forja en Solingen hasta su lugar como líder global en el mercado del café, Krups ha demostrado que la calidad y la visión son claves para trascender generaciones. Con el respaldo de Groupe SEB, el legado de Krups promete seguir vigente por muchos años más.
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