Buenos Aires (AT) – “Senderismo es la delicia del molinero” o “Hejo, engancha la carreta”: muchos senderistas suizos siguen cantando estas canciones mientras recorren sus caminos. Las canciones tienen su origen en el movimiento excursionista de principios del siglo XIX. Un movimiento que surgió como reacción a las condiciones sociales de la época.
1900-1924: La prehistoria de los albergues juveniles suizos
Las consecuencias sociales de la industrialización y la urbanización se consideraban perjudiciales para la sociedad. El tiempo libre también estaba limitado: Apenas había vacaciones reguladas legalmente para los trabajadores, y los escolares sólo tenían libres los domingos.
La urbanización está en pleno apogeo: las ciudades son cada vez más grandes y se convierten en centros dinámicos y dinámicos. Al mismo tiempo, se extiende una crítica a la civilización: la atención se desplaza cada vez más hacia la naturaleza. El senderismo estaba de moda, siguiendo el ejemplo de la novela de abandono “Walden” de Henry David Thoreau o los poemas de Hermann Hesse sobre sus excursiones por el Tesino.
Los jóvenes formaban grupos de excursionistas. Durante las excursiones de varios días pernoctaban en cabañas del Club Alpino Suizo SAC, que ya existía en aquella época.
Para curar la llamada “enfermedad de la civilización” había que volver a la naturaleza. La reforma incluía también la cultura física: el baile, la gimnasia y el senderismo debían fomentar las facultades naturales. El objetivo era atraer sobre todo a los jóvenes. Los jóvenes debían pasar su tiempo libre en abstinencia y al aire libre. En 1907, los estudiantes fundaron el movimiento juvenil “Wandervögel”. Organización suiza de excursiones juveniles sin alcohol”. En 1916, 1.200 jóvenes suizos ya estaban organizados como Wandervögel.
1924 a 1932: años de fundación
Después de la Primera Guerra Mundial, cada vez más jóvenes se aficionaron al senderismo. Esto también requería más alojamientos para pernoctar. El 28 de abril de 1924 llegó el momento: se fundó la Cooperativa de Albergues Juveniles de Zúrich. Pocos meses después de su fundación, se presentó la primera lista de albergues: un folleto con 12 albergues juveniles y cuatro alojamientos con campamentos de heno.
A la presentación asistió un llamativo número de mujeres fundadoras, en una época en la que el sufragio femenino y el derecho al voto estaban aún muy lejos.
Los precios bajos, incluso para los estándares de la época, eran importantes cuando se fundó el centro, ya que estaba dirigido a los jóvenes. No había restricciones de edad.
Para ser incluidos en el catálogo, los alojamientos debían cumplir los siguientes criterios: Debía disponerse de alojamiento para pasar la noche -con camas o plazas para dormir de paja-, un techo e instalaciones para cocinar. Algunos albergues tuvieron que cerrar poco después de abrir debido a la falta de higiene o a una gestión difícil. Y aun así: la lista de albergues creció rápidamente.
La idea de Zúrich también encontró eco en los cantones de Basilea, Berna, Lucerna, Argovia y Soleura. En 1927 se fundó la “Federación Suiza de Albergues Juveniles”.
De 1930 a 1938: los años de la crisis económica
El número de huéspedes de albergues juveniles siguió aumentando, aunque sólo unos pocos turistas extranjeros visitaron Suiza debido a la Segunda Guerra Mundial y a la crisis económica. La crisis económica jugó a favor de los albergues juveniles de la Suiza Central, que apenas podían creer su suerte. En 1930, el distrito de Lucerna compró una casa en un lugar privilegiado entre Vitznau y Gersau, a orillas del lago de Lucerna: el albergue juvenil Rotschuo.
En octubre de 1932, el distrito de Zúrich también consiguió inaugurar su primera “casa propia”: un edificio aislado de toba con vistas al panorama montañoso y al lago Heidsee, en Lenzerheide.
El miedo a la guerra empezó a extenderse por Suiza a mediados de los años treinta. Sin embargo, ya cuando se fundaron los albergues juveniles, estaba claro que la organización debía ser independiente desde el punto de vista político y confesional. Por ejemplo, los albergues ofrecieron protección a los niños cuando estalló la Guerra de España en 1936.
De 1939 a 1947: la Segunda Guerra Mundial y los primeros años de la posguerra en los albergues juveniles suizos
En 1939 se celebró en Zúrich la Exposición Nacional. Los albergues juveniles suizos también estuvieron representados. Junto con la Asociación de Albergues Juveniles de Zúrich, construyeron un edificio modelo para esta exposición: una combinación de centro juvenil y albergue. Sin embargo, el edificio fue demolido después de la exposición nacional de octubre.
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la vida de la gente cambió bruscamente. En 1940, casi la mitad de los huéspedes de los albergues juveniles eran militares. Sólo había unos pocos huéspedes extranjeros.
Con el fin de mejorar la ocupación durante los años de guerra, la asociación hizo publicidad a las clases escolares: la calidad del alojamiento había mejorado considerablemente desde los años de fundación, las habitaciones y las salas comunes eran más espaciosas y también adecuadas para grupos más grandes.
De 1947 a 1959: recuperación y profesionalización
Tras el final de la guerra, creció la cooperación internacional con la Federación Internacional de Albergues Juveniles (IYHF). Esta organización paraguas organizó una conferencia de posguerra en Escocia en 1946, en la que Suiza estuvo representada en la junta directiva.
A principios de los años cincuenta, el número de visitantes volvió a aumentar. Volviendo a sus valores fundamentales, los albergues juveniles suizos también pusieron sus albergues a disposición de los refugiados, por ejemplo tras el levantamiento húngaro de 1956.
Ya fuera en coche, ciclomotor o autobús: la forma en que los huéspedes viajaban a los albergues juveniles se convirtió en un punto de discusión y sacudió el espíritu de los albergues juveniles. No fue hasta 1968 cuando se permitió a los viajeros llegar al alojamiento en coche. Esto había estado prohibido hasta entonces.
De 1960 a 1970: un espíritu de optimismo
Crece la fiebre de los viajes internacionales entre los jóvenes. Muchos autoestopistas recorren el mundo con sus mochilas. La creciente politización de los jóvenes no era un problema para los albergues juveniles, pero tenían que hacer justicia al creciente deseo de independencia de sus clientes. Al fin y al cabo, la competencia no dormía: las pensiones y las ofertas de bed & breakfast atraían cada vez más a los jóvenes viajeros.
De 1970 a 1990: los mochileros descubren el mundo
En los años setenta, el turismo mochilero se puso de moda y el número de pernoctaciones aumentó de forma inesperada. Una de las razones fue la introducción del nuevo Interrail Pass. Esta económica opción de transporte hizo muy populares destinos turísticos tan conocidos como Lucerna e Interlaken, especialmente entre los turistas procedentes de Estados Unidos. Al mismo tiempo, se instalaron las primeras habitaciones para fumadores y se levantó la prohibición de consumir alcohol.
A lo largo de la década de 1980, la imagen de los albergues juveniles cambió. Cada vez había menos jóvenes afiliados. Las encuestas mostraron que la estricta separación de sexos y la restrictiva normativa nocturna ya no respondían al espíritu de la época. En consecuencia, el alojamiento se hizo más relajado y lujoso.
De 1990 a 1999: reestructuración y reorganización
Los albergues juveniles también se han visto afectados por los cambios que ha experimentado el turismo en las últimas décadas.
El alojamiento se dividió en categorías como albergues de tránsito, albergues románticos y albergues familiares. Con ello se pretendía aumentar el atractivo de los albergues juveniles. Sin embargo, los precios favorables siempre fueron centrales.
2000 a 2010: reposicionamiento y corrección de imagen de los albergues juveniles suizos
La arquitectura también cambió junto con la diversa gama de ofertas. Los originales alojamientos orientados a la naturaleza y a las masas se convirtieron en casas con habitaciones privadas o salas de seminarios.
Los albergues juveniles también concedieron gran importancia al turismo respetuoso con el clima y los alojamientos revisaron sus conceptos climáticos.
2010 a 2019: Sostenibilidad estratégica
La sostenibilidad ha sido fundamental para los albergues juveniles suizos desde el principio y hay que sensibilizar a los jóvenes sobre el tema. Además del clima, también se hizo hincapié en el acceso sin barreras. Los edificios de alojamiento se adaptaron en consecuencia. La oferta también abarcaba desde habitaciones con varias camas para un presupuesto reducido hasta albergues de bienestar más caros.
De 2020 a hoy: años de pandemia y un nuevo comienzo
La pandemia tuvo consecuencias devastadoras para los albergues juveniles suizos: un déficit histórico y una pérdida total de capital. Sólo las artesanas varadas, los hombres de negocios, los militares o las personas en situaciones vitales especiales se encontraron en los alojamientos.
Sin embargo, a la pandemia siguió un gran suspiro de alivio. En 2023, el turismo suizo disfrutó de un año récord.
Además de los jóvenes, ahora también las familias y las personas mayores se sienten atraídas por el alojamiento en albergues juveniles suizos. “Los huéspedes de los albergues juveniles no buscan paz y tranquilidad, sino vida. La gente viene a nosotros precisamente porque tenemos un programa turbulento y diverso”, dice Janine Bunte, Directora General de los albergues juveniles suizos. Y así, la organización sin ánimo de lucro se adentra en su próximo siglo. Pero el objetivo sigue siendo el mismo: una oferta accesible e interesante.
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