Buenos Aires / Berlín – Mamá, también tiene su fiesta. ¡Y con creces!: “Mamá sale a bailar” se titula una serie de fiestas que permiten a las madres comenzar las noches danzando, y que se volvieron tendencia en más de 100 ciudades de Alemania, Austria y Suiza. El evento surgió en el Estado federado de Renania del Norte-Westfalia; suele terminar hacia las 23 horas. De esta manera, antes de la medianoche las participantes pueden estar descansando en casa y levantarse al día siguiente a cumplir con su programa familiar sin arrastrar el cansancio de la noche anterior, cuentan los organizadores.
“Tiempo libre para mamá”, en lugar de cambiar pañales
“Creo que el horario es inmejorable“, dice Steffi, que está con tres amigas en la fiesta de Núremberg. Esta mujer de 46 años tiene dos hijos y es su segunda vez en “Mamá sale a bailar“. “Esto, para mí, es un tiempo libre como mamá”, concluye. De manera similar lo siente Judith, que tiene dos niños. “Mañana todavía me espera practicar matemáticas e inglés”. Y asegura que le gusta especialmente que no haya hombres en la fiesta. “Puedo dar vueltas como me plazca”, apunta mostrando su abdomen al aire libre.
La idea de “Mamá sale a bailar” se les ocurrió a Anna Schumacher y Andrea Rücker de Wuppertal. Ambas son madres con hijos chiquitos, que cada tanto quieren salir a divertirse, pero las discotecas abrían demasiado tarde. Por eso, las dos amigas se organizaron su propia fiesta en Wuppertal.
Una idea que se convirtió en tendencia
Schumacher, de 28 años, cuenta que jamás pensó que el evento ganaría trascendencia, ni que se fuera a convertir en una serie. Pero el impacto fue tal, que pronto tuvieron que organizar la siguiente fiesta y luego se sumaron más ciudades a través de un sistema de franquicias. Según detalla Schumacher, entretanto “Mamá sale a bailar” ya existe en 110 ciudades en países de habla alemana, organizado por unas 30 mujeres.
Incluso, durante el fin de semana, sucede que mucha gente no quiere esperar hasta la medianoche para ir a la discoteca y seguir bailando hasta entrada la madrugada. Esta tendencia le quedó en claro a muchos clubes nocturnos. “Existen muchas cosas que tienen lugar durante el día”, comenta Lutz Leichsenring de la Clubcomission, la asociación de organizadores de fiestas y actos culturales de Berlín.
“La pandemia de coronavirus intensificó que la gente se acostumbre a otros ritmos de salida”, señala. Por eso, señala, todos los grandes clubes de la capital germana abren durante el día. Además, detalla, existen eventos a los que se puede concurrir con niños y los padres pueden bailar mientras sus hijos están ocupados. El Augustinerkeller en Múnich, por ejemplo, ofrece cuidar a los pequeños los domingos, mientras sus progenitores pueden disfrutar tranquilamente de su visita a la cervecería al aire libre.
Los eventos que empiezan temprano están en alza, confirma Axel Ballreich, director general de la asociación de locales de música Livekomm. “Esto atrae a todas las personas que prefieren estar en la cama a la una o las dos de la mañana”, como por ejemplo las personas mayores.
Contra la discriminación y antiguos modelos sociales
Sin embargo, la iniciativa despierta algunas críticas en Internet. Junto a comentarios entusiastas, aparecen quienes consideran discriminatorio que los hombres estén excluidos. Y otros apuntan al nombre, “Mamá sale a bailar”, porque este encasilla demasiado a las mujeres en su rol materno.
Schumacher cuenta que originalmente la idea era hacer algo por las madres lactantes, porque ellas mismas se encontraban en esa situación en aquel momento, explica. “Nunca tuvo nada que ver con nuestros maridos”, afirman.
Schumacher y Rücker trabajan ambas y comenzaron con la iniciativa mientras sus esposos les cubrían las espaldas. Sin embargo, aclaran que los hombres no están completamente excluidos de “Mamá sale a bailar”. “Pueden venir como acompañantes y si tienen en claro que no es un espacio para flirtear“, afirma Schumacher. Pero no es sorprendente que finalmente estén mayormente ausentes. “Festejamos en un 99 % entre mujeres”, dice Schumacher.
Por Irena Güttel, dpa
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