La argentina Marianne Kramer resultó seleccionada como una de las cuatro finalistas del concurso “Auslandsdeutsche des Jahres 2025/26”, un reconocimiento que distingue a mujeres de origen alemán en el mundo por su labor en la promoción de la cultura germana fuera de Alemania.
La iniciativa, organizada por la Internationale Medienhilfe (IMH) —la red internacional de medios en alemán—, alcanza este año su quinta edición y se consolidó como el certamen más relevante para comunidades germanoparlantes en el exterior.
La votación permanecerá abierta hasta el 31 de octubre de 2025 y está habilitada para participantes de todo el mundo. Para emitir el voto, solo se necesita enviar un correo electrónico con el nombre y país de la candidata elegida a la dirección info@medienhilfe.org. Los resultados se darán a conocer en noviembre.
Marianne Kramer: una vida dedicada a la cultura germana en Argentina
Marianne nació y vive en la ciudad de Buenos Aires. Es hija de padres de origen alemán: su madre es una Donauschwäbin (suaba del Danubio) que emigró desde el Banat, en la actual Rumania, luego de la Segunda Guerra Mundial, y su padre desciende de familias provenientes de Westfalia. En su hogar siempre se habló alemán, idioma que continúa transmitiendo y cultivando activamente.
Formada en marketing, desarrolló desde joven un compromiso constante con las instituciones alemanas de su entorno. Colaboró en actividades culturales y de comunicación con la escuela alemana a la que asistió durante su infancia, el Club Alemán en Buenos Aires, un hogar infantil de tradición alemana, la comunidad católica germanoparlante y el centro de documentación sobre inmigración alemana en Argentina (DIHA).
Su participación no se limitó al plano institucional: fue integrante del grupo de danzas folclóricas “Freundeskreis”, se comprometió con el club de los Donauschwaben en Buenos Aires, actualmente canta en el coro del Club Alemán y forma parte de la organización del Kulturfest, un concurso nacional juvenil que promueve la lengua y la cultura alemana en todo el país.
La fuerza de las comunidades alemanas en el mundo
Además de Marianne Kramer, otras tres candidatas completan la terna finalista:
- Alina (Kirguistán): Descendiente de alemanes deportados de Rusia, Alina vive actualmente en Bishkek. Trabaja en la Asociación de la Minoría Alemana de Kirguistán, apoya a personas mayores, organiza eventos y contribuye a dar visibilidad al idioma y la cultura alemanes. El semanario «Deutsche Allgemeine Zeitung» también contribuye a la creación de redes.
- Natalia (Polonia/Silesia): Periodista, historiadora y abogada de Ratibor. Publica sus investigaciones sobre la historia germano-polaca en medios bilingües. Natalia aboga activamente por el reconocimiento y la visibilidad de la minoría alemana en Polonia, entre otras cosas mediante la recuperación de nombres de lugares y apellidos alemanes.
- Erika (Hungría): Química, abogada y miembro comprometida de la comunidad alemana de Hungría. Dirige varios grupos de danza folclórica, organiza proyectos culturales y representa los intereses de la minoría en el norte de Hungría. Está especialmente comprometida con el papel de la mujer dentro de la comunidad.
Todas ellas reflejan realidades muy distintas, atravesadas por historias de migración, exilio y reconstrucción cultural. El organizador del certamen y presidente de IMH, Björn Akstinat, explicó que el objetivo es “reconocer a las mujeres de las comunidades alemanas del exterior y visibilizar su tarea en la preservación de la cultura, la lengua y los medios en alemán en todo el mundo”.
Según Akstinat, en Alemania aún se conoce poco sobre las contribuciones culturales de las comunidades germanoparlantes fuera del país: “Muchos ciudadanos alemanes no saben nada sobre estas minorías porque en las escuelas y universidades el tema casi no se aborda”. En años anteriores, ganaron representantes de Hungría, Rumania, Namibia y Alsacia.
La comunidad germanoparlante en Argentina: un legado vivo
Se estima que más de dos millones de personas en Argentina tienen algún grado de ascendencia alemana, y la red de escuelas, clubes, instituciones religiosas y asociaciones continúa siendo una de las más activas de América Latina. La candidatura de Marianne Kramer, en ese sentido, simboliza no solo el trabajo individual, sino el compromiso colectivo de una comunidad que mantiene vivas sus raíces sin renunciar a su identidad argentina.
Desde el Club Alemán hasta las escuelas bilingües, pasando por coros, grupos de danza y archivos históricos, el aporte de los germanoparlantes en la vida cultural del país es innegable. Que una mujer argentina represente ese esfuerzo en un certamen internacional, reafirma el valor de lo construido y proyecta su continuidad a las nuevas generaciones.
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