Buenos Aires (AT) – En el contexto actual, Porsche se asocia con rendimiento extremo, con modelos como el 911, 956 y 917 que se convirtieron en leyendas en la ruta y en las pistas. Sin embargo, cuando Ferdinand Porsche fundó la empresa en 1931, su objetivo no era fabricar autos propios, sino aceptar encargos de otras compañías y clientes. Además de diseñar autos de carrera para equipos como Auto Union, Porsche trabajaba en proyectos que iban desde el desarrollo de un vehículo de producción masiva para los alemanes hasta el diseño de automóviles militares para la Alemania nazi.
El debut del primer coche de Porsche en 1948, el Tipo 356 Roadster, permitió a la compañía de Stuttgart producir autos de alto rendimiento bajo su propio nombre, mientras generaba ingresos a través de proyectos de desarrollo para clientes externos. Este enfoque ayudó a Porsche durante momentos financieros difíciles, como la crisis del petróleo de los años 70 y la caída del 72% en ventas entre 1986 y 1993. A lo largo del tiempo, Porsche exploró colaboraciones con fabricantes como Mercedes y Lada, algunas de las cuales llevaron al desarrollo de vehículos muy populares.
Volkswagen Beetle
En 1933, Adolf Hitler, recién nombrado Canciller de Alemania, lanzó un proyecto para construir una extensa red de autopistas conocida como la autobahn. Hitler también propuso un coche que fuera confiable para las autopistas, asequible para el ciudadano promedio y lo suficientemente práctico para una familia de cinco. En 1934, Porsche recibió el encargo de diseñar y construir este “coche del pueblo”, o “Volkswagen” en alemán, basado en un diseño previo de la oficina.
Antes de que la planta de Volkswagen en Wolfsburg pudiera fabricar un solo Beetle, la instalación se convirtió en una planta de municiones durante la guerra y luego fue bombardeada por las fuerzas aliadas. Al final de la Segunda Guerra Mundial, los activos alemanes, incluida Volkswagen, fueron entregados a las potencias aliadas, que inicialmente consideraron al Beetle como un vehículo ruidoso e impráctico para el mercado automotriz.
Sin embargo, tras su importación a Estados Unidos, el Beetle demostró ser un auto bien diseñado, duradero y económico, logrando un gran éxito. Para 1968, el Beetle se convirtió en el coche más vendido del mundo, transformándose de un símbolo del régimen nazi a un emblema de recuperación y paz mundial para Alemania. Aunque no clasificado como Porsche, el Beetle sirvió como base para el primer vehículo de la marca, el 356, precursor del 911.
VAZ-Porsche 2103
La década de 1970 fue complicada para Porsche y para los fabricantes de automóviles alemanes en general debido a la crisis del petróleo de 1973, que afectó negativamente las ventas de autos deportivos europeos. Mientras Porsche buscaba oportunidades de colaboración dentro de Alemania, la marca se volvió más internacional en los años siguientes.
Una de las colaboraciones más inusuales surgió de una reunión en 1975 entre el presidente de Porsche, Ernst Fuhrmann, y el ministro de la industria automotriz soviética, Viktor Polyakov. El acuerdo incluía un pago de unos EUR 833.000 actuales a cambio de trabajar en el Lada 2103, basado en el Fiat 124. Aunque el Lada 2103 tenía éxito en la Unión Soviética, necesitaba modificaciones para el mercado internacional. Porsche rediseñó la suspensión y el interior del 2103, sustituyendo el tablero y el volante por componentes del Porsche 928, y actualizó el diseño exterior.
El proyecto fue un fracaso ya que solo se creó un prototipo del 2103. Sin embargo, Porsche continuó colaborando con Lada en el futuro, contribuyendo al Lada Samara y desarrollando un coche para el rally Dakar.
Mercedes Benz 500E
Porsche es famoso por sus coches de alto rendimiento, pero también enfrenta competencia de fabricantes como Mercedes, Audi y BMW. A finales de la década de 1980, Porsche se encontraba en dificultades financieras y encontró una oportunidad en su rival Mercedes Benz.
Durante los años 1980 y principios de 1990, Mercedes también atravesaba dificultades debido a la creciente competencia en el segmento de lujo. Con la llegada del Lexus LS 400 en 1990, que superó a los coches de lujo existentes, Mercedes decidió desarrollar un nuevo modelo V8. La división de desarrollo estaba ocupada con el Clase S, así que Mercedes subcontrató el proyecto a Porsche.
Porsche tuvo que ajustar el chasis W124 para el motor V8 M119 del 500SL. La solución fue ensanchar los rieles del chasis, lo que presentó problemas en la línea de ensamblaje. Así, Porsche se encargó de las modificaciones y el ensamblaje final en su planta en Zuffenhausen, con los autos viajando entre las plantas durante el proceso de construcción. El resultado fue el 500E, considerado uno de los mejores sedanes de lujo jamás fabricados, y ayudó a Porsche a superar sus problemas financieros.
Audi RS2 Avant
Los modelos RS de Audi representan el más alto nivel de rendimiento de la marca. A lo largo del tiempo, el Audi RS4 y RS7 han competido con BMW y Mercedes, ofreciendo una fuerte competencia en el segmento de alto rendimiento. El primer modelo RS, el RS2, comenzó como una camioneta Audi 80 antes de que Porsche interviniera.
El RS2 se desarrolló en un momento en que Porsche necesitaba ingresos adicionales. Audi buscaba reemplazar el Audi Quattro y competir con el BMW M3. Porsche rediseñó el motor turboalimentado de cinco cilindros del Audi, incrementando su potencia a 311 caballos y 302 libras-pie de torque, y ajustó la suspensión para el RS2. El coche combinó elementos de Audi y Porsche, incluyendo componentes del 911 como frenos, espejos laterales y llantas.
Opel Zafira A
Los proyectos de Porsche con Mercedes y Audi tenían lógica, ya que las divisiones de alto rendimiento se beneficiaron de la experiencia de Porsche. Sin embargo, un giro inesperado ocurrió cuando Opel, conocida por sus autos de producción masiva, se acercó a Porsche para desarrollar una minivan.
En 1994, Opel encargó a Porsche el desarrollo de la Zafira, una minivan compacta que necesitaba destacarse en el mercado familiar en expansión. Aunque el proyecto parecía alejado del enfoque deportivo de Porsche, la ingeniería aplicada mostró que la marca podía adaptar su experiencia a vehículos más convencionales. Porsche trabajó en el diseño del chasis y la suspensión, mejorando la conducción y estabilidad del vehículo.
El resultado fue un éxito comercial. La Zafira fue bien recibida en Europa por su versatilidad y capacidad para albergar hasta siete pasajeros, destacándose en su segmento por su maniobrabilidad, una característica inusual para una minivan.
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