El nombre de Ayrton Senna todavía provoca emoción a más de tres décadas de su irrupción en la Fórmula 1. Su talento, su estilo agresivo y su forma de vivir cada carrera lo convirtieron en una leyenda del automovilismo. Ahora, un capítulo poco conocido de su vida vuelve a la luz: el Mercedes-Benz 190 E 2.3-16 que el piloto brasileño encargó en 1985 saldrá a la venta en una subasta.
Se trata de un automóvil que no solo tiene valor histórico, sino que también refleja una etapa fundamental en la carrera de quien luego sería tricampeón mundial.
Un vínculo que nació en Nürburgring
En mayo de 1984, Mercedes-Benz organizó la inauguración del nuevo circuito de Nürburgring con una competencia singular: la Race of Champions, disputada con autos idénticos, todos Mercedes-Benz 190 E 2.3-16. Veinte pilotos de élite participaron del desafío, incluidos nueve campeones del mundo. Juan Manuel Fangio entregó el trofeo, mientras que Niki Lauda, Alain Prost, Keke Rosberg y Carlos Reutemann formaron parte de la grilla.

Senna apenas llevaba cuatro carreras en la Fórmula 1. Tenía 24 años y era poco conocido fuera del ambiente. Sin embargo, en condiciones de lluvia, mostró un temple sorprendente y superó a rivales experimentados. Clasificó tercero y luego ganó la carrera, dejando atrás a Lauda y Prost. Aquella victoria fue el primer aviso de lo que vendría: un piloto destinado a marcar época.
El auto que utilizó en esa competencia permanece en el Museo Mercedes-Benz de Stuttgart. Pero la experiencia dejó en Senna una marca personal. Quiso uno para sí, no como herramienta de competición, sino como auto de uso diario.
El Mercedes que se volvió parte de su vida
En octubre de 1985, con 25 años, Ayrton Senna encargó un Mercedes-Benz 190 E 2.3-16 en color Smoke Silver Metallic con interior de cuero negro. La marca alemana le concedió un descuento del 25% como reconocimiento a su creciente prestigio. El brasileño retiró el vehículo junto a su amigo y compatriota Maurício Gugelmin, con quien recorrió Europa hasta llegar a Inglaterra.

Durante dos años, el auto fue su medio de transporte en Esher, Surrey. Lo utilizaba en su vida cotidiana mientras disputaba los campeonatos de Fórmula 1 con Lotus. En 1987, al pasar a McLaren y establecerse en Mónaco, lo vendió con apenas 40.000 kilómetros recorridos.
El coche cambió de manos en varias oportunidades. Primero quedó en poder de un allegado al mánager de Senna, Julian Jakobi. Luego, en 1996, fue adquirido por su actual propietario, quien en 2004 lo trasladó a Australia. Allí permaneció hasta hoy, siempre con un mantenimiento cuidadoso.
Una pieza única de colección
El auto conserva su pintura original, la documentación completa a nombre de Ayrton Senna y accesorios de fábrica como el estéreo Becker Mexico, el botiquín sin abrir y un kit de herramientas intacto. El odómetro marca actualmente más de 154.000 millas.

Con los años recibió algunas modificaciones, como la instalación de aire acondicionado, luego inhabilitado para cumplir con normas de importación en Australia. El detalle más llamativo es que Niki Lauda firmó el compartimiento del motor durante el Gran Premio de Australia de 2016, reforzando aún más el valor simbólico del vehículo.
Además, Lewis Hamilton posó junto al Mercedes en una foto que circuló entre coleccionistas, un gesto que vincula a dos eras doradas de la Fórmula 1.
Expectativas de la subasta
La casa RM Sotheby’s será la encargada de subastar esta pieza de historia automovilística. Se espera que alcance entre EUR 260.000 y EUR 295.000, una cifra que podría resultar baja si se considera su procedencia.

En el mercado existen Mercedes-Benz 190 E 2.3-16 bien conservados, pero solo uno estuvo en manos de Ayrton Senna. Ese dato lo convierte en una pieza irrepetible, más allá de su estado mecánico o de su kilometraje.
El modelo 190 E 2.3-16 fue una apuesta de Mercedes-Benz en los años 80 para competir contra las berlinas deportivas de BMW y Audi. Su motor de cuatro cilindros y 185 caballos, junto con un chasis afinado, lo convirtieron en un sedán compacto con espíritu de competición. En total se fabricaron unas 19.500 unidades entre 1984 y 1988, pero ninguna con una historia tan poderosa como la de este ejemplar.
El recuerdo de un corredor único
Ayrton Senna murió en el Gran Premio de Imola de 1994, con apenas 34 años. Desde entonces, cualquier objeto ligado a su vida adquiere un valor especial. En 2019, por ejemplo, un casco que utilizó en 1991 se subastó en París por EUR 162.000. Ese mismo año, un kart que había pertenecido al brasileño alcanzó EUR 100.000 en una venta en Inglaterra.
La inminente subasta de su Mercedes-Benz 190 E 2.3-16 vuelve a despertar la atención de fanáticos y coleccionistas. No se trata solo de un vehículo de lujo. Es el reflejo de un momento clave en la vida de un joven piloto que, con apenas unos años en Europa, ya se perfilaba como una leyenda del automovilismo.



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