Buenos Aires (AT) – Michael Kübler es el único responsable de ensamblar los legendarios motores V12 que AMG fabrica para Pagani, uno de los fabricantes de superdeportivos más exclusivos del mundo. Su trabajo tiene lugar en un espacio único, una especie de “microfábrica” dentro del vasto complejo de AMG en Affalterbach, Alemania. Con apenas unas paredes divisorias, sin puertas y con un espacio menor que el de un gimnasio escolar, este taller personifica el principio que AMG ha hecho famoso: “One Man, One Engine”.
“Cada motor lleva mi sello personal, es una responsabilidad y un honor que no tomo a la ligera”, explica Kübler, quien ha trabajado en este rol durante años. Su compromiso y atención al detalle han hecho de él una figura indispensable tanto para AMG como para Pagani.
En una era de producción masiva y automatización, Kübler destaca por su enfoque artesanal. Mientras que otros motores de AMG, como los V8 y los cuatro cilindros, son ensamblados en líneas de producción que involucran a múltiples técnicos, Kübler opera solo. Recibe el bloque motor desnudo desde Mannheim y lo convierte en una obra maestra en 18 pasos meticulosos, ensamblando entre 700 y 800 piezas.
El proceso, que incluye la instalación de pistones, cigüeñales y válvulas, puede tomar hasta una semana completa para completar un solo motor. “Es más lento, pero asegura que cada componente esté perfectamente ajustado y funcione de manera óptima”, comenta el técnico.
Cuando el motor está listo, pesa alrededor de 300 kilogramos y pasa por rigurosas pruebas en un banco de ensayo para garantizar que pueda entregar los 864 caballos de fuerza que promete. Solo entonces es empaquetado y enviado a la sede de Pagani en San Cesario sul Panaro, Italia.
El último de su clase
El motor V12 que Kübler construye es una pieza especial en el catálogo de AMG. Aunque en el pasado impulsó modelos icónicos como el Mercedes-AMG S 65, hoy su uso está limitado exclusivamente a los vehículos de Pagani, como el Zonda, el Huayra y el más reciente Utopia.
La demanda de estos motores es baja pero exclusiva: Pagani produce un número limitado de vehículos cada año, cada uno con un precio que comienza en los tres millones de euros. Esta exclusividad mantiene a Kübler ocupado, aunque a un ritmo que contrasta con la alta producción en serie de otros motores de AMG.
Una relación cercana con Pagani
Aunque Kübler trabaja en Alemania, su conexión con Italia es constante. “Estoy regularmente en San Cesario sul Panaro para colaborar en el desarrollo de nuevos modelos o variantes”, comenta. Su relación con los clientes de Pagani también es única. Gracias a sus redes sociales, Kübler ha cultivado una relación cercana con los propietarios de estos superdeportivos, quienes valoran la dedicación y el conocimiento que imprime en cada motor.
“Es gratificante saber que mi trabajo contribuye a crear algo tan especial”, dice Kübler, aunque admite que, a pesar de su proximidad a los Pagani, poseer uno sigue siendo un sueño inalcanzable. “Si ganara la lotería, probablemente elegiría un AMG CLK GTR, otro auto legendario con motor V12”.
La importancia del V12 en AMG
La historia de AMG y sus motores está profundamente entrelazada con el V12. Aunque la mayoría de los modelos actuales de AMG funcionan con V8 o motores más pequeños, el V12 sigue siendo un símbolo de excelencia y rendimiento. Este motor no solo ofrece potencia, sino también una experiencia única de conducción que lo hace especialmente codiciado en el segmento de los superdeportivos.
La fabricación del V12 en Affalterbach también es un recordatorio del compromiso de AMG con la calidad y la tradición. “Aquí no solo construimos motores, creamos experiencias”, comenta Niklas Baedke, encargado de la experiencia del cliente en AMG.
Un futuro incierto para los motores a combustión
La transición hacia la electrificación plantea desafíos para los motores a combustión, incluido el V12. En AMG, ya se está trabajando en soluciones eléctricas bajo la plataforma AMG.EA, pero aún no se ha definido cómo se aplicará el principio de “One Man, One Engine” en el contexto de los motores eléctricos.
A pesar de esto, AMG no se apresura a abandonar sus raíces. “Seguiremos fabricando motores a combustión mientras haya demanda de nuestros clientes”, asegura Baedke, lo que sugiere que el V12 seguirá vivo por algunos años más.
Michael Kübler: un hombre imprescindible
La dedicación de Kübler a su trabajo va más allá de lo convencional. Nunca ha tomado un día de enfermedad y organiza sus vacaciones en función de los periodos de inactividad en Pagani. “Entiendo la responsabilidad que tengo; mi trabajo no puede esperar”, afirma con orgullo.
Aunque existe un sustituto entrenado para ocupar su lugar si fuera necesario, Kübler sigue siendo insustituible. Su conocimiento detallado y su pasión por los motores han hecho que este pequeño taller en Affalterbach sea indispensable para mantener la colaboración entre AMG y Pagani.
Horacio Pagani: el visionario detrás de los superdeportivos
Horacio Pagani es un fabricante de automóviles superdeportivos reconocido por su enfoque artístico y técnico en la industria automotriz de lujo. Nacido en Casilda, Argentina, en 1955, Pagani mostró desde temprana edad una pasión por el diseño y la ingeniería. Inspirado por figuras como Leonardo da Vinci, quien combinaba arte y ciencia, desarrolló un enfoque único que posteriormente definiría su carrera.
En los años 80, Pagani emigró a Italia, donde trabajó para Lamborghini, participando en proyectos innovadores como el Countach Evoluzione, el primer automóvil fabricado casi completamente en fibra de carbono. Esta experiencia cimentó su comprensión de materiales avanzados y su compromiso con la perfección.
En 1992, fundó Pagani Automobili en San Cesario sul Panaro, cerca de Módena, el corazón del motor italiano. Su primer modelo, el Zonda, debutó en 1999 y redefinió el segmento de los superdeportivos con un diseño radical, un rendimiento incomparable y una obsesiva atención al detalle. Desde entonces, Pagani ha lanzado modelos emblemáticos como el Huayra y el Utopia, cada uno con producciones limitadas que realzan su exclusividad.
Lo que distingue a Pagani es su filosofía centrada en la fusión entre arte y tecnología. Cada vehículo es una obra de arte en movimiento, fabricado casi completamente a mano, con materiales como fibra de carbono y titanio. Además, los motores V12 que impulsan estos autos, fabricados exclusivamente por AMG, son el corazón de su rendimiento extraordinario.
Con precios que comienzan en los EUR 3 millones (US$ 3,16 millones), los Pagani son accesibles solo para unos pocos privilegiados. Sin embargo, su impacto trasciende lo económico, estableciendo nuevos estándares de innovación, diseño y rendimiento en la industria automotriz.
Actualmente, Horacio Pagani sigue siendo una figura emblemática, demostrando que la pasión, combinada con la excelencia técnica, puede crear automóviles que no solo impresionan en la pista, sino que también inspiran como obras de arte únicas.
Más que un motor, una obra de arte
El trabajo de Michael Kübler y su dedicación al motor V12 no solo representan la excelencia técnica, sino también la pasión y el compromiso que definen a AMG. En un mundo donde la producción en masa es la norma, su enfoque artesanal destaca como un recordatorio del valor de la individualidad y la atención al detalle.
Este pequeño taller, la “fábrica de motores más pequeña del mundo”, no es solo un lugar de trabajo, sino un espacio donde se crea algo verdaderamente especial. Los motores que salen de aquí no son meras máquinas; son el corazón de algunos de los autos más deseados y exclusivos del mundo. Y eso es algo que solo alguien como Michael Kübler podría lograr.
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