Después de nueve años sin estrenar un largometraje, la directora de cine suizo-argentina Milagros Mumenthaler regresó al circuito internacional con The Currents, una película que nació de un viaje personal y terminó convertida en un retrato complejo sobre impulsos, miedos y pertenencias. Su historia artística siempre estuvo atravesada por el cruce entre Suiza y Argentina, dos territorios que la formaron pero que nunca sintió como propios del todo.
La nueva obra retoma ese desarraigo desde otra perspectiva y llega a los festivales europeos en un momento crítico para el cine argentino. El film aparece como un trabajo íntimo, silencioso y desafiante, fiel a la marca de su autora.
Una directora entre dos países
Para Mumenthaler, el vínculo con Suiza comenzó en su infancia. Nació en Córdoba en 1977 y, a los pocos meses, sus padres huyeron de la dictadura militar. Eligieron Suiza por una conexión familiar que venía del siglo XIX. El bisabuelo de la directora emigró desde el cantón de Berna a la Argentina en busca de oportunidades. Ese cruce entre ambos países quedó instalado en la memoria familiar y se convirtió en un ida y vuelta emocional.
La familia permaneció en Suiza incluso después del final de la dictadura argentina. Allí crecieron sus hermanos y se instaló un hogar donde el español convivía con el francés y donde Argentina se convertía en un territorio idealizado, presente en las vacaciones, las historias de los abuelos y los recuerdos que se guardaban en cajas infantiles. A los 17 años, sin conflictos graves pero con el deseo de definir su propio camino, Mumenthaler decidió regresar sola a Buenos Aires. Ese regreso marcó una identidad en tensión: nunca del todo argentina, nunca del todo suiza.

Su relación con el cine empezó en Suiza. A los 16 años trabajó como voluntaria en el festival que hoy se llama Geneva International Film Festival. Allí descubrió un mundo al que regresaría años más tarde, convertida ya en directora. En 2011 ganó el Pardo de Oro en Locarno con Abrir puertas y ventanas. Ese premio la ubicó como una revelación del cine argentino y europeo, pero también reforzó su condición de artista entre fronteras.
En su obra, el tema de la ausencia aparece como un eje constante. Mumenthaler lo vincula a la memoria argentina y al impacto de la dictadura, aunque reconoce que su familia no discutía abiertamente ese pasado. La idea de un lago, inspirada en el libro de Guadalupe Gaona, profundizó ese universo. La película narra la historia de Inés, una joven marcada por la desaparición de su padre en 1977. El film combinó poesía, fotografía y una mirada íntima sobre la búsqueda de verdad en un país atravesado por la memoria.

Mumenthaler trabaja con un nivel alto de exigencia. Ensaya durante meses con los actores, cuida cada encuadre y evita comenzar un rodaje sin preparación. Se exige más a sí misma que a los demás, según quienes trabajaron con ella. Ese rigor aparece en todos sus proyectos, incluso cuando debe enfrentarse al ritmo caótico de un rodaje independiente.
El origen de The Currents
El nuevo filme surgió de forma inesperada. En 2016, Mumenthaler volvió a Locarno con La idea de un lago. De regreso, hizo una escala en Ginebra y comenzó a hablar con amigos sobre una imagen que la perseguía hacía tiempo: una mujer que, sin aviso, se impulsa desde un puente y cae al agua. No se trataba de un acto suicida, sino de una mezcla entre impulso y desconexión. Un momento extraño, extremo, imposible de explicar con lógica.
Esa imagen se convirtió en el corazón de The Currents. La historia sigue a Lina, una diseñadora argentina interpretada por Isabel Aimé González-Sola, que viaja a Suiza para recibir un premio. En los primeros minutos, tira el galardón a un tacho de basura. Luego camina hasta un puente sobre el Ródano, se trepa a la baranda y cae al agua. Todo en un solo plano, sin cortes ni trucos.

La creación del film fue lenta. Mumenthaler escribe y reescribe durante años. El proceso de financiación resulta complejo. Las presiones de producción la incomodan. Admite que el rodaje suele ser una experiencia difícil. Aun así, sigue adelante porque su vínculo con el cine nace de la literatura.
“Es el acto de leer lo que me inspira”, le dice la realizadora a Swissinfo. Autoras como Virginia Woolf, Joyce Carol Oates, Natalia Ginzburg, Samanta Schweblin o María Negroni influencian su búsqueda estética. La estructura de The Currents dialoga con esa literatura: una protagonista de clase alta, una crisis interior, un título que sugiere fuerzas invisibles bajo la superficie.
Un estreno que coincide con un país en tensión
The Currents tendrá su estreno suizo en el festival de Ginebra. Luego viajará a Argentina para presentarse en Fuera de Campo, un evento autogestionado por directores y técnicos que surgió como respuesta a la reestructuración del histórico Festival de Mar del Plata. Para la directora, participar de ese espacio es un acto de resistencia.
En paralelo, su relación con Suiza continúa siendo ambigua. Allí viven su padre y sus hermanos. Allí recibió premios. Allí encontraron refugio sus padres durante los años más oscuros de Argentina. Pero su vida está en Buenos Aires. Su hijo la ancla al país. La doble nacionalidad no la define. La historia sí.
The Currents confirma ese camino. Una película que nació de un impulso, se construyó con paciencia y se estrena en un momento en el que su país de origen enfrenta una crisis profunda.



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