Buenos Aires (AT) – Mientras Estados Unidos y China avanzan con modelos predictivos, Europa exige que los vehículos autónomos cumplan estándares estrictos de seguridad, transparencia y responsabilidad legal. En ese contexto, la empresa alemana MOTOR Ai propone una mirada diferente. Su sistema de conducción autónoma de nivel 4, basado en neurociencia, ya cumple con normativas europeas e internacionales, y comenzará a circular este año en algunas zonas de Alemania.
La compañía, fundada en 2017 en Berlín, acaba de cerrar una ronda de financiación inicial por EUR 20 millones. La operación fue liderada por los fondos Segenia Capital y eCAPITAL, con participación de varios inversores privados alemanes. El objetivo es finalizar los pasos necesarios para obtener la aprobación de tipo (type approval) y avanzar en el despliegue comercial.
El sistema de MOTOR Ai no sólo conduce el vehículo, sino que también explica sus decisiones. A diferencia de los modelos de caja negra, como los desarrollados por gigantes tecnológicos de Estados Unidos, esta arquitectura cognitiva se basa en inferencia activa. Ese modelo, tomado de la neurociencia, permite que el software tome decisiones estructuradas y comprensibles. El resultado es un comportamiento más predecible y verificable, tanto para autoridades como para usuarios.
Tecnología hecha en Alemania, validada por Europa

El sistema de MOTOR Ai cumple con múltiples regulaciones de alto nivel. Entre ellas:
- Reglamento UNECE sobre vehículos automatizados
- ISO 26262, nivel ASIL-D, el estándar más exigente de seguridad funcional
- Reglamento (UE) 2022/1426 sobre requisitos de seguridad para sistemas automatizados
- Ordenanza alemana AFGBV, que regula el funcionamiento de vehículos autónomos
- Regulación general de protección de datos (GDPR)
- Ley de Inteligencia Artificial de la UE (AI Act)
- Ley de Ciberresiliencia, aún en desarrollo
La hoja de ruta incluye la obtención de la aprobación formal de tipo en 2026. Antes de eso, los vehículos con tecnología MOTOR Ai circularán en distritos alemanes bajo supervisión de conductores de seguridad. Esta fase de pruebas en entorno real forma parte del proceso legal de despliegue. Durante los trayectos, se recopilarán datos de funcionamiento y cumplimiento, con vistas a demostrar el rendimiento del sistema ante las autoridades certificadoras.
Roy Uhlmann, cofundador y CEO de MOTOR Ai, señaló que el foco está en “la trazabilidad de cada decisión tomada por el vehículo, como exigen las normas europeas”. Agregó que esto los distingue “claramente de los proveedores estadounidenses”.
Un servicio de autonomía pensado como infraestructura
Desde sus oficinas en Berlín, MOTOR Ai diseñó internamente toda su arquitectura tecnológica. Esto incluye software de percepción, planificación, toma de decisiones, control y supervisión remota. La integración completa permite reducir dependencias externas y facilitar las certificaciones.
Lucas Merle, de eCAPITAL, destacó que este desarrollo nacional refuerza la capacidad de Europa de sostener tecnología crítica sin depender de actores extranjeros. Por su parte, Michael Janßen, de Segenia Capital, subrayó que “la confianza y el cumplimiento normativo no son negociables en entornos como el europeo”.

La visión de MOTOR Ai apunta a ofrecer la autonomía como un servicio confiable. Más allá del vehículo individual, su tecnología busca convertirse en una base estructural para el transporte automatizado en ciudades, zonas rurales y redes logísticas. Uhlmann remarcó que “el futuro de la autonomía en Europa no debe ser un misterio, sino un sistema transparente, auditable y diseñado para ganarse la confianza del público”.



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