El Oktoberfest comenzó en 1810 como una celebración del matrimonio del príncipe heredero Luis de Baviera y la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. Lo que fue un festejo local, con carreras de caballos y cerveza bávara, terminó convirtiéndose en un evento global que reúne cada año a entre seis y siete millones de visitantes.
En esta edición, que se extenderá del 20 de septiembre al 5 de octubre de 2025, la ciudad de Múnich volverá a recibir a turistas de todo el mundo. El epicentro, como siempre, será la Theresienwiese, un predio de 42 hectáreas donde se instalan las carpas de las principales cervecerías bávaras y más de 240 atracciones, entre juegos, puestos gastronómicos y espectáculos.

El ritual del “O’zapft is”
El inicio oficial de la fiesta está marcado por el tradicional “O’zapft is” (“ya está tirada”), pronunciado por el alcalde de Múnich al destapar el primer barril de cerveza en la carpa Schottenhamel. Se espera que Dieter Reiter (SPD), jefe comunal, logre abrirlo con los habituales dos golpes de maza. A partir de ese momento, la cerveza fluye sin interrupciones durante más de dos semanas.

¿Cuánta cerveza se bebe?
El dato que siempre acapara la atención es el del consumo de cerveza. Aunque todavía no hay cifras oficiales para 2025, la experiencia de años anteriores marca una pauta clara: entre seis y siete millones de litros se consumen durante el Oktoberfest, lo que equivale a casi un litro por cada habitante de Austria.
En 2023, por ejemplo, se registraron 7,4 millones de litros servidos en las jarras de un litro conocidas como Maß. El promedio de consumo individual ronda los 1,1 litros diarios por visitante, aunque claro está, algunos se limitan a un par de cervezas mientras que otros se entregan al espíritu festivo bávaro sin reservas.

Precios y polémica
El costo de la cerveza es un tema recurrente en la discusión pública de Baviera. Este año, el precio de un litro oscilará entre EUR 14,50 (US$ 17) y EUR 15,80 (US$ 18,55), con un aumento promedio del 3,5 % respecto de 2024. La cifra no pasa inadvertida: los medios locales publican cada mayo los valores oficiales, lo que genera debates entre vecinos, políticos y visitantes.
A ese monto hay que sumar la propina, que suele ser de entre uno y dos euros por Maß. En total, beber varias rondas puede transformarse en un gasto considerable para los turistas, aunque pocos se privan de la experiencia. Según explicó Peter Inselkammer, portavoz de los dueños de las carpas, “la calidad del producto y el ambiente justifican el precio, porque la cerveza del Oktoberfest es única”.
Más allá de la cerveza
El Oktoberfest no es solo un festival cervecero. Cada año, se consumen medio millón de pollos asados, miles de salchichas, bretzels y platos tradicionales bávaros. Además, el desfile de trajes típicos, los conciertos al aire libre y las atracciones de feria complementan la propuesta.
La edición 2025 contará con 40 carpas y más de 120.000 asientos, aunque conseguir lugar puede ser difícil, especialmente los fines de semana. Por eso, los organizadores recomiendan hacer reservas anticipadas a través del portal oficial oktoberfest-booking.com.

Seguridad y logística
La magnitud del evento obliga a un operativo de seguridad especial. Solo se permite el ingreso de bolsos pequeños (máximo tres litros de capacidad) y está prohibido llevar vidrio o armas blancas. Las fuerzas policiales y de seguridad privada realizan controles en todos los accesos.
El transporte público es el medio más recomendado para llegar a la Theresienwiese, con estaciones de U-Bahn y S-Bahn a pocos metros de las entradas principales. En días de máxima afluencia, como los sábados, las autoridades sugieren acudir temprano para evitar aglomeraciones.

Impacto cultural y económico
El Oktoberfest genera un impacto económico superior a los EUR 1.200 millones (US$ 1.410 millones) para la ciudad de Múnich, según cifras del Ayuntamiento. Hoteles, restaurantes y comercios locales se benefician de la llegada de millones de turistas.
Pero más allá del dinero, el evento funciona como un símbolo cultural de Baviera. El uso del dirndl y el lederhosen, la música tradicional y la hospitalidad bávara son parte de la experiencia que convierte a esta fiesta en un atractivo global. “El Oktoberfest es nuestra tarjeta de presentación al mundo”, resumió en 2024 Clemens Baumgärtner, director de la feria.

Oktoberfest en la Argentina
El espíritu bávaro también tiene eco en la Argentina. La localidad de Villa General Belgrano, en Córdoba, organiza cada octubre su propia fiesta de la cerveza, inspirada en la tradición de Múnich. Aunque en menor escala, recibe a miles de visitantes y se convirtió en uno de los eventos más importantes del calendario turístico cordobés.
Para la comunidad germano parlante de la Argentina, el Oktoberfest representa un puente cultural con sus raíces, un espacio donde la cerveza, la música y la comida típica se convierten en vehículos de identidad y memoria colectiva.




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