Heidi Klum organizó en el Hofbräuhaus de Múnich el primer “HeidiFest”, un evento que funcionó como antesala del Oktoberfest. La celebración fue transmitida en vivo por el canal ProSieben y presentada como una gran “Pre-Wiesn-Party”.
El encuentro, realizado El 18 de septiembre, combinó estética bávara con una programación televisiva de estilo retro. Según la cadena, unas 700 personas participaron de la velada, entre ellas familiares de la modelo, figuras del espectáculo alemán y varios invitados internacionales.

Familia y amigos en primer plano
Klum, de 52 años, asistió acompañada de sus cuatro hijos —Leni, Henry, Johan y Lou—, su esposo Tom Kaulitz, su cuñado Bill y su madre Erna. “Quería mostrarles a mis amigos de Estados Unidos cómo se festeja en Alemania”, explicó la modelo.

La velada incluyó trajes típicos, cerveza servida en jarras de un litro y decoraciones tradicionales. En las imágenes difundidas, Klum y sus invitados se mostraron vestidos con dirndl, lederhosen y disfraces extravagantes, al mejor estilo de las fiestas de Halloween que la modelo organiza en Nueva York.
Una lista de artistas variada
La grilla musical combinó nombres históricos con figuras del pop noventero. Marianne y Michael abrieron la noche con “In München steht ein Hofbräuhaus”. Luego aparecieron Lou Bega, Haddaway, Kristina Bach y Jürgen Drews, quien salió de su retiro para interpretar “Ein Bett im Kornfeld” junto a la anfitriona en un decorado que simulaba un lecho de paja.
También participaron Roberto Blanco, los Wildecker Herzbuben, Ross Antony, Michelle, Thomas Anders, Howard Carpendale, la Münchener Freiheit y la banda Weather Girls con su clásico “It’s Raining Men”. Klum se animó incluso a cantar “Ti amo” para su marido, con quien bailó en medio del salón.
La selección musical se alejó del repertorio habitual de los carpas de la Wiesn, lo que llevó a los hermanos Kaulitz a definir la velada como una “güila” lista de invitados y artistas.
Un show pensado para televisión
Más que una fiesta privada, el “HeidiFest” fue planteado como un espectáculo televisivo. ProSieben lo emitió en vivo durante dos horas y la plataforma Joyn lo transmitió en simultáneo. La cobertura incluyó alfombra roja, entrevistas breves y abundantes planos del público celebrando con jarras en alto.

El formato recordó a las viejas “chart shows” de la televisión alemana, con bloques musicales encadenados, playback en varios casos y pocas intervenciones más allá de los saludos de la anfitriona.
Un anticipo con polémica
Dos días antes del evento, Klum ya había sorprendido con una aparición improvisada en la Abendschau de la televisión bávara. El conductor Roman Roell se mostró desconcertado cuando la modelo ingresó al estudio en plena emisión. La irrupción fue interpretada como parte de la estrategia publicitaria para asegurar repercusión.

En la previa del Oktoberfest, la propuesta de Klum abrió debate en la prensa local. Algunos medios destacaron el despliegue escénico y la capacidad de convocatoria, mientras otros cuestionaron el concepto de transformar una fiesta tradicional en un programa de entretenimiento.
Heidifest y el peso de la tradición
El Hofbräuhaus, fundado en 1589, es uno de los espacios más emblemáticos de la cultura cervecera bávara. Su utilización como escenario de un show televisado despertó reacciones encontradas entre quienes lo consideran patrimonio cultural y quienes lo ven como un lugar flexible, abierto a nuevas formas de espectáculo.
Más allá de las opiniones, el “HeidiFest” confirmó la capacidad de Klum para generar impacto mediático. A su modo, instaló una antesala alternativa al Oktoberfest y mostró cómo las tradiciones pueden convertirse en parte de un espectáculo global.




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