Buenos Aires (AT) – Polonia implementó controles fronterizos temporales en sus límites con Alemania y Lituania. La medida comenzó a regir este domingo y seguirá vigente, al menos, hasta el 5 de agosto. Según el gobierno polaco, busca frenar el paso de migrantes irregulares, en su mayoría provenientes de Medio Oriente, que ingresan desde Bielorrusia a través de los países bálticos y continúan su camino hacia Alemania por territorio polaco.
La decisión implica una excepción dentro del espacio Schengen, que permite la libre circulación de personas entre los países miembros sin necesidad de controles migratorios. Sin embargo, los estados pueden restablecer controles de manera temporal si consideran que existe una amenaza a la seguridad interna.
El Ministerio del Interior polaco informó que se instalaron 52 puntos de control en la frontera con Alemania y 13 en la frontera con Lituania. Las inspecciones consisten, en su mayoría, en controles aleatorios sobre vehículos, en especial aquellos que transportan a varios pasajeros. En los accesos fronterizos, personal de la guardia fronteriza y de la policía militar verifica documentos de identidad y residencia.

El gobierno sostiene que Alemania se niega a recibir migrantes que pretenden solicitar asilo en su territorio y que, en cambio, los devuelve a Polonia. “El lado alemán está rechazando autorizar el ingreso de migrantes que quieren solicitar asilo o algún otro tipo de protección”, declaró el primer ministro Donald Tusk el martes pasado.
Choque político con Berlín y tensión interna
Las acusaciones lanzadas por Varsovia se suman a un clima tenso con Alemania y también dentro de la política local. El nuevo presidente, Karol Nawrocki, asumió hace un mes tras vencer con una campaña centrada en el eslogan “Polonia primero, los polacos primero”. Aunque Nawrocki pertenece al ala nacionalista, el gobierno encabezado por Donald Tusk —de perfil más europeísta— endureció su postura migratoria para contrarrestar a sus opositores.
Tomasz Siemoniak, ministro del Interior, fue uno de los funcionarios que justificó la reintroducción de controles. Aseguró que la medida busca combatir la migración ilegal sin afectar a ciudadanos polacos ni europeos. “Los controles no generarán inconvenientes para quienes cruzan con documentación válida”, sostuvo.
Horas después del anuncio, la guardia fronteriza detuvo a un ciudadano estonio acusado de trasladar a cuatro migrantes irregulares provenientes de Afganistán. Siemoniak presentó ese caso como ejemplo de que las inspecciones “son necesarias”.

En paralelo, también se intensificaron los controles en la frontera con Lituania. El objetivo es frenar los ingresos desde Bielorrusia, país al que Varsovia acusa de facilitar el paso de migrantes hacia la Unión Europea como una forma de presión política. Desde mediados de 2021, miles de personas cruzaron desde territorio bielorruso hacia Polonia, Lituania y Letonia.
Según datos oficiales, en lo que va del año, más de 8.000 personas atravesaron las fronteras orientales de la UE desde Bielorrusia. La mayoría proviene de Siria, Afganistán, Irak y Yemen. Muchas de ellas buscan llegar a Alemania, país que sigue siendo uno de los principales destinos de solicitantes de asilo en Europa.
Presión de la ultraderecha y rechazo a patrullas conjuntas
En Alemania, el gobierno federal restableció controles temporales con Polonia en noviembre de 2023. La medida respondió a una presión creciente de sectores de ultraderecha que acusaban a Berlín de permitir un flujo excesivo de migrantes desde el este europeo. Grupos políticos nacionalistas criticaron al Ejecutivo de Tusk por no frenar los traslados hacia territorio alemán. Incluso, en junio, militantes de extrema derecha organizaron “patrullas ciudadanas” en varios puntos fronterizos, lo que fue considerado ilegal por las autoridades alemanas.

El Ministerio del Interior de Alemania propuso implementar patrullas conjuntas con la policía polaca para mejorar la coordinación. Sin embargo, el gobierno de Varsovia rechazó esa opción. Hasta el momento, ambas partes mantienen posturas firmes y sin avances en una solución conjunta.
La migración irregular sigue siendo un tema central en la agenda europea. En 2024, más de 380.000 personas cruzaron las fronteras exteriores de la Unión Europea sin autorización, según la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). El número marcó el valor más alto desde 2016.
Frente a este escenario, varios países miembros adoptaron controles temporales en sus fronteras internas del espacio Schengen. Austria, por ejemplo, mantiene controles con Eslovaquia y República Checa. Italia también reforzó su frontera norte, en especial con Eslovenia.



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