Buenos Aires (AT) – Rogelio Frigerio lleva la política en la sangre; nieto de quien fuera uno de los pilares del gobierno de Arturo Frondizi, fue viceministro de Economía y Ministro del Interior y Obras Públicas, en el gobierno de Mauricio Macri. Hoy, es el gobernador de Entre Ríos y vive en primera persona el desafío de gestionar un Estado quebrado en el marco del reordenamiento que se autoimpuso la Argentina.
Con motivo del aniversario por sus 135 años, Argentinisches Tageblatt conversó con el político que dirige la provincia argentina, que con 23 colonias de habla alemana registradas es una de las regiones del país que mayor inmigración de Alemania, Austria y Suiza concentra.
Frigerio, cuya propia madre es de ascendencia alemana (Familia Adam), acaba de regresar de una viaje por Alemania donde -invitado por la Konrad Adenauer Stiftung – buscó reposicionar a su provincia en el radar de los inversores internacionales. En esta entrevista exclusiva, Frigerio cuenta cómo le explicó a sus interlocutores el momento que atraviesa el país, cuáles fueron los principales incógnitas que le plantearon y qué espera para los próximos meses de parte del gobierno de Javier Milei.
Argentinisches Tageblatt: Estuvo en Alemania reunido con políticos, empresarios, periodistas y analistas. ¿Qué conclusiones le dejó el viaje?
Rogelio Frigerio: La idea del viaje, que organizó la Fundación Konrad Adenauer, era recorrer círculos de influencia de Alemania. Uno de los propósitos era conocer y entender más del sistema institucional federal de Gobierno. En ese sentido, el viaje me sirvió mucho para tener un panorama de dónde están nuestras debilidades frente a un sistema que evidentemente hace funcionar al federalismo mucho mejor. Eso, en este momento para la Argentina es muy importante porque se están dando cambios fuertes sin estar acompañados por reformas institucionales. Por ejemplo, el recorte de todas las transferencias del Gobierno a todas las provincias sin acompañar, en paralelo, el financiamiento de esas responsabilidades y el esquema de esas responsabilidades, entre los distintos niveles de gobierno. En ese sentido realmente tuvimos reuniones muy buenas.
¿Del otro lado, cuál fue la pregunta que más sonaba, que más te hacían?
Más allá de lo institucional que mencioné, claramente el tema que más interés generaba era el nuevo gobierno. Hay mucha expectativa con el gobierno de Milei en Alemania. La verdad que sorprendente.
¿Por qué es sorprendente?
Bueno, porque somos un país que hasta ahora no estábamos en el radar de los países más desarrollados. Nos sorprendió a todos que nos presten tanta atención. Por otro lado, es auspicioso volver a tener esa posibilidad: de poder llamar la atención en el mundo desarrollado y en las democracias occidentales. Es una buena señal para la Argentina. Ese interés se mezclaba también con dudas respecto a la sostenibilidad política y económica de lo que se está haciendo en la Argentina.
¿Cómo le acerca el gobernador de una de las provincias más antiguas del país esta situación a un alemán que vive en Berlín, en Düsseldorf, en Munich, o Colonia? Cómo se explican los desafíos a los que el país hoy se enfrenta?
Primero, siendo claro en algo que es para nosotros muy evidente y es que esto, lo que vivimos hoy no se hizo nunca antes. Y que todo lo que se hizo antes, fracasó. Creo que eso merece, un crédito a un gobierno que recién arranca. Independientemente, de que lo digo desde un rol que está sufriendo las consecuencias de esto.
¿Cómo se dimensiona entonces el desafío?
Por ejemplo, como gobernador tengo un tercio menos de recursos que lo que tenía la provincia el año pasado. Al mismo tiempo, tenemos claramente más responsabilidades. Eso se sufre. Por otro lado, al haber sido viceministro de Economía y ministro del Interior y Obras Públicas de dos gobiernos anteriores también me cuesta no ser humilde a la hora de analizar las políticas y sus consecuencias. Porque es cierto que todos los que hemos tenidos responsabilidades de alguna manera en los últimos 40 años, no hemos hecho las cosas bien. Si no la Argentina sería hoy, otra cosa. Por eso, creo que hay que darle crédito al actual gobierno y apoyarlo, como lo estamos haciendo.
Eso contradice las luchas que se dieron justamente desde el entorno de los gobernadores en torno a los distintos proyectos de Ley, por ejemplo, la primera Ley de Bases?
No, en absoluto. Esto no es contradictorio por pelear por los recursos que considero que por la Constitución y las leyes en general nos corresponden. Cada uno tiene que hacer su tarea: este gobierno -como lo dije también- necesita de otras fuerzas políticas porque es un gobierno débil, el más débil de la democracia sin dudas. Incluso, más que el de Mauricio Macri, que era hasta ahora el más débil. Este gobierno necesita entonces del apoyo de fuerzas políticas que al menos coincidan en el norte al cual el presidente pretende llevar el país.
¿Cuánto interés pudieron despertar en Alemania para que Entre Rïos pueda atraer inversión?
Hubo tres ejes claramente distinguibles. Por supuesto siempre supeditados a la sustentabilidad de la reforma macroeconómica y el libre acceso al crédito pero nuestro objetivos es justamente prepararnos para el momento cuando eso suceda. Con Entre Ríos, queremos estar primeros en la fila. Eso hay que hacerlo aún en un entorno de tanta incertidumbre como esta. La provincia de Entre Ríos ha perdido vínculos internacionales. Y eso que es una provincia que fue hace siglo y medio, la capital de la Argentina; que le dio a la Argentina su primer presidente constitucional, que fue Urquiza; pero que terminó en los últimos años alejada del mundo y sin gravitación nacional y mucho menos internacional. Recomponer eso es nuestro objetivo, aún en un momento, en el cual es difícil concretar la expansión de los vínculos comerciales o inversiones puntuales. Son incursiones que hay que hacer a la hora de que esto arranque. Todos están, al fin y al cabo, esperando para ver si esta política de Milei puede tener éxito, pero más que nada ser sostenible en el tiempo.
¿Cuáles fueron los principales sectores entonces, esos tres ejes que más interés de Entre Ríos despertaron en Alemania?
Evidentemente, alimentos. Entre Ríos es una provincia que tiene mucha capacidad para transformar proteínas vegetales en animales. Es la provincia argentina que tiene más competitividad en ese aspecto pero también madera, cítricos, arroz, cereales y oleaginosas. Además, la provincia tiene una industria del conocimiento que está emergiendo y tiene mucha necesidad de inversión.
Ley de Bases, hace poco comentaba que esta nueva versión tiene buenas chances de convertirse en ley. ¿Qué es lo que funciona mejor ahora y dónde aún están los principales desafíos que tendrá cuando llegue la votación al recinto?
En primer instancia, es una ley reformulada que va mucho más al grano, respecto de los temas que se pretenden reformular desde el gobierno. Incluso, podemos llegar a tener una reforma laboral, que estaba planteada en el mega DNU, que la Justicia obstruyó y que podría ahora tener chances en transformarse en ley con la esta nueva Ley Bases y también en el ámbito fiscal. Creo que el Gobierno aprendió en estos cuatro meses de errores cometidos en cuanto a la gestión parlamentaria de los proyectos. Esa combinación de cosas: por un lado, una ley más acotada, más consensuada y un gobierno que tiene más conocimiento de cómo lidiar con las negociaciones parlamentarias a mí me hacen ver que estamos muy cerca poder darle al presidente estas herramientas que viene pidiendo.
Los interlocutores en Alemania le preguntaron, en qué deberán enfocar después de la Ley de Bases. ¿Qué les respondió?
Me parece que la Ley Bases, el paquete fiscal e incluso la posible reforma en las normas laborales lo que va a dar es una señal de apoyo político a un gobierno que surgió con una gran debilidad parlamentaria y territorial. Eso sería una gran espaldarazo a la gestión del gobierno. Pero solo no alcanza. Porque, en definitiva, lo que va a importar al final del día es que este gobierno tenga éxito y esperemos que estas herramientas lo ayuden en la lucha contra la inflación y en lograr que la economía encuentre un piso en la caída del nivel de actividad. Cuanto esto ocurra, la economía se estabilice y volvamos a crecer por más lentamente que sea, me parece que eso junto con las reformas va a poder, generar la confianza que hoy no tenemos para que vuelvan el crédito y las inversiones.
Usted está hoy gestionando con un tercio menos de los recursos que tenía la provincia hace un año. ¿Qué señales les dan desde el Gobierno para indicar que, una vez pasada la Ley de Bases y firmado el Pacto de Mayo, se podrá volver a reconsiderar todo el paquete de financiación federal?
Primero, quiero aclarar que el apoyo que estamos mostrando muchos gobernadores a la sanción de estas leyes y de los instrumentos que necesita el gobierno nacional son por convicción. No hay una negociación paralela. Es decir, yo lo apoyo porque creo que es una buena ley para la Argentina. En paralelos, si estamos planteando nuestros reclamos que tienen que ver con cuestiones que no hacen a partidas discrecionales que el gobierno nacional ha anulado sino que por Ley deberíamos tener a la provincia.
Deme un ejemplo.
Por ejemplo, la provincia de Entre Ríos no transfirió su caja de jubilaciones a la nación. Sin embargo, aporta al sistema nacional pero no recibe un peso, generando un acreencia con el gobiernos nacional de mucho tiempo que el gobiernos nacional va a tener que pagar. Las obras publicas nacionales que están a medio hacer, generan incluso riesgos; sobre todo en las obras viales. Eso el gobiernos va a tener que atender eso en algún momento. Eso más allá de las transferencias discrecionales.
¿Cómo dimensiona el desafío que representa el momento actual para el gobernador de una provincia argentina, con unos 2 millones de habitantes?
Es correcto que la situación actual es desafiante; incluso diría que más desafiante que la del 2001, desde el punto de vista macroeconómico y social. Pero eso no altera el potencial enorme que tiene hoy la Argentina y una provincia como Entre Ríos sobre todo. El potencial está. La competitividad de muchas industrias o sectores económicos sigue vigente a pesar de las malas políticas o de las mala dirección. Lo que hace falta es encontrar un marco macroeconómico distinto, estabilidad en las reglas de juego, normas legales, por ejemplo en los contratos de trabajo. Yo creo que eso va a hacer que nuestro potencial se despierte, a pesar de estar en una situación muy difícil y vivir con una gran austeridad. Y eso, no está mal, porque el Estado tiene que vivir con la misma austeridad que vive la gran mayoría de los argentinos.
El Gobierno aprendió de sus errores. ¿Qué le falta aprender de acá a fin de año?
El Gobierno, cuando tenga los instrumentos legales que viene pidiendo, se va a tener que enfrentar con la necesidad de gestionar y resolver problemas concretos. Y eso también va a tener que demostrar en los próximos meses. Ese me parece que es un gran desafío.
¿Cuándo se postuló para la elección: se imaginaba un escenario así?
No. Para nada porque combina por un lado una situación macroeconómica y social probablemente más difícil desde la recuperación de la democracia. Por el otro, en la provincia, con una herencia muy dura, sin ahorro, sin dinero y con deuda. La combinación del contexto más la herencia, la verdad que no me la esperaba.
¿Cómo se gestiona sin plata?
Empecé. Era una cosa que había que hacer, sin recursos. Generé instrumentos legales para que dotar de más transparencia a la gestión pública; eliminé por ejemplo, los gastos reservados, porque creo que lo que no se puede mostrar no tiene que existir; avance en reformas vinculadas con la educación con la capacitación docente para un plan de alfabetización que la provincia necesita; reformas en la educación secundaria; reformas en el plan de salud provincial; transformación en el área de seguridad también. En resumen, estamos exprimiendo cada peso al máximo, pero no nos queda otra. Y trabajando con la idea de que esto va a cambiar en algún momento y que para ese momento hay que estar preparados.
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