Buenos Aires (AT) – Las exportaciones alemanas a Estados Unidos sufrieron en mayo su peor caída en más de tres años. Según datos oficiales publicados este martes por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), las ventas al principal socio comercial externo de Alemania descendieron 7,7% respecto a abril.
El valor total exportado fue de EUR 12.100 millones, el nivel más bajo desde marzo de 2022. La baja se produjo tras el anuncio en abril de los llamados aranceles del “Día de la Liberación” impulsados por Donald Trump, que preveían un 20% fijo sobre todas las importaciones provenientes de la Unión Europea. Aunque esas tarifas se postergaron en un primer momento hasta el 9 de julio y luego se extendieron hasta el 1 de agosto, el impacto sobre el comercio ya comenzó a sentirse.
En términos generales, Alemania exportó en mayo bienes por un total de EUR 129.400 millones, lo que representa una caída del 1,4% en relación al mes anterior. Para los analistas consultados por FactSet, el resultado fue peor de lo previsto. Se esperaba una estabilización del indicador.
Riesgos inminentes para el modelo exportador
Carsten Brzeski, analista del banco ING, explicó que el descenso de mayo refleja el agotamiento de un fenómeno registrado semanas atrás: empresas y clientes estadounidenses habían adelantado sus pedidos para evitar las nuevas tarifas. Esa estrategia dejó de ser viable una vez que pasó el efecto sorpresa.
“El riesgo de nuevos aranceles pende como una espada de Damocles sobre los exportadores alemanes y europeos”, señaló Brzeski.
A ello se suma un contexto estructural complejo: el modelo exportador alemán, que depende de mercados externos robustos, enfrenta vientos en contra por el encarecimiento de los costos de producción y la presión de competidores asiáticos, especialmente China. En sectores como la maquinaria, los autos eléctricos y la industria química, Alemania perdió participación en mercados clave.
La Casa Blanca, por su parte, informó este lunes que envió cartas a más de una docena de países, entre ellos Alemania, con detalles sobre los aranceles que se aplicarían si no se cierran nuevos acuerdos comerciales antes del 1 de agosto. Las conversaciones bilaterales, sin embargo, están estancadas.
Merz pide a la UE actuar sin demora
El canciller alemán Friedrich Merz pidió a Bruselas acelerar las gestiones. Según declaró la semana pasada, es necesario alcanzar un acuerdo “rápido y simple” con Estados Unidos. En su opinión, las “industrias clave” del país —como la automotriz, la farmacéutica y la de bienes de capital— no pueden seguir operando bajo incertidumbre.
En 204, Alemania exportó bienes por más de EUR 156.000 millones a Estados Unidos, un 10% del total de sus ventas externas. El vínculo comercial es especialmente importante para estados federados como Baviera, Baden-Württemberg y Renania del Norte-Westfalia, donde se concentran muchas sedes de multinacionales y pymes exportadoras.
Además de los aranceles, las empresas alemanas enfrentan demoras logísticas y aumento en los costos de transporte marítimo, debido a tensiones geopolíticas en el mar Rojo y la ruta del canal de Suez. A esto se suma una recuperación débil del consumo interno, lo que reduce el margen de maniobra para compensar la pérdida de mercados externos.
Un panorama más amplio
Desde que comenzó 2025, el comercio exterior alemán muestra señales de estancamiento. Según el Instituto Ifo, los pedidos industriales desde el extranjero disminuyeron en tres de los cinco primeros meses del año. En paralelo, las importaciones también se redujeron, afectadas por la baja en el consumo y la actividad industrial local.
El índice de confianza empresarial, publicado también por el Ifo, se mantiene en niveles bajos. Los exportadores consultados citan, además de los aranceles y la competencia china, la falta de personal calificado y las trabas administrativas como factores que limitan su competitividad.
En este contexto, el Ministerio de Economía alemán elabora un nuevo plan de estímulo para el sector exportador, que incluiría incentivos fiscales, digitalización de aduanas y apoyo a misiones comerciales. Sin embargo, aún no hay definiciones concretas ni plazos para su implementación.
Mientras tanto, las empresas del sector siguen con atención las próximas decisiones de Washington. Si no se alcanza un acuerdo antes del 1 de agosto, entrará en vigencia la tarifa general del 20% sobre productos europeos, medida que afectaría desde vehículos hasta maquinaria pesada y equipos médicos.
El impacto podría sentirse con más fuerza en el segundo semestre del año, cuando se confirme si estas amenazas se materializan o si prevalece una solución diplomática. Por ahora, el escenario parece inclinarse hacia una nueva etapa de tensión comercial entre Europa y Estados Unidos.
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