Suiza quedó expuesto como uno de los países más permeables a la influencia de la industria tabacalera en el mundo. La nación alpina obtuvo 96 puntos de 100 en el Índice Global de Interferencia de la Industria Tabacalera 2025, ubicándose en el penúltimo lugar del ranking que evalúa a cien países. Solo la República Dominicana registró peores resultados en un informe que documentó el creciente poder de las tabacaleras sobre las políticas públicas.
La paradoja ginebrina
La ironía resulta evidente: Ginebra es la capital mundial de la lucha contra el tabaquismo por albergar la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero Suiza nunca ratificó el Convenio Marco para el Control del Tabaco pese a haberlo firmado en 2004. El 22 de noviembre concluyó en esa ciudad la undécima sesión de la Conferencia de las partes (COP11) del tratado, en la que participaron delegaciones de todo el mundo excepto la del país anfitrión.

Andrew Black, jefe interino de la Secretaría del CMCT, anunció en la rueda de prensa de clausura que “se han adoptado varias decisiones clave” que “contribuirán a salvar millones de vidas en los próximos años y protegerán al planeta de los daños medioambientales causados por el tabaco”.
Entre las medidas aprobadas figuran la prohibición de productos de tabaco y cigarrillos electrónicos en todas las instalaciones de Naciones Unidas y directrices contra la contaminación ambiental por residuos de estos productos.
Injerencia de la industria en las negociaciones
La conferencia evidenció la persistente interferencia de los fabricantes en el proceso regulatorio global. Black señaló que “la increíble injerencia de la industria tabacalera sigue siendo uno de los principales obstáculos para aplicar un control del tabaco verdaderamente eficaz a escala mundial” y denunció que la industria mostró un interés especial en esta COP con intentos concretos de influir en las negociaciones.
Un miembro de una delegación nacional de la Unión Europea manifestó al sitio web Euractiv que “probablemente muchas delegaciones han sido informadas [por la industria]” y que “repiten los mismos argumentos, a veces palabra por palabra”.
La Dra. Reina Roa, presidenta de la COP, subrayó que la industria tabacalera “proporciona información desde su propia perspectiva comercial, que es totalmente incompatible con el derecho humano a la salud y con el Convenio”.

Dos puntos del orden del día debieron aplazarse hasta la COP12 de 2027 en Armenia por falta de consenso: las medidas para combatir la adicción a la nicotina y la protección contra las “afirmaciones sanitarias engañosas sobre la reducción de los efectos nocivos” que promueven las tabacaleras respecto de productos como el tabaco calentado.
Suiza: sede de gigantes y conexiones políticas
Tres de los mayores fabricantes mundiales de tabaco tienen su sede en territorio helvético: Philip Morris International (PMI), British American Tobacco (BAT) y Japan Tobacco International (JTI), además de otras firmas como Oettinger Davidoff y Villiger Söhne. Estas compañías representan importantes fuentes de ingresos fiscales y empleo, y sus instalaciones —particularmente el ultramoderno centro de investigación de PMI en Neuchâtel— reciben visitas patrocinadas de responsables políticos de otros países.
La organización Lobbywatch, especializada en vigilar grupos de interés en Suiza, identificó que una treintena de miembros del Parlamento mantiene relaciones directas o indirectas con el sector tabacalero. Varios de estos diputados integran las comisiones encargadas de regular el tabaco, cuyas deliberaciones permanecen en secreto. La permeabilidad entre política e industria explica la pésima clasificación suiza en el índice.
Sistema permisivo sin controles efectivos
El sistema político helvético permite a los parlamentarios recibir remuneraciones de grupos privados paralelamente a sus funciones como legisladores. Estos vínculos deben declararse, pero no los montos percibidos. Durante las elecciones federales de 2023, los partidos de derecha UDC y PLR recibieron financiamiento directo de PMI sin que ninguna normativa lo impidiera.
La industria también participa legalmente en la elaboración de políticas. Lobbywatch señaló que “la influencia del lobby del tabaco en el proceso legislativo se manifestó claramente” durante la iniciativa popular “Jóvenes sin tabaco”, aprobada en 2022 para prohibir publicidad dirigida a menores, cuyas “disposiciones fundamentales se han suavizado” según la organización.

El 26 de noviembre, el gobierno suizo se mostró favorable a ratificar el CMCT en respuesta a una moción parlamentaria socialista. Mientras los profesionales de la salud reclaman esta adhesión, los sectores económicos se oponen firmemente.
Deterioro progresivo
La puntuación de Suiza en el índice de interferencia empeoró sistemáticamente: pasó de 92 puntos en 2021 a 95 en 2023 y alcanzó 96 en 2025. Según la última clasificación de la “escala de control del tabaco” de 2021, después de Bosnia y Herzegovina, Suiza es el país de toda Europa que menos regula el sector.
El informe documenta que en casi la mitad de los cien países evaluados se reforzó la influencia de la industria tabacalera mediante tácticas cada vez más agresivas: promesas de inversión y empleo, viajes con gastos pagados para visitar instalaciones e iniciativas de responsabilidad social. Solo 18 países adoptaron nuevas medidas de protección efectivas.




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